La dudosa duda sobre el magnicidio

¿Por qué en los momentos iniciales, inmediatamente posteriores al frustrado magnicidio contra el Presidente Nicolás Maduro, en algunos sectores se acogió con escepticismo esta noticia, e inclusive con sorna por parte de algunos voceros de la derecha? ¿Acaso se duda que el imperialismo estadounidense, indiscutible autor intelectual y beneficiario directo del hecho, recurre con demasiada frecuencia a este expediente en contra de aquellos gobiernos insumisos que se rebelan a sus órdenes?

Y la historia, de qué sirve entonces, ¿quimeras simplemente, o indeseables recuerdos que con reprimirlos en la memoria, se borrará la terrible realidad a la que fueron sometidos los pueblos víctimas de la agresión y la invasión yanqui?

Es probable que haya agotamiento en algunas capas de la población, sometida a los efectos de la guerra económica, y sus devastadoras consecuencias en la psiquis haya provocado una reacción indiferente ante la noticia. Pero es inexcusable la ironía con la que se pronunciaron voceros de la derecha para descalificar la acción terrorista; detalle que en la medida en la que avanzaba la investigación, se fue tornando en claro indicio de complicidad como más adelante se demostró, reafirmación inequívoca de la vocación antidemocrática y violenta que anima a esta clase política.

Pero en todo caso, si por ignorancia o conveniencia existieren dudas acerca de la historia de los crímenes cometidos por esta maquinaria infernal que pretende gobernar el planeta desde Washington, bien vale la pena leerse el archiconocido libro de Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, o al menos la breve Cronología de las intervenciones militares de EE.UU. en América Latina (publicado por Alia2, Voltairenet.org del 26/05/2005), de la cual destacaremos apenas unos pocos ejemplos de las acciones ejecutadas por el imperialismo norteamericano en contra de países indefensos, por la mera ambición de sus recursos naturales, o simplemente porque un día decidieron tomar el camino de la soberanía y la autodeterminación, en la búsqueda del bienestar para sus pueblos; lo que fue juzgado por la Casa Blanca y el Pentágono como un mal ejemplo para el mundo.

Entonces, citamos:

1924: La Infantería de Marina invade Honduras para "mediar" en un enfrentamiento civil.

1954: La CIA orquesta el derrocamiento del gobierno democráticamente electo de Jacobo Arbenz en Guatemala. Le siguieron casi cuarenta años de guerra y represión, con más de 150.000 personas muertas contabilizadas hasta los años 80.

1964: El presidente de Brasil, Joao Goulart, quien se proponía llevar a cabo una reforma agraria y nacionalizar el petróleo, es víctima de un golpe de estado apoyado y promovido por Estados Unidos.

1965: Estados Unidos envía miles de efectivos a República Dominicana, para reprimir un movimiento que intentaba restaurar en el poder al anteriormente derrocado presidente progresista y democráticamente electo, Juan Bosch. Esa nación ya había sido ocupada por los marines desde 1916 hasta 1924.

1966: Estados Unidos envía armas, asesores y Boinas Verdes a Guatemala, para implementar una llamada campaña contrainsurgente, reconociendo que "para eliminar a unos pocos cientos de guerrilleros habrá que matar quizás a 10 mil campesinos guatemaltecos"

1971: The Washington Post confirma que la CIA había intentado asesinar en varias oportunidades a Fidel Castro. Ya en 1961 habían sido derrotados en la invasión de Cuba por Bahía de Cochinos.

1973: Con apoyo de Estados Unidos, los militares toman el poder en Uruguay. Y en Chile, con un golpe de Estado instigado y organizado por Estados Unidos, se derroca al gobierno democrático de Salvador Allende y se inicia una cruenta dictadura encabezada por Augusto Pinochet.

1976: Documentos desclasificados revelan que la dictadura establecida ese año en Argentina, contó con el apoyo de Washington y dejó un saldo de más de 30 mil muertes.

2002: Fallido golpe de Estado contra Hugo Chávez. Historia harto conocida por los venezolanos.

Y conste que estos son solo algunos hechos salteados de nuestra historia contemporánea. Pero el caso de Centroamérica es más que dramático, porque las heridas causadas aún siguen abiertas y manando sangre trocada en miseria y pérdida de vidas; cuyas víctimas con la esperanza de escapar de este cruel destino, desafían el muro de la ignominia con el que se pretende proteger de la migración por él provocada, el verdugo que los aniquila; haciendo del propio vientre del monstruo, el escenario ideal para la exhibición de su desgracia, traducida en inapelable acusación contra la política de dominación del imperio.

En cuanto a Venezuela, si existe el antecedente más inmediato del 11 de abril de 2002, y abunda una más que amplia documentación sobre los diferentes planes y estrategias diseñados por la potencia del Norte para invadir y agredir nuestro país; tales "Plan Colombia", "Operación Balboa", "Venezuela Freedom 2", "Masterstroke" ("Golpe Mestro"), etc., etc., además de los que seguramente no conocemos, y si es público, notorio y comunicacional, que los Estados Unidos nos han decretado como una a amenaza extraordinaria e inusual para sus intereses, corroborado por las reiteradas palabras de coacción de altos voceros de las administraciones que se han sucedido últimamente en ese país, y siendo que el propio Presidente Donald Trump lo ha sostenido, al declarar que no descarta la opción militar contra Venezuela, ¿por qué dudar su autoría en este nefasto atentado contra Maduro?

¿Es que no se aviene la intención de asesinar a un Presidente legítimamente electo, con todos estos antecedentes y los planes de invasión y agresión contra nuestra Patria? Y como consecuencia derivada de un magnicidio de estas proporciones, involucrando además al tren ministerial, miembros del alto mando militar, entre otros, ¿no sería el fratricidio que sin duda generaría este monstruoso crimen, la excusa perfecta para una invasión de nuestro territorio y sus indiscriminados bombardeos humanitarios?

Por eso, si se trata de ingenuidades, fatiga o dudosa duda, es la hora de despertar de una buena vez y reaccionar al menos con conciencia nacionalista para rechazar este intento homicida contra nuestro Presidente Nicolás Maduro, porque lo que está en peligro es la integridad de nuestra Patria, la que nos dio el ser que nos identifica como venezolanos; gentilicio que debemos ostentar con orgullo por ser nuestro suelo la cuna privilegiada de los libertadores de América, y donde aún hoy con el legado de nuestro eterno Comandante Chávez como estandarte, se sigue marcando el derrotero por donde más temprano que tarde habrán de transitar los pueblos libres del mundo.

ctmppop@gmail.com



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