Hablando claro

Yo me pre-acuerdo

De lo que más me acuerdo es que ya casi no me acuerdo de nada. No alcanzo a recordar con exactitud las cosas que han sucedido en la oposición porque estoy pre-amnésico. Poco a poco he venido perdiendo la memoria, se me debilita más y más. No almaceno casi nada y trato de recuperar información del pasado reciente y nada. No me acuerdo sino que me pero-acuerdo.

Me pre-acuerdo clarito que el comandante Chávez de vuelta a Miraflores después del sustico en manos de criminales, sacó un Cristo y le pidió sentarse a dialogar principalmente a los medios de comunicación. De allí, medio me pre-acuerdo, si no me equivoco, se le viene rogando, jalando, hasta arrodillándosele a los opositores para llegar a un acuerdo que apenas llega a un pre-acuerdo porque esta gentecita no quiere bien para nadie.

De lo que sí me acuerdo clarito, todavía no me había agarrado esta amnesia crónica, es que desde ese momento la oposición comenzó a dar señales de lo que es ahora: un pobre e incapaz grupo político que no piensa más que en la maldad. Allí comenzaron a buscar la forma de hundir al país, al final lo consiguieron y también se hundieron.

No sé si es que soy exageradamente bruto o que esto que tengo me va a llevar a no acordarme de nada. Pero antes de que eso suceda tengo que repetir lo que he dicho miles de veces: la oposición utiliza el bendito diálogo para chantajear y reírse si se quiere del gobierno que no decide de una vez por todas gobernar como lo hizo Chávez, sin jalarle bolas a cadáveres.

De lo que también me acuerdo clarito es que la oposición no sale de una ridiculez para entrar en otra. Que si fuera Chávez, elecciones ya, el referéndum, el fraude del firmazo, paro empresarial, paro petrolero, descargue de arrechera, que si el 1% que, por cierto, hasta “el picure” firmó, muertos, carajitos, quema de gente viva, degollados, y siguen detrás de la oposición para dialogar, dialogar qué…

Pero lo que más enciende los motores del desencanto es que para sentarse o pararse en República Dominicana escogen al personaje que si mal me pre-acuerdo, ha sido la persona que más daño le ha hecho al país. Julio Borges con su cara de malandro viejo ha sido capaz de montarse en un avión e irse país por país a pedirles que no envíen medicina a Venezuela, que no contraten, que no inviertan, que la sancionen, que la invadan; y ahí está, sentado con su cara muy limpia dando pena.

Me pre-acuerdo que Julio Borges se vuelve un ocho declarando a la prensa. No sabe lo que dice, no lo piensa y al final la caga. Cínico como no hay otro, el perfecto hipócrita, doble cara. Habla una cosa para los medios pensando otra. Ese otro yo es el que sale de ese cuerpo a buscar la destrucción del país.

¿Quieren pasar un rato desagradable? Lea a Julio Borges en los espacios que le dan en los medios. Véalo en TV. Una rueda de prensa y allí está. Nadie sabe qué escribir porque nadie entiende lo que dice. Y si no lo creen lean u oigan lo que pasó en República Dominicana. No supo decir nada y los periodistas reaccionaron casi que diciéndole: más bruto no puedes ser.

Me pre-acuerdo que todos los días pedían a grito adelantar las elecciones. “Elecciones ya”. Me llega un poquito la lucidez y me acuerdo de esa cantaleta y resulta que ahora no firman el “acuerdo” porque no se acuerdan que llamaban a elecciones, y ahora, como los propios bobolongos no hay quien diga: ni un paso atrás, vamos a Miraflores con el voto popular no con el crimen, la violencia y el terrorismo.

 



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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