El congreso del partido y los zapatos de un sin conciencia

La gobernabilidad como concepto de buena gestión, está asociado al equilibrio entre las fuerzas que intervienen en el proceso de toma de decisiones, allí se mezclan una serie de intereses, que ameritan de criterios gerenciales y claridad política para hacerlos digeribles y convertir las expectativas en planes, esos planes deben considerar cada una de las dimensiones en las que se aplicaran, con el fin de poner en marcha las estrategias, en las que se supone, va implícita; una visión integral de los requerimientos orientados por un proyecto político común.

La mayoría de las veces, el proceso de toma de decisiones, es secuestrado por una o varias fuerzas, por intereses que no responden a lo común del proyecto, por la cultura del representante plenipotenciario, incluso hasta por una especie de acuerdo tácito, en el que nos subordinamos (consciente o inconscientemente), con tal de recibir de quienes alcanzan los espacios decisorios, alguna migaja en forma de política oficial, o promesas de alcanzar el cielo, sin luchas ni sudores,

En ese sentido la gobernabilidad se determina por el nivel de cumplimiento de las promesas, "se refiere al manejo de las instancias de gobierno, también a las demandas sociales, a los mecanismos de legitimación política y a la estabilidad del sistema", estabilidad que solo puede ser garantizada con "el buen comportamiento" de quienes respaldan la propuesta inicial, y terminan formando parte de un entramado de relaciones, en las que a todas luces; cada quien maneja su cuota de poder como negocio propio, y hace de esa cuota, un salvoconducto que lo libre hasta de la justicia, convirtiendo cada acción en un referente de sus valores e intereses.

Con esa perspectiva se anuncia y se publicita el "Nuevo Comienzo", algo así como el nuevo testamento o la buena nueva, para redimir el alma económica de la nación, y arrebatársela a los demonios de la ineficiencia, desatados e ingobernables, para cazar corruptos malos y dejar los buenos, para asistir a un congreso del partido con "voceros natos", que se atribuyen condiciones excepcionales para comprender la realidad y forman parte de una clase superior, para integrar en el equipo económico, a los magos de la palabra que han descubierto una fórmula mágica para resolver todos los problemas, para instalar un lavamanos a la salida de cada ministerio, para que el ministro saliente se vaya con las manos limpias a ocupar otra cartera.

Como podemos entender, la gobernabilidad practicada por algunos, pasa por el reconocimiento de la cuota de poder cada grupo y el usufructo de la relación con el estado y sus recursos, con la membresía vitalicia del jerarca y la utilidad que circunstancialmente representa, así; nos debatimos entre la propaganda oficial de anuncios y promesas y la expectativa del pueblo que soporta, las consecuencias de un débil equilibrio entre gestión y comisión, entre interés y objetivo, entre ataques y defensas mediáticas de una vanguardia autoproclamada, que no se atreve a la consulta interna por temor a ser desplazada de los espacios que hoy han derivado en privilegios de unos pocos.

Eso lo entiende la militancia que clama por métodos verdaderamente democráticos, que aspira un partido con niveles de racionalidad crítica, que sea capaz de estudiar realidades y formular planes, que esté en disposición de formar a sus militantes en las diversas áreas de gobierno, que deje de ser la agencia de empleos que actualmente es, que se asuma en organización revolucionaria y vaya en busca de la clase obrera, para lograr la transformación de las bases políticas económicas y sociales del modelo neoliberal, que subyace en la visión de los anunciantes cotidianos, es decir; que construya una gobernabilidad estable y combata los vicios heredados, que aplique en toda su estructura los correctivos necesarios y ponga de manera ejemplar los principios que lo sustentan.

Lograr la gobernabilidad pasa obligatoriamente por combatir la impunidad, sin tener la condición selectiva de cumplir órdenes, aquí cada quien juega un rol, y abogamos porque lo cumpla de la manera más ética posible, las instituciones en tanto estructura del estado, deben dejar de ser instrumento de persecución y constricción política, los cuerpos de seguridad no pueden seguir siendo escuadrones dirigidos a resolver lo que la política fallida no puede, las necesidades de la gente no pueden seguir siendo centro de las campañas electorales, por lo que moralmente, el gobierno está obligado constitucionalmente, a garantizar determinadas condiciones para la reproducción de la vida.

Conocemos a muchos de los que hoy ocupan espacios de poder, y los sabemos empecinados en preservar sus cuotas, aunque el precio sea la destrucción del proceso revolucionario en marcha, en ese sentido van cooptando cancerberos que hagan el trabajo de impedir la irrupción de nuevos modos de poder, de visión y pasión colectivas, de un nuevo tipo de relaciones en las que el código democrático sea practica constante, esos mismos compas, que hoy se erigen en adalides de la protección al pueblo, son capaces de vender su alma al diablo para impedir que la revolución sea en sí misma, expresión de buen gobierno, de contraloría social, y de integración voluntaria, eso porque temen a la gobernabilidad como el orden necesario, para que una sociedad funcione.

A quienes se han atribuido el papel de ventrílocuos y pretenden hablar en mi nombre, les hago saber cómo militante del PSUV que no he cedido a nadie mi derecho a manifestar lo que aspiro, de una organización que considero de suma importancia para hacer la revolución y en la cual he puesto y pondré mi voluntad para convertirla en instancia de participación democrática, pues, salimos un día a combatir la representatividad y seguimos en el camino de lograr el destierro de tan ignominiosa herencia, también impulsamos un partido que estuviera al lado del pueblo y sus luchas, para conducir el proyecto supremo de la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, para la inclusión y la consulta, para la democracia revolucionaria que va mucho más allá de lo que tradicionalmente aprendimos.

Si el partido asume su rol, si se libera de las ataduras que le ha puesto el statu quo, si sale de palacio y se mezcla con el común de las personas, si presta el oído al encendido rumor del pueblo en sus necesidades, si abre sus puertas a la autocrítica, si deja la peleíta subalterna por intereses bastardos, si asume de manera sincera el combate por la vida, si retoma las banderas chavistas, si se dedica a echar bases de un nuevo modelo, si apunta a la educación como motor de los cambios, si se riega por el país a concretar las promesas, si se renueva constantemente en sus conceptos, si se proyecta en su intención de ser referente de lucha y define estrategias de integración y de agregación, si se convierte en partido comunal, en partido obrero, en partido joven, en partido mujer, en partido campesino, en partido diverso, en partido adulto mayor, en partido verdaderamente revolucionario, estamos seguro que paralelamente, ira construyendo la gobernabilidad necesaria en estos aciagos momentos que vive la patria. En esos escenarios, tendrán miles de voluntades dispuestas a contribuir para enrumbar al país hacia un destino mejor.

franco__rivas@hotmail.com



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Henry Franco

Comunicador popular. Miembro del Colectivo Radiofónico de Petare y de la emisora Al son del 23 en Caracas

 ccdresistencia9960@gmail.com

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