Habría que bien sopesar sus variables; y claro está, que es la de mayor peso, la política, porque se dice que los mayores costos los arroja su función, esto sin desmentir ni menospreciar el demandado factor económico causante de las alteraciones del ideal y que es donde se insatisfacen polarizadas ambiciones.
Ya transcurren casi cuatro lustros en los cuales ha habido molienda, y la pierda no da muestras de rotura ni de quiebre, queda debajo de ella mucha inmoral por triturar, impertinente demagogia que silenciar, demasiada burocracia por exterminar bajo la sincera prudencia de un pueblo sin arrogancia, pero ávido de la metamorfosis económica-política-social: salir del desmadejado sistema e ir a la mayor realidad humanitaria, que converja la multi-funcionalidad de otro sistema con probidades inconexas al occiso bancal de errores de 5 siglos y 1/4 de imposición transcultural condesada en el Continente Indo-Afro-Americano.
Se ha pagado un invaluable precio y ha sido de irrecuperable costo la pérdida a destiempo del Líder Máximo Hugo Chávez; su costo se registra en los asientos de la traición que aún escapa de la molienda y que todavía convive como espía.
Tiene muy alto costo actual; residuos encharcados bajo la demoledora piedra de costo futuro, pululan en el ámbito político, huyen y esquivan el acercarse a presenciar lo que la Roca Tarpeya revolucionaria asola, no corren lance, saben que les puede atraer y triturar dando fin a su carrera zanqueo político-arribista.
El deducible de los costos se factura políticamente, y es deuda acreditada con debito ideológico; asiento que en el pueblo registra un haber de desconfianza, su cierre contable tarda en consolidar, son los pormenores a que se someten los errores de la contabilidad política, ejercicio que complica e implica de sus altísimos costo para conservar el mantenimiento de la gran piedra demoledora.
