Ojala que el discurso de muchos/as no sea parte de la campaña y que esté plegado de sinceridad hacia este tan necesario patrio propósito.
La constancia y paciencia premian el esfuerzo y el pueblo se ha hecho meritorio del premio mayor de la revolución: Comuna; inicia desde el barrio dando pasos organizativos de base, venciendo obstáculos del aún poder constituido de grandes vicios coloniales, demostrando competencia del todo Estado naciente de la popularidad, de la toma territorialidad de espacios-gobierno que germina desde lo chiquito hacia lo grande del poder popular, no es otra cosa más que el simple magnánimo unificado pueblo a pueblo; dígase, desde la presidencia, para que juntos puedan desmontar, demoler el andamiaje borocráta que por siglos allanó los espacios del pueblo en la figura del tripartito Estado económico-político-religioso sin la anuencia del componente soberano ahora previsto de amparo constitucional, de magnas leyes.
Por supuestos, no hay que desestimar al hostil natural: el vejestorio Estado procediendo a medias con poderes aquilatados en 526 años por cumplirse de la bárbara invasión, de sus mantuanos oligarcas con propiedad privada, con asiento español reconvertido en gringo como proseguimiento imperial, de ombligo servil, ADN de morcilla política, de impureza nacionalista, santaderistas que burlan ideal de Bolívar.
La patria y el pueblo paciencian por los vientos que soplan. Unión se hace cada vez más sólida e inquebrantable; no demoremos el hecho.