Un certero sutil zarpazo significa el acto total de independencia monetaria de la audaz política revolucionaria guiada por Nicolás; los gringos han acometido infinidades atrocidades violatorias de la norma internacional, Nicolás solo se había defendido, pero este último acto de defensa a la economía venezolana da en el mero centro de la debilidad emisora del papel dólar sin valor, hojuelas.
Equivale a poner a disposición del continente la herramienta necesaria para la liberación y el enroque económico de la región; y no solo así, porque está en boga el interés y apreciación de casi todo el mundo, gobiernos analizan su posibilidad y le ven segura, sin nada de riesgo y factible para emancipar años de tirano hegemón. Se considera medida extraordinaria y lejana de las hostiles garras del imperio monetario, se agotó la paciencia de los pueblos, ya no más.
Una triangulación está surtiendo gran efecto, pese a lo que su ruin mediática quiera hacer ver al mundo angustiado por negativos resultados que le afectan. China, Rusia y Venezuela sepultan al tigre de papel que nació después de la Segunda Guerra Mundial tras usurpar ajenas glorias hace 72 años, los cuales, han sumido en gran una calamidad a la humanidad y en el más detestable de los desastres, pero la eternidad nunca cumple tiempo y todo principio tiene un finiquito, es ley que no omite, que retorna para satisfacer la verdad del pueblo.
La hora del finiquito ya está pautada para que el desplome se haga realidad; porque, es que hasta sus aliados andan por abandonarle en lo que a economía monetaria refiere, y aunque se otee insólito, los muy desgraciados besan la mejilla del imperio y le señalan al hermano Sanedrín entregándole, valga la mala comparación, nunca hay que olvidar que en el capitalismo no hay amigos, hay intereses que desbordan la inexistente lealtad.
Venezuela se anota otra derrota contra el imperio. Donald Trump, se ahoga en sus bravuconadas, amenaza, insulta y patalea cual niño rico y malcriado que desespera porque ha perdido su dulce chupeta y porque su cerro de dólares desploma al basurero de la economía sin asidero; más papeles para quemar.-
