¡Lo que todos debemos saber!

¡El poder en las sombras!

"Cada país tiene el gobierno que se merece".

Joseph de Maistre

La inmensa mayoría de la población piensa que el Presidente del país es la persona más poderosa, la culpable de todo lo que ocurre, la causante de todos los problemas; quien puede y debe resolverlos todos, quien lo decide todo, quien diseña todos los operativos nacionales; cree que el Presidente es el mejor obrero del país, el trabajador más responsable, el más incansable, el más sabio; es quien decide todos los nombramientos y todas las políticas del Estado, quien se las sabe todas, todas.

Pero la realidad es otra y muy diferente:

A fuerza de la costumbre, la población ha terminado aceptando como lógico y normal el sistema o régimen presidencialista, que consiste en que una sola persona ejerce y concentra todo el poder del Estado: Presidente de la República, Jefe de Estado, Jefe de Gobierno, Comandante en Jefe de la FANB, Jefe del Poder Ejecutivo, Jefe del Gabinete Económico, primer presidente(pp) del PSUV, pp de PDVSA, pp de CVG, pp del BCV, pp del CNE, pp del TSJ, pp de la Fiscalía, Jefe de la Cancillería, jefe de comunicación e información, jefe de todos los presidentes de las Empresas e Institutos Nacionales, coordinador de todos los operativos nacionales, supervisor de todos los nombramientos oficiales, etc., etc., etc.; y para completar se cree el amo y protector absoluto de todo el pueblo.

Mientras tanto, todo su entorno: sus adláteres, sus asesores, sus ministros, sus secretarios, empresarios, banqueros, enchufados, beneficiarios, etc., hacen y deshacen todo lo que se les ocurre y antoja sin ningún control. Lo aplauden, lo protegen, lo defienden, pero a su vez, lo mantienen aislado, desinformado, mal informado y evitan que se entere de los detalles y de algunos de los hechos más evidentes e importantes del acontecer nacional e internacional, hasta que finalmente el mismo sistema decide sustituirlo por otra persona, repitiéndose el ciclo perverso de manera indefinida.

La verdad es que, paradójicamente, a pesar de su enorme poder que parece tener y que él cree que tiene, el Presidente es una de las personas más desinformadas y de las que menos poder tienen en todo el país, pero ni él mismo se da cuenta. Él habla, firma, decreta, nombra, autoriza, otorga, expropia, ordena, censura, veta, condena, condecora, premia, insulta, etc., la mayor parte de las veces, sin tener pleno conocimiento o consciencia de lo que hace o dice.

Pero el verdadero poder se encuentra en las sombras, donde predomina el desgobierno, el desorden, los privilegios, las mafias, las roscas, los enchufados, los pequeños grupos del entorno presidencial, que controlan, que asesoran, que rodean, que informan al Presidente solamente lo que conviene a los oscuros intereses particulares de esos grupos. En muchas ocasiones, el Presidente es como si no existiera. Es una víctima más del sistema presidencialista. El Presidente es controlado por partidos, empresas, contratistas, pequeños grupos, amigos, compadres, asesores, allegados, etc. El Presidente es simplemente una figura ornamental al cual se le atribuye la responsabilidad de todo. Es utilizado. Él cree que gobierna, pero lo cierto es que lo gobiernan. Él es simplemente un títere de su entorno, a quien le atribuyen toda la responsabilidad de lo que sucede en país. Todos creemos que el Presidente es quien manda. En realidad, manda muy poco. El poder está oculto en las sombras. El Presidente literalmente no sabe lo que hace pero es el responsable de todo lo que sucede en el país, de las políticas que se toman, de las medidas y órdenes ejecutadas. El presidente es el responsable de todo y casi todos terminamos creyendo que el presidente es el culpable de todo lo que hace y dice o deja de hacer. Que es quien tiene el poder. Que se las sabe todas, que es quien diseña todos los operativos, que conoce a todos los funcionarios que nombra, que responde por todo y es quien ordena todo. Muchas personas y agrupaciones le escriben cartas abiertas y cartas cerradas con la esperanza de que él las leerá y podrá enterarse a cabalidad de sus problemas y encontrarles solución, pero en verdad, él se entera solamente de lo que le permite su entorno.

El Presidente es quien firma todo, el de las cadenas, el que regala bonos, el que anuncia los aumentos de sueldo a los trabajadores sin saber la realidad, pero jura que lo sabe todo. Como es el único que habla, o que vemos hablar, tiene que responder por todo, y casi siempre sin estar enterado, pues le es imposible estar enterado de todo. Al final no responde por nada. Muchas veces le dicen irresponsable, y en realidad debiera ser más responsable, pero su entorno no se lo permite, porque no les conviene. Le hacen creer que él es quien manda y decide. Que sus órdenes se cumplen al pie de la letra, que todo lo que él hace es correcto. Que él es el protector y el defensor del pueblo contra cualquier agresor nacional o internacional, que él es quien debe supervisar los ejercicios y desfiles militares, que él es quien debe regañar a sus subalternos e insultar a los miembros de la oposición, que él es la persona indicada para juzgar los actos de los otros ciudadanos, que es él quien debe insultar a los otros presidentes del mundo.

Igual sucedió con Pérez, Luis Herrera, Lusinchi, Velásquez, Caldera y Chávez, para personalizar algunos casos. Esa es la realidad. Pero el verdadero poder está en las sombras.

Cuando termina su mandato se va del país o vive alejado de la actividad política. Pasa a ser nuevamente un personaje sin mayor importancia. Ya ni siquiera es noticia. Posiblemente muy rico. Algunas veces no tanto. Pero en todo caso permanece alejado de toda actividad política. Ya hemos sido testigos en muchos casos de esa realidad.

Lo más grave de todo, es que algo muy similar sucede en las gobernaciones, alcaldías, la mayor parte de los Poderes Públicos e instituciones del Estado. Son pequeños grupos de privilegiados, los que se enriquecen y le causan un inmenso daño a todo el pueblo venezolano.

La causa principal de la grave crisis que padecemos en Venezuela no se debe exclusivamente al Presidente de la República, sino al sistema presidencialista que ha imperado en el país a lo largo de su historia.

Como hemos visto, el poder del Estado está concentrado en una sola persona, otorgándole al Presidente demasiada autoridad, lo cual ha impedido que el Estado sea administrado eficientemente, al tiempo que han proliferado, en los diferentes niveles administrativos, las mafias, las roscas, la corrupción, el nepotismo, la impunidad, la marginalidad, el amiguismo, el compadrazgo, los intocables, los grandes chivos, oportunistas, corruptos, torpes e incapaces, causantes de la quiebra económica del país, de la ruina nacional y del empobrecimiento de la mayoría de la población venezolana, a pesar de ser Venezuela uno de los países más ricos del planeta. Debido a ellos ha ocurrido la quiebra, de empresas como PDVSA, MINERVEN, SIDOR y miles de otras más pequeñas, (recuperadas, ocupadas, nacionalizadas, creadas, expropiadas, etc.), pero vitales para la economía venezolana.

El Presidente malgasta su tiempo durante horas y horas en aclamaciones, inauguraciones, condecoraciones y eventos sin importancia.

Por eso no tiene tiempo ni oportunidad para informarse de la situación real del país, de lo que es importante y prioritario. Vive dentro de una burbuja. Piensa que todo lo está haciendo muy bien, que tiene asegurado el respaldo del pueblo por muchos años.

¡Que puede seguir bailando!

No se entera de los verdaderos problemas y necesidades importantes del país, anda desinformado, algunas veces borracho y en consecuencia, no tiene como salir de la mera retórica, plena de consignas, insultos, de la repartición de bonos inflacionarios y las promesas de siempre: "seremos un país potencia"; "el mundo se sorprenderá con nuestro modelo económico"; "con la agricultura urbana lograremos la soberanía alimentaria"; "los CLAP son una maravilla y serán la envidia de los otros países"; "el carnet de la patria es único en el mundo"; "Venezuela es el país más democrático del mundo y el que entrega más viviendas en todo el planeta"……

Algunas veces termina dando explicaciones tan infantiles e improvisadas como ingenuas. Tan torpes que indican su falta de información y con argumentos tan improvisados como improvisadas son sus acciones:

Que defenderá al pueblo de cualquier agresión extrajera,

Que castigaremos la corrupción, caiga quien caiga,

Que la conspiración busca perjudicar al gobierno,

Que la banca lo engañó,

Que las calificadoras de riesgo son injustas,

Que el imperialismo es enemigo de la revolución,

Que los precios del petróleo son causantes de nuestra pobreza,

Que Dios proveerá,

¡palabras, palabras, palabras, promesas, insultos, pura charlatanería!

Como lógica consecuencia, Venezuela diariamente se desangra:

¡La población es víctima de la inseguridad en todo el país, los servicios públicos son pésimos y muchos simplemente no funcionan!

¡El país se cae a pedazos, el pueblo anda desorientado, confundido, engañado, abandonado, con hambre, desamparado, humillado!

¡El aparato productivo está literalmente paralizado!

¡La autodenominada clase media desaparece paulatinamente, también se muere de hambre, de abandono, de falta de medicamentos, de mengua!

¡Venezuela pierde día a día su valioso capital humano!

¡Miles de jóvenes, han tenido que abandonar su patria y empezar desde cero, en tierras desconocidas, sometidos a todo tipo de explotación!

¡Para los comerciantes no existe ningún control, ni tampoco protección!

¡Los banqueros abusan del ciudadano e imponen sus intereses particulares!

¡Los grandes empresarios se enriquecen sin producir absolutamente nada!

¡Los sindicatos tienen abandonados a todos los trabajadores!

¡Las instituciones no funcionan y carecen totalmente de coordinación!

¡La FANB disfruta de privilegios y poder económico nunca antes otorgados!

¡Los cuerpos policiales abusan del pueblo, lo maltratan y matraquean!

¡Los partidos políticos grandes y pequeños se disputan los cargos públicos!

¡En fin, el que tiene más saliva come más harina!

La grave crisis que padece actualmente Venezuela no es casual: la miseria el hambre, la marginalidad, la corrupción, la impunidad, el nepotismo, la escasez, la insignificante producción nacional, el desabastecimiento, el acaparamiento, la especulación, el contrabando, el desgobierno, la ineficiencia, el burocratismo, el desorden administrativo, la emigración de tantos venezolanos en busca de mejores condiciones en otros países, etc. no son fruto de nuestra mala suerte o de alguna maldición, o una guerra económica generada por soldados invisibles, ni del imperio o de la burguesía apátrida exclusivamente. Es consecuencia de ese sistema presidencialista que impide que el gobierno funcione de manera eficiente.

Nuestra inmensa crisis es fruto de la acumulación de errores, imprevisiones, improvisaciones, contradicciones, etc., causadas por la falta de planificación, la irresponsabilidad, el egoísmo y la miopía de todos los gobiernos que hemos soportado en los últimos cien años y de la violación permanente de nuestra Constitución por parte de nuestra clase dirigente.

Es consecuencia de la terrible corrupción política y empresarial que ha destrozado la patria y la ha entregado y la sigue entregando a intereses transnacionales.

Poderosos grupos e intereses económicos, políticos, nacionales e internacionales presionan al presidente y lo obligan a cumplir compromisos y tomar decisiones que ni él mismo puede evitar, ni medir las consecuencias, por no contar con el respaldo de la población a la cual se debe.

No hay ninguna duda de que el sistema o régimen presidencialista es la causa principal de la profunda crisis venezolana. La absurda y penosa crisis que estamos padeciendo, no tiene solución dentro del actual sistema presidencialista que ha imperado en nuestro país durante tantos años.

Para promover el desarrollo y lograr el renacimiento de Venezuela es indispensable y urgente eliminar dicho sistema presidencialista.

¡No se trata solamente del Presidente, se trata del sistema presidencialista!

¡La terrible situación por la que estamos pasando no podrá mejorar bajo la autoridad caprichosa de un solo hombre o mujer!

Una sola persona, cualquiera que sea, del partido que sea, por más inteligente, honesta, sabia, astuta, osada y bien intencionada que sea, no puede realizar individualmente una tarea tan compleja como es dirigir un país.

Se requiere un Gobierno Colectivo y Responsable, integrado por un equipo muy competente, muy bien estructurado, organizado, coordinado y controlado. Constituido por personas de reconocida calidad ética, intelectual, técnica y moral, donde los criterios científicos y tecnológicos estén por encima de dogmas y doctrinas religiosas o militares, donde la responsabilidad de cada miembro sea asumida en tiempo presente y no solamente ante la historia. Donde exista una total coordinación entre los ministerios, los estados, las alcaldías, las empresas públicas y todas las dependencias del Estado. Un Estado, sin caudillos o líderes individuales con proyectos diferentes al interés nacional. Un Estado sin tutelajes de potencias extranjeras como EEUU, China, Rusia, etc., y donde se cumpla rigurosamente la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Dicho Gobierno Colectivo y Responsable debe contar además con el control, pero también, con el respaldo del Poder Popular unido, organizado y consciente, para así enfrentar los enormes poderes económicos internacionales, que pretenden someter a todos los gobiernos débiles del mundo.

¡La solución está en las manos del pueblo organizado y consciente!

Somos nosotros, los venezolanos, quienes debemos exigir que se resuelvan nuestros problemas generales y de ninguna manera dirigentes políticos extranjeros.

Esta es la verdadera Democracia Participativa y Protagónica con que se podrá lograr la Soberanía de la Patria de manera irreversible y sólo por esta vía tendremos la fuerza necesaria para participar con éxito en el complejo escenario mundial.

Para la recuperación de Venezuela es indispensable la conformación de un Gobierno Colectivo y Responsable. Pero también, el Poder Popular unido, organizado y consciente debe asumir su responsabilidad de controlar al gobierno permanentemente. Debemos asumir colectivamente nuestras responsabilidades y obligaciones, participando activamente en la toma de decisiones o en el seguimiento de las mismas, y dejar de creer que la culpa de todos nuestros males y padecimientos la tienen exclusivamente el malvado imperio y la burguesía apátrida. Reconozcamos que la arrogancia del imperio ha sido fortalecida y estimulada por la sumisión, el entreguismo y la falta de dignidad de nuestros dirigentes, pero también por nuestra indiferencia, tolerancia y ausencia de control a nuestros gobernantes.

Como es obvio, la conformación de tal tipo de gobierno implicaría una Reforma de la CRBV, pero recordemos, que el Pueblo Soberano es Supra constitucional, y por consiguiente puede, cuando a bien tenga, convocar la realización de un Referendo para tal fin. El pueblo venezolano ha adquirido una gran madurez política y previamente, con un adecuado debate de altura, muy seguramente estaría dispuesto a defender este nuevo modelo de Gobierno Colectivo y Responsable.

Necesitamos urgentemente un Gobierno Colectivo y Responsable, llámese Junta de Gobierno, Gabinete Ejecutivo, Grupo Presidencial, etc., constituido por cuatro o cinco miembros, que respete rigurosamente la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que sea elegido nominalmente, pero que además esté controlado o supervisado por un Poder Popular unido, organizado y consciente, que haga valer la Contraloría Social, las Auditorías Públicas y Ciudadanas, que tenga el control de todos los medios públicos de comunicación e información que pertenecen al pueblo y nó al gobierno.

Para lograr estos objetivos se requiere urgentemente la unión y la solidaridad de todos los venezolanos que vivimos honestamente de nuestro trabajo, pues es una ingenuidad esperar la colaboración de quienes actualmente disfrutan de odiosos privilegios dentro del gobierno.

¡No hay otra vía pacífica y constitucional para superar esta crisis profunda y estructural que estamos viviendo en Venezuela!

Es imprescindible reivindicar el protagonismo y la participación del pueblo, convocar a toda la nación al trabajo, a la investigación científica, tecnológica y artística. Reactivar todo el aparato productivo, la agroindustria, la petroquímica, la metalmecánica, etc. Recuperar toda la infraestructura. Mejorar los servicios públicos básicos, etc. No podemos depender exclusivamente de la renta petrolera y minera.

¡De no ser así, es completamente imposible recuperar a Venezuela de la dramática situación a que la ha conducido la clase dirigente durante más de cien años!

¡Solo si el pueblo honesto y trabajador participa activamente, superaremos la crisis!

 

Atentamente;

Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente

e-mail: gilnandez@hotmail.com



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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