La familia tiene un rol importante en la sociedad, todos los seres somos distintos en todos sus aspectos: Educativo, económicos y social, algo esta pasando en nuestro entorno, por lo que hemos visto, se están olvidando algunos valores de respeto hacia los padres o seres queridos, en todas las clases sociales, miremos nuestro entorno y observemos que esta pasando, recordemos a nuestros abuelos a nuestros padres, como aun se conserva, el respeto la educación y los valores, que sucede, todos los días vemos algunos niños y adolescentes con una conducta grosera, agresiva e incorrecta, enfrentan a sus padres por cualquier motivo, ya sea por un permiso a una fiesta, porque no complacen con un objeto de valor, por distintas razones, siempre se convierte en un obstáculo para contradecir a sus progenitores ¿Quién manda a quien?
Desde hace mucho tiempo hemos visto que los padres son los guías del hogar; remontémonos a los Principios Bíblicos: honra a tus padres, para que tus días en la tierra se prologuen. Todos hablamos de la educación y la escuela, otros de la universidad de la vida, "soy de las personas que creemos fielmente en el valor de la familia", la educación nace y se hace en primer lugar en el hogar, si permitimos que nuestros hijos sean malcriados y nos falten el respeto la primera vez y se repita esa conducta frecuentemente, no podemos esperar otra cosa, es por eso que vemos a tantos niños y adolescentes que discuten en cualquier sitio con sus padres, sin impórtales el respeto que ellos merecen.
En el hogar nace el amor, los valores y respetos, si los padres brindan amor, comprensión, corrección y sobre todo educación, nuestros hijos reflejaran esos sentimientos, pero si la forma de corregirlos es con maltratos físicos y verbales, sin brindarle un gesto de amor, un abrazo y palabras de alientos, por supuesto que los hijos van a reflejar conductas inadecuadas, serán groseros, rebeldes, agresivos, es decir sin valores. Muchos padres no educan a sus hijos en el hogar, descuidando su responsabilidad, sino que los dejan a la suerte, dándole la responsabilidad a las instituciones educativas.
Nuestros hijos necesitan percibir que durante su infancia estamos a la cabeza de sus vidas, como líderes capaces de sujetarlos sino se pueden sostener y de guiarlos mientras no saben a dónde van.
Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga.
Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra capacidad para guiar sus vidas mientras sean niños y adolescentes, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad,
es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío, en el que se está hundiendo parte de la sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros, ni destino.
En la medida, que los límites jerárquicos entre los Padres e Hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los quieran, amén, aunque no los respeten,
son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo que deben respetar sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir; que además les complazcan en lo que necesitan para tal fin.
Como quien dice, los papeles se invirtieron, ahora los padres tienen que complacer a sus hijos para ganárselos y no a la inversa, como en el pasado.
