Libertad cambiaria contra la guerra no convencional

La investigadora y profesora universitaria Pasqualina Curcio en un artículo que intitula "A producir" (http://www.15yultimo.com/2018/06/11/a-producir/), nos recuerda un aforismo de Sun Tzu: "un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de sus alimentos". Curcio en el citado artículo expresa además que "no es que el enemigo nos está desproveyendo de los alimentos, las maquinarias y repuestos para la producción, sino que ha sido y sigue siendo el encargado del suministro", en una guerra no convencional que de acuerdo a investigaciones bien fundadas, la inició contra Venezuela el presidente Barack Obama y tácitamente la asumió el presidente Hugo Chávez en el 2010, como fue reportado en el artículo "La burguesía venció en la Guerra Económica (https://www.aporrea.org/actualidad/a172717.html). Concluye Curcio en su artículo, que el Estado venezolano no debería continuar financiando al "enemigo" con "divisas baratas y materia prima subsidiada".

Las divisas baratas, valga precisar los dólares estadounidenses o los euros, los continua adquiriendo el "enemigo" a través del Sistema de Control Cambiario denominado DICOM, que funciona en base a la subasta americana, con lo cual el "enemigo" fija indirectamente la tasa cambiaria del dólar estadounidense versus el signo monetario venezolano, a un precio que es veinte veces más bajo al de la tasa DÓLAR BITCOIN, que el "enemigo" utiliza como referente para fijar los precios de los bienes y servicios que vende al consumidor venezolano. Antes el DIPRO del Sistema de Control Cambiario, y ahora el DICOM; son las ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA que ha utilizado el "enemigo" para aniquilar económicamente a la inmensa mayoría de venezolanos y venezolanas, al igual que para pulverizar al legalmente por desaparecer signo monetario de República Bolivariana de Venezuela, el Bolívar Fuerte.

No conforme con las sibilinas victorias, el "enemigo" inicia una nueva operación cuyo objetivo cívico-militar es apropiarse de las remesas que están generando los venezolanos y venezolanas que laboran allende las fronteras de Venezuela. El modus operandi es el mismo, utilizando al DICOM como referente de la tasa cambiaria para que las familias venezolanas y ciudadanos honestos reciban sus remesas para resistir estoicamente en esta guerra no convencional que se libra en territorio venezolano. Lamentablemente, con esa medida el gobierno nacional de la República Bolivariana de Venezuela, no avanzará por el camino correcto para contrarrestar la nueva operación del "enemigo" en contra del Pueblo venezolano, que equivale a decir, en contra de civiles y militares en consagrada unión civil-militar bajo la filosofía político-estratégica del Libertador Simón Bolívar.

Aceptando la derrota y aniquilamiento sufrido, Venezuela debe en este momento histórico iniciar con seriedad epistemológica la reconstrucción de su economía y sistema financiero. A lo largo de la historia se ha demostrado que los países que se convierten en potencias, son aquellos que mediante la ciencia aplicada a la producción en todos los sectores económicos, logran colocar bienes y servicios de calidad a precios razonable en los mercados, por lo cual sus signos monetarios nacionales que a su vez son divisas convertibles, promueven el flujo de capitales para la inversión productiva y no especulativa en el país. La República Popular China, la Federación Rusa, Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania, India, Irán, Israel y Singapur; son diez ejemplos a estudiar con rigor científico-filosófico, entre algunos otros países significativos; más allá de los postulados ideológicos de Carlos Marx o Adam Smith.

Un país sin libertad económica, con un control cambiario declarado o tácito como lo fue Venezuela entre 1958 y 1998, generó un aparato productivo con productividad nula. Sin embargo, desde 1999 al presente se desestimó ese resultado, los economistas y los políticos venezolanos que se asumen revolucionarios no aprendieron la lección. Los controles de cambio lo que hacen en definitiva es revaluar o devaluar el precio de un signo monetario nacional determinado, con el propósito de beneficiar a determinado grupo económico de la sociedad. En la historia de la Economía Política ello se conoce como el mercantilismo, que enriquece a una minoría sustentándose en el empobrecimiento del 99,9 % de la población, como bien lo ilustra el premio nobel de economía Joseph Stiglitz.

La única opción a nuestro entender que se tiene en la actualidad y a futuro para enfrentar al "enemigo" en su campo de batalla, es mediante la instauración de la libertad cambiaria, promovida desde el Estado venezolano a través del Petro como divisa y criptodivisa convertibles, y al Bolívar respaldado en el Patrón Oro 2.0 en paridad fija con el Petro. Con libertad cambiaria, se garantizaría el ingreso de remesas a una tasa cambiaria justa y otros conceptos de flujos monetarios o financieros sin restricciones hacia y desde Venezuela; al igual que con menor corrupción. Deberá también establecerse que las operaciones de cambio de divisas, solo estarán sujetas a tributos equitativos y no confiscatorios que estén consagrados en las Leyes de la República Bolivariana de Venezuela, con lo cual no habrá posibilidad del surgimiento de los mercados paralelos de divisas que magistralmente controla el "enemigo".



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Luis Holder


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