Hablando claro

El país de los esqueletos

Me detuve a ver algunos videos del gentío que salió el 27 y 28 de febrero del 89 a demostrar con su apariencia física que lo que había era hambre. Flacos, jalaítos, larguruchos eran los "saqueadores" que cabían en cualquier camisa, en cualquier pantalón. En los camiones donde trasladaban cadáveres cabía un pocotón de gente. Masacrados a plomo limpio; la mayoría eran difuntos hacía tiempo.

Un policía con una sola mano, porque en la otra tenía un fusil, de un solo jalón le daba un batacazo uno por uno a carapachos que no pasaban de 55 kilos. Por eso estaban en la calle; por eso expusieron su vida, y por eso fueron asesinados, según algunos, más de 3 mil seres humanos que su único delito era buscar algo para echarle al buche.

Así como vimos la estampa y corpulencia física del Caracazo, meta el ojo y saque usted mismo la cuenta. Verá que la diferencia no es mucha a la delgadez de ahora. No es necesario utilizar un peso sino la imaginación para saber cuántos kilos tiene cada esqueleto de esos que, con una estatura de 1,67m que se guardaba en un pantalón talla 32 pasó a 28, que de camisa M, ahora cabe en una SS. Echele coco y adivinará rapidito cuántos kilos están guardados en esa ropa de carajito.

Para donde se meta el ojo lo que se ve es carapacho. Desfile de flacuchentos que hace un poco más de un año tenían carnita, mantequita, se le notaba la masita muscular; ahora, sin son ni ton, convertidos en esqueletos y el estómago pegao del espinazo.

Una cuerda de larguruchos es lo que camina las ciudades, pueblos y vecindarios. Lo que se oye son lamentos de esquina a esquina. Miles de razones para tener un cuerpo esquelético. No es una sorpresa ver a un gentío firifiritos de un momento a otro. Brazos largos, pescuezúos y cabezones. Antes las nalgas se iban pa’ la barriga, ahora desaparece nalga, barriga, cachete y aparece el carapacho.

Ahora bien, ¿hay razones para tantos esqueletos? Claro que las hay y muchas. Si una persona gana 248 mil mensual y un kilo de carne tiene un precio de 370 mil, cómo esa persona puede mantenerse gordito. Si medio cartón de huevo está por los 250 mil. Si una papa cuesta 20 mil bolívares. El pollo a 290 el kilo, el pescado de 190 mol hacia arriba; una cebolla 24 mil bolívares, el tomate, el cambur, y pare usted de contar.

¿Cómo puede un ser humano mantener la mentequita que tenía en esas condiciones? Que alguien me lo explique despacito a ver si copio el secreto. Dígame usted si hay un carajito de por medio. Un kilo de leche 720 mil bolos; un paquete de pañal 800 mil; esa tiene que ser una familia de esqueletos.

Lo que sí es cierto es que hay una cuerda marruñecos que se mantienen gorditos porque viven purulitos. La barriga llena y tienen con qué llenar la capotera y llevar pa’ la casa, el morral siempre llega lleno; pero tienen las bolas de creer que todos están en las mismas condiciones.

No quiero ni pensar en tres meses más si esto sigue así. Sólo con pensar uno se enflaquece. Ahora se maquilla la vaina: "Fulano no está flaco lo que está es delgado". Que vaya a comprar un kilo de queso a ver en cuánto se lo pegan. El cochino, el chivo, el ovejo, todo carísimo. Y si alguien sale por ahí y mata un venaíto para saciar el hambre va preso y pa’ ñapa le quitan la escopeta. La próxima película: "El país de los esqueletos". Ojo pelao, Román Chalbaud.



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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