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"En términos sociohistóricos, por lo general, las crisis y colapsos no son accidentes ni perturbaciones externas, sino que manifiestan la verdadera naturaleza de la cosa y, por ende, proporcionan la base para entender la esencia del sistema social existente. Significa, además, que las potencialidades intrínsecas del hombre y de las cosas sólo pueden desarrollarse en la sociedad mediante la muerte del orden social en el que antes se originaron."

Herbert Marcuse

El evento del magnicidio en contra del Presidente Nicolás Maduro, es tan serio y peligroso, que semeja en fondo y forma, al evento insurreccional que dio origen a la Primera Guerra Mundial. En aquel entonces, servios nacionalistas, envalentonados por sus sucesivas victorias militares en Turquía y Bulgaria y ansiosos de apoderarse de Bosnia-Herzegovina, bajo dominio del imperio, aliados con las sociedades secretas terroristas, como la Mano Negra, que conspiraban para buscar una alianza de los eslavos del sur e independizarse de Viena, ya venían desde hacía años conspirando y atentando contra las autoridades austriacas. Todo ello, en un intento de hacer prender la llama de la insurrección popular, lograr desestabilizar al gobierno y con ello tratar de anexionarse nuevos territorios.

El preámbulo anterior ilustra coincidencias y similitudes que ilustran los anti valores de la mentira y la conspiración como arma de guerra. Extrapolando el relato a la realidad política del conflicto venezolano, nos encontramos con un formato fascista de lucha política que se fundamenta en la mentira recurrente, el odio, el asesinato selectivo y la dominación fundamentada en clases sociales, origen étnico y religión. Incluyendo el respaldo económico foráneo de la ultra derecha continental y sus instituciones multilaterales como la OEA y la ONU, los gobiernos derechistas aliados a los EEUU y la poderosa y cuestionada curia venezolana.

En el caso del relato, las consecuencias de la acción conspiradora servia, originaron nada más y nada menos que la Primera Guerra Mundial y 50 millones de muertos.

En Venezuela, la oposición, con prácticas similares a las descritas, la mueve la misma sed de sangre que a los nacionalistas servios del relato. Para ello, ya le ha cogido el gusto a la sangre inocente y ha desvirtuado el beneficio constitucional e inalienable de la disidencia política, con la práctica y el uso de este mismo método fascista cuya transversalidad desencadena en la criminal traición a la patria, que ya cuenta con bastantes muertos en su prontuario y anhelaba incluir muchos más el día 4 de agosto próximo pasado.

El común denominador de este proceso criminal es que se usa y se "legitima"el delito como forma de lucha, y apoyado por los medios de comunicación corporativos nacionales e internacionales, se manipulan las masas, que con todo derecho disienten del gobierno, pero que terminan como conejillos de indias en el más macabro experimento de política neo nazi al estilo de nacionalismo del tercer reich, como práctica aprendida de las huestes de la Mano Negra servia. Este terrorismo de indescriptible sadismo, en práctica a comienzos del siglo XX hasta la fecha, y que se ha traducido en centenares de millones de muertos como consecuencia de dos guerras mundiales y la no menos cruenta guerra de los Balcanes de los años 90, lo hemos visto reeditado en la insurrección de Ukrania y ahora en Venezuela. ( Nicaragua es la nueva víctima)

El resultado es que no pocos estudiantes, profesionales y hasta padres de familia, se convierten en delincuentes al servicio de una causa infame que los utiliza haciéndoles creer que su redención es automática y que las leyes de la república son para violarlas y pisotearlas y que sus arrestos son meramente políticos. Sin pensar que a la larga ellos son los que pagan por las infracciones maquinadas por los anti líderes de esta oposición delincuencial, cuyas cabezas principales, en su mayoría, ni siquiera están en el país.

Ahora bien, no pretendemos con este fugaz análisis, tapar el sol con un dedo, como pretenden algunos. Al igual que debemos reconocer y ponderar las acciones de la conspiración opositora como actos criminales sobre los cuales debe caer todo el peso de la ley, también debemos reconocer la magnitud de la crisis que padece el país y el peligro que significa para el futuro de la nación, el hecho de que por la negligencia del gobierno y la enquistación de un aparato de corrupción en su estructura, estos delincuentes que se escudan bajo la descontextualización de la letra de la Carta Magna y que se hacen llamar oposición, alcancen el poder y se constituyan en gobierno de facto en Venezuela, como pretenden desde hace casi 20 años.

De tal forma que, tanto el gobierno como la oposición en Venezuela, están haciendo su peor parte para que una guerra civil o una invasion de una potencia extranjera sea lo que a la postre, zanje las crecientes contradicciones políticas de un país donde tanto gobierno como oposición le están haciendo el peor daño posible a esta patria por la que murieran Bolívar y Chávez.

De tal suerte que el clamor del pueblo de a pie, el que padece a diario las vicisitudes de la peor crisis económica del país, el que sufre las peores consecuencias de la diatriba estéril de los actores políticos, el que muere por no tener la medicina para sus enfermedades, el que solo hace una o ninguna comida al día, el que no puede enviar los hijos a la escuelas por no tener cómo vestirlos o alimentarlos, el que votó por Chávez todas las veces que éste fue candidato y el que no nuca votó por él. A ese pueblo, victimizado a ultranza por un gobierno devenido en incapaz después de la muerte de su líder y por una oposición asesina, fascista y apátrida, clama por que haya un acuerdo nacional donde cada quien deponga las armas que nos están destruyendo y amenizan con hundir para siempre el sueño de Bolívar. Un acuerdo nacional histórico con actores frescos y deslastrados de las taras del dogmatismo político que ha demostrado con creces su fracaso y su futilidad.

Lgraterolh@gmail.com



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