¡O cambiamos el modelo, o seguimos empeorando!

¡La reconstrucción de Venezuela debe ser una "tarea colectiva"! ( II )

Los daños causados por la clase dirigente de Venezuela, especialmente a lo largo de estos últimos cien años, son de tal magnitud, que es imposible que con un régimen presidencialista como el que existe actualmente en nuestro país puedan ser reparados. En efecto, en el caso venezolano, el Poder del Estado está concentrado en una sola persona, otorgándole al Presidente demasiada autoridad, lo cual ha impedido que el Estado sea administrado eficientemente en beneficio de la mayoría de la población y al mismo tiempo ha florecido, en los niveles administrativos, la corrupción, el nepotismo, el amiguismo y el compadrazgo, entorpeciendo de paso la capacidad administrativa, como ha sucedido en Venezuela.

Una sola persona, por más inteligente, sabia, astuta y bien intencionada que sea, no puede enfrentar una tarea tan colosal. Se requiere un equipo muy competente y muy bien estructurado, con unos objetivos muy claros, además de un Poder Popular Organizado. Ya tenemos la experiencia de haber contado con un hombre de la talla de Hugo Chávez Frías, reconocido no solo en Venezuela sino también en América Latina y buena parte del mundo, razón por la cual, el Poder Económico existente a nivel mundial, decidió su eliminación, al convencerse de que no podrían alterar su férrea e indomable voluntad y sentido de patriotismo que amenazaban seriamente los deseos imperiales, pues sabemos además que él estaba concretando a su vez, estratégicas alianzas con gobiernos y lideres de países muy poderosos. A pesar de todo, no pudo contar a nivel local, con la "lealtad suficiente y necesaria" de sus colaboradores más cercanos, quienes hubieran podido ser, pero no lo fueron, controlados por la Contraloría Social, ejercida por el Poder Popular.

La grave crisis que padece actualmente Venezuela no es casual: la miseria el hambre, el desabastecimiento, el desgobierno, el desorden, la corrupción, el nepotismo, etc. no son fruto de nuestra mala suerte o de alguna maldición o una guerra económica generada por soldados invisibles. Nuestra inmensa crisis es fruto de la acumulación de errores e imprevisiones causadas por la falta de planificación, la irresponsabilidad y el egoísmo de todos los gobiernos que hemos tenido desde hace más de cien años.

La terrible situación por la que estamos pasando no podrá mejorar bajo la autoridad caprichosa de un solo hombre o mujer, quien siempre tendrá una excusa: "la caída del precio del petróleo", "la corrupción", "la conspiración", etc. y si además seguimos aceptando que nuestro destino es sacrificarnos para que nuestros dirigentes puedan cumplir las promesas que nos hacen en las campañas electorales.

Debemos asumir nuestras responsabilidades y obligaciones participando activamente en la toma de decisiones o en el seguimiento de las mismas y dejar de creer que la culpa de todos nuestros males y padecimientos la tienen solamente el malvado imperio y la burguesía apátrida. Reconozcamos que su arrogancia ha sido fortalecida y estimulada por la sumisión, el entreguismo y la falta de dignidad de nuestros dirigentes, pero también por nuestra indiferencia, tolerancia y ausencia de control a nuestros gobernantes.

Es por estas razones que estamos convencidos que para la recuperación de Venezuela es indispensable la conformación de un Gobierno Colectivo y Responsable, integrado por personas de reconocida calidad ética, intelectual, técnica y moral, donde además, los criterios científicos y tecnológicos estén por encima de dogmas y doctrinas religiosas o militares. Pero también, el Poder Popular unido, organizado y consciente debe asumir su responsabilidad de controlar al gobierno en todo momento.

La conformación de tal tipo de gobierno implicaría una Reforma de la CRBV, pero recordemos, que el Pueblo Soberano es Supraconstitucional, y por consiguiente puede, cuando a bien tenga, convocar la realización de un Referendo para tal fin. El pueblo venezolano ha adquirido una gran madurez política y previamente, con un adecuado debate de altura, muy seguramente estaría dispuesto a defender este nuevo modelo de Gobierno Colectivo y Responsable.

Es a su vez indispensable que este Gobierno Colectivo y Responsable, cuente con el respaldo y el control, de un Poder Popular unido, organizado y consciente, capaz de enfrentar los enormes poderes económicos internacionales, dispuestos a someter a todos los gobiernos del mundo.

Tenemos la oportunidad de arrancar nuevamente desde un comienzo.

Con un verdadero Proyecto Agrícola Nacional y Alimentario, moderno y bien coordinado, para lo cual debemos hacer uso debido y comedido del Poder Popular, de la Contraloría Social, de la Auditoría Pública, del Sistema Nacional de Medios Públicos de Comunicación e Información, dentro de una democracia verdaderamente Participativa y Protagónica, con un Gobierno Colectivo y Responsable, (y no este tipo de gobierno presidencialista), ya obsoleto, como el que hasta ahora hemos tenido en Venezuela.

Afortunadamente contamos para este proyecto con los recursos económicos, humanos, geográficos, hídricos, climáticos, etc. y además tenemos urgentes y grandes necesidades de producir todo tipo de alimentos.

Solo falta el apoyo contundente del Estado, que tiene la capacidad técnica y humana para impulsarlo, construyendo y facilitando la infraestructura necesaria (pozos, lagunas, vialidad rural, electrificación, sistemas de riego, etc.), y la adquisición de maquinaria y equipos modernos que permitirán a mediano plazo alcanzar los primeros resultados positivos.

El Proyecto Agrícola Nacional dinamizaría totalmente, en un mediano plazo, la economía venezolana, generando millones de empleos bien remunerados, al mismo tiempo que mejoraría la calidad de vida del pueblo venezolano, aumentaría la capacitación laboral, (sin la tal chamba juvenil) y en consecuencia, el empleo para muchos jóvenes venezolanos que hoy están abandonando el país en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.

Nuevamente invito a visitar, conocer, discutir y divulgar UNA PROPUESTA AGRICOLA NACIONAL, que de someterse a un debate público, podría generar muchas ideas adicionales, que nos permitirían diseñar ese hermoso Proyecto Agrícola Nacional, con miles de Unidades de Producción, viviendas, centros de salud, centros educativos, deportivos, clubes sociales, centros de acopio y de venta alimentos a precios sin competencia, verdaderamente socialistas, sin comerciantes, sin intermediarios, sin especuladores, sin claps, sin corrupción, en el cual, tanto el gobierno, con todas sus instituciones, PDVSA, FANB, CVG, PDVSA Agrícola, INCES, las Misiones, las universidades, escuelas técnicas, liceos, los trabajadores, la juventud y el pueblo en general, se vean involucrados, beneficiados y además, sean partícipes de de la construcción de una nueva Venezuela para los tiempos por venir:

http://propuestaagricolanacional.blogspot.com/

Me consta que existen otras propuestas similares de venezolanos interesados en tener un país mejor. Juntos podremos mejorarlas. En el país existen muchísimas personas convencidas, capaces y dispuestas a formar parte de un proyecto agrícola moderno como el que estamos comentando. Deseosas de colaborar con la modernización y tecnificación del sector rural venezolano. Desde el pueblo pueden surgir los mejores planteamientos para generar políticas y así ir transformando nuestro modelo de producción para dejar en segundo plano el modelo rentista.

No hay duda de que el Socialismo es la única vía para cambiar el rumbo de las cosas, pero debemos tener claro que el Poder Popular es la única vía que nos conduce al Socialismo. En consecuencia, solo el pueblo organizado y consciente puede encontrar el camino correcto y realizar el Golpe de Timón que anhelaba Chávez.

El pueblo organizado debe contar con el poder para tomar todas las decisiones concernientes a la producción y distribución de todos los productos agrícolas e industriales, sobre la base de las necesidades colectivas, rechazando el lucro individual como la meta principal. Se deben satisfacer ante todo las necesidades reales (no inducidas) de la población.

A nuestro entender, deberíamos contar con un modelo económico que básicamente tendría tres niveles:

1. Pequeñas Empresas Privadas: Se ocuparán de producir bienes y servicios que no sean esenciales, como industrias caseras, productores artesanales, pequeños restaurantes familiares, pequeños talleres de reparación y mantenimiento, salones de belleza, grupos artísticos, etc. Deben estar inscritos legalmente, deberán dar factura a los clientes y llevar una contabilidad organizada, pero no pagarán trámites burocráticos ni impuestos. Se debe fijar un límite al volumen de ventas, al capital y al número de empleados. Si se sobrepasa alguno de esos límites, deberá optar entre mantenerse como Pequeña Empresa Privada, o convertirse en una Empresa Comunal Socialista. El gobierno les brindará el apoyo y la orientación para su adecuado funcionamiento.

2. Empresas Comunales Socialistas: Es un derecho básico del pueblo trabajador, tener la propiedad de una empresa y administrarla de manera mancomunada. La agricultura, la industria, la banca, el comercio, el transporte, ciertos servicios, etc., deberían estar organizados en Empresas Comunales Socialistas, que podrían a su vez conformar redes regionales y nacionales, dependiendo de la conveniencia de las comunidades. Estas Empresas Comunales Socialistas serán de diferentes tamaños, dependiendo del número de afiliados, la actividad que desarrollen, la conveniencia y la capacidad de la comunidad. Pueden establecerse en cualquier población del país, dependiendo de su vocación y potencialidades. Los gobiernos municipales, regionales, o el gobierno nacional, NO deben tener participación económica ni administrativa en dichas empresas. Tales empresas producirían los principales bienes y servicios que requiere la población y constituirían el eje central de la economía del país.

3. Empresas Estratégicas Socialistas: Existen actividades económicas, que por su complejidad, envergadura, importancia nacional, etc., como por ejemplo: la alimentación, el comercio exterior, la salud, las telecomunicaciones, la actividad petrolera, la minería, la banca nacional, la energía eléctrica, el agua potable, el transporte nacional, deben ser asumidas por Empresas Estratégicas Socialistas, con una administración central, gestionadas mediante Consejos Administrativos Autónomos. Rigurosamente auditadas, con altos niveles de eficiencia, tecnología, ética, idoneidad, honestidad y rendimiento en todos los niveles.

Como se puede comprender, dentro de este modelo económico, la sociedad en general gozará de múltiples beneficios, como son los de tener unos precios muy bajos en los artículos de consumo y servicios; no deberá haber inflación, lo cual facilitará una mejor y más equitativa distribución de la riqueza ya que no existe el ánimo de lucro que motiva a las empresas capitalistas y además, se estimulará el espíritu comunitario y solidario propios del socialismo. Por otra parte, todos los recursos naturales, los servicios públicos y las Empresas Socialistas pertenecerán colectivamente a la población. Los gobiernos locales, regionales y el gobierno nacional estarán obligados a colaborar con ellas en procura de su mejor desempeño, facilitar cursos de capacitación de su personal e importación de insumos, equipos y herramientas que requieran, vigilar que todas ellas sean administradas con la mayor pulcritud, respetando la naturaleza y cumpliendo las normas legales vigentes, los requisitos sanitarios, el pago puntual de los impuestos, etc. Estas empresas no podrán ser vendidas a inversionistas privados nacionales ni extranjeros por ningún motivo. No podrán ser privatizadas.

Tenemos que cambiar todo lo que debe ser cambiado. No podemos cansarnos, el que se cansa pierde y esta revolución no la podemos perder. Por nosotros y por nuestros hijos deberemos luchar por lo que inició nuestro Comandante Chávez.

¡Lo demás será más fácil!

Como hemos dicho desde un comienzo, el país debe ser administrado por un Gobierno Colectivo Y Responsable, integrado por personas de reconocida calidad ética, intelectual técnica y moral, donde los criterios científicos y tecnológicos estén por encima de dogmas y doctrinas religiosas o militares, donde la responsabilidad de cada miembro sea asumida en tiempo presente y no solamente ante la historia. Un Estado diferente, sin caudillos o líderes individuales. Sin tutelajes de potencias extranjeras como EEUU, China, Rusia, etc. Donde se cumpla rigurosamente la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Somos nosotros, los ciudadanos, quienes debemos exigir que se resuelvan nuestros problemas generales.

Ya es hora dejar de estar buscando disculpas por nuestras responsabilidades. No necesitamos zapateros, ni santos, ni trumpetistas, para que nos resuelvan nuestros problemas o nos dirijan nuestros diálogos, o nuestra economía. Tampoco a quienes nos suministren armas para defender nuestra soberanía.

Debemos sustituir el viejo régimen presidencialista, en que el Presidente se cree el Amo y Protector absoluto de todo el pueblo, mientras sus adláteres y beneficiarios enchufados, lo aplauden y defienden, hasta que finalmente el sistema lo sustituye por otro similar, repitiéndose el ciclo de esta injusta y horrible situación.

¡O cambiamos el modelo, o seguimos empeorando!



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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