"Ya no encontraba que decirle a mi hijo, para que no se fuera"

A la vecina hay que oírla, sobre todo, si carga un pesar porque se le fue un hijo al exterior. Cuenta Rosa, que así se llama mi vecina, la lucha que tuvo con su hijo para quitarle la idea de que se fuera para Perú. Sin embargo, no pudo. Desde el momento en que se producía la última o penúltima guarimba, el muchacho comenzó a acariciar la idea de salir del país. Refiere la preocupada mujer que, cuando surgió la idea del presidente de ir a una constituyente, eso le sirvió para aconsejar al hijo y hacerle ver la realidad de la vida en otros países que no se conocen. Además, entre sus argumentos, le habló de que se presentaba una nueva oportunidad de resurgir la economía en Venezuela a través de la constituyente, de acuerdo a lo que planteaba y ofrecía el presidente. El muchacho, dice Rosa, aceptó el consejo y pospuso su viaje; pero en verdad, en la Constituyente lo económico lo dejaron de último en la agenda, haciendo leyes que no se aplican.

"¡No te vayas hijo! Ten paciencia, yo cuento contigo pero aquí. ¿Para qué te vas?, cuenta Rosa que le decía. ¡Mira, ¿viste las noticias de Perú? Han matado a varios venezolanos. Hasta miedo tenía que meterle para que se le quitara la idea, refiere la vecina".

"De esa forma, hice que mi hijo se quedara hasta el momento de las elecciones de gobernadores, confiando nuevamente en las palabras optimistas del presidente en cuanto a mejorar la situación económica del país. Pero, ¡Que va! Aun cuando se ganaron casi todas las gobernaciones, los gobernadores tampoco han hecho gran cosa para enfrentar la guerra económica; sin embargo yo le dije a mi hijo: ¡Ya va, no te vayas hijo, vamos a esperar que esta vaina tiene que mejorar! Me hizo caso, no se fue".

"Se esperó hasta las elecciones de alcaldes, porque nuevamente surgió la promesa de que con la ANC, la mayoría de gobernadores y la mayoría de alcaldes, se podía enfrentar la guerra económica y ganarla, pero el tiempo demostró que con todas esas cosas a favor, poco se ha podido hacer. ¡Bueno hijo, estoy quedando mal contigo! No he pegado una. A lo mejor te hice perder el tiempo. ¡No te preocupes mamá! Me dijo. Como me falta reunir algunos dólares para el viaje, a lo mejor me quedo para la elección presidencial. Como tú digas hijo, le dije".

"Menos mal que evitó en parte mi preocupación; y usted sabe vecino, que yo soy chavista de todos los días y siempre estoy deseando lo mejor para el presidente y el país, y nuevamente cargada de esperanzas, me dije: ¡Ahora sí, vamos con todos los hierros por la salud de nuestra economía! Y ese optimismo se lo trasmití a mi hijo quien me dijo que si eso mejoraba, él no se iba del país. Pero, ¿Cómo hago yo vecino, si lo primero que ofreció el presidente fue mejorar nuestra economía y resulta que es ahora cuando están nuevamente con reunideras con los mismos que se han llevado los dólares, para hacer planes que no tienen la urgencia que deberían tener? Estamos tensos, angustiados; vecino ¿Usted no se siente así?" 

No respondí y le pregunté: Mire, y el muchacho ¿Dónde está?

"¿Dónde cree?, me dijo. Co...!, vecino, discúlpeme la palabra; pero el muchacho se tuvo que ir. Ya no encontraba que decirle a mi hijo, para que no se fuera. Ya debe estar en Miraflores". 

Ah, pero ¿Está hablando con el presidente?

"No vecino, está en Miraflores, en un pueblo de Perú".

Pero, a pesar de todo vecino, me dijo, aún cuando mi hijo se haya ido, sigo siendo chavista y confiando, que a pesar de todo vamos a salir de esta trampa inflacionaria, en que nos tienen, guiados por Maduro.

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 9180 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter