Un frente amplio nacional bolivariano contra el hambre y la desesperanza

Como mujer y madre que brega a diario por sacar adelante a su familia, quisiera expresar a través de Aporrea el dolor, la impotencia y la desesperanza que roen el alma de nuestro querido pueblo venezolano, llevado a un estado de miseria e indigencia por la actual clase política que sólo los insensibles (o los acomodados) podrían pasar por alto. Acá no caben las excusas de la dirigencia chavista como tampoco de la dirigencia opositora. Ellas, en conjunto, son las grandes responsables de todo lo que sucede con la economía nacional y, por tanto, merecen que se les señale como tales. Así como se pusieron de acuerdo para repartirse cuotas de poder entre sí, habrían hecho lo mismo cuando muchísima gente especializada en el tema advirtiera la situación crítica que nos afecta en el área económica. Ya esto, apelando a nuestra Constitución, serviría de justificación para salir de toda esta dirección política (llámese chavista u opositora, da lo mismo) que nada más ve su ombligo mientras en la calle crece el descontento de millones de venezolanos y venezolanas que se encomiendan a Dios o a la suerte para poder llevar algo qué comer a sus respectivos hogares.

¿Qué hace el Estado? Prácticamente nada. ¿El gobierno? Someter al pueblo a lo que sería un sorteo de dádivas, ilusionándolo con el otorgamiento de un bono para medio paliar sus necesidades, especialmente alimenticias. Por otra parte, le concede millones de dólares a los empresarios que constantemente acusa de conspiradores, saboteadores y especuladores, sin que se observe en ellos un mínimo cambio de actitud en relación con el destino colectivo de nuestra nación. En vez de éso, los venezolanos y las venezolanas somos víctimas de la más despiadada e inmoral especulación de precios de una diversidad de rubros que poco ha faltado, como muchos lo afirman en las colas de bancos y establecimientos comerciales, que se produzca un estallido social semejante, pero de una mayor magnitud, al sucedido el 27 de febrero de 1989.

En cuanto a la oposición, ¿qué hace al respecto? Exhibir nacional e internacionalmente una desmedida ambición de poder, acompañada de una ideología antinacional que le hace subordinarse a los intereses de potencias extranjeras, así como de un desprecio racista hacia nuestro pueblo, como bien se reflejara durante las güarimbas, instigadas abiertamente a través de los diferentes medios
comunicación a su servicio. De igual modo, hay que mencionar sus diligencias en otros países para que se arme una intervención militar para sacar a Nicolás Maduro de la presidencia, violando nuestra soberanía territorial, aunque a sus principales promotores esto no les conmueve ninguna fibra patriótica o nacionalista.

Si esto es a lo que juega la «élite» del país, consciente o inconscientemente, es decir, a ocasionar un nuevo estallido social, entonces es válido que el pueblo comience por desconocerla y retirarle cualquier tipo de apoyo, tal como se hiciera con adecos y copeyanos, optándose por la esperanza encarnada por nuestro inolvidable e irremplazable Comandante Hugo Chávez.

Por eso, aprovechando los espacios de este importante medio, Aporrea, le manifiesto a mis compatriotas y conmatriotas que es cosa necesaria y de interés general que el pueblo se organice espontáneamente en lo que llamaríamos un Frente Amplio Nacional Bolivariano contra el hambre y la desesperanza, tomando como referencia el ya existente, con el General Francisco Visconti, Alexis Campos, Edward Zapata, Claudia Velásquez, Martín García y Peggy Salazar, entre sus integrantes.

Dicho Frente, Constitución en mano, tendrá que confrontar sin miedo la indolencia, el burocratismo y la corrupción que desde hace largo tiempo corroen las diferentes instituciones públicas, lo que pone en evidencia, además, la nula identificación de sus funcionarios con el discurso oficial que se deja oír a cada rato. No puede ser posible que se disponga de leyes del poder popular y de organismos que resultan completamente inoperantes, lo que contribuye a incrementar la sensación de desamparo de los ciudadanos ante los especuladores y los corruptos que se aprovechan de la situación extrema en que nos hallamos. Dios quiera que haya conmatriotas y compatriotas autoconvocados a esta misión en rescate de nosotros mismos.-

taniamichel1977@gmail.com



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