Quien pretenda decir que a lo interno del chavismo y las fuerzas Revolucionarias no existen visiones antagónicas, disputas por el control político de la dirección y la vanguardia, erigirse como bloque hegemónico e influir en las decisiones del alto mando político y militar de la Revolución, quien pretenda negar la batalla de las ideas dentro del chavismo, como expresión de la misma batalla de ideas en la sociedad, simplemente, carece de perspectiva de la historia. Venezuela es escenario de una aguda confrontación de las ideas, y dentro del chavismo ocurre exactamente lo mismo, podríamos intentar caracterizar, desde un balance general, ciertas ideas en pugna por el control del poder, y es así, en política y en Revolución hay y habrá una lucha por el control del poder, y es que quien no conciba esa dimensión de la lucha política, desde la vocación del poder, solo es víctima de un excesivo romanticismo idealista y altruismo filantrópico, carente de enfoque político. Todos nos disputamos el poder, así es la realidad de lo que en Venezuela ocurre. Ahora bien, volviendo al análisis de la batalla de las ideas dentro del chavismo podríamos ubicar dos grandes ideas: el reformismo restaurador, el Socialismo Chavista y Revolucionario.
La crisis que vive nuestro país, es por que asistimos al fracaso de la ideología reformista y restauradora, que toma control de la dirección posterior a la muerte de nuestro Comandante Chávez, quien fungía, y encarnaba el eje central desde donde las corrientes se aglomeraban, ni reformismo restaurador, ni ultraizquierdismo aventurero, ese era el esquema sobre el cua,l se sustentaban las ideas. Con el asesinato del Comandante Chávez, las ideas se salen de su cauce, generando una lucha frontal por controlar la vanguardia, y eso es naturalmente como debe ser en la dinámica política, quien resulte ganador controla.
Es entonces el reformismo quien ha querido apropiarse del control del chavismo, proponiendo soluciones individuales a problemas colectivos, fomentando la fragmentación de las fuerzas sociales y la conciencia egoísta, convirtiendo el pacto de táctico, a estratégico lo cual ha sido muy peligroso para la estabilidad de la Republica. Esta ideología propugna hacer el Socialismo con las armas melladas del capitalismo, fortalecer y desarrollar la dependencia bajo el esquema de la supresión de la figura del estado en la planificación de la economía y conceder el campo de la economía al sector productivo ( Burgueses), propone atajos, desvíos para restaurar el capitalismo en nombre de la lealtad al legado de Chávez. Esta ideología está mucho más pendiente de las formas, los remoquetes, suprime la crítica, la condena, la persigue, la criminaliza, no orienta, no dirige, somete todos los asuntos a la espontaneidad, no predica con el ejemplo de sus discursos de abnegación y constancia con el sacrificio, enta los tiempos difíciles, que sin lugar a dudas vivimos. Pero esta ideología comienza a agotarse, pues entra en crisis como modelo, al no poder dar cuenta ni respuesta ante los anhelos del pueblo Chavista y Trabajador que finalmente es la víctima, del avance despiadado del capitalismo y su guerra, afectando los bolsillo, estómagos, conciencias y espíritus de los mayoritarios, los pobres de siempre. Parafraseando a Miguel Enríquez, no estamos en presencia de la derrota del socialismo sino del reformismo.
Por otro lado, llegamos a la Ideología Chavista, Revolucionaria, clasista, antiimperialista y Socialista, que frente a la ausencia física de su jefe político y aglutinador Comandante Hugo Chávez ha quedado fragmentada y aislada, sometida a resistir tácticamente frente a la disputa, debe, tiene y está acumulando fuerzas para dar respuesta a la crisis, ha hecho del silencio una táctica de sobrevivencia no oportunista, sino para avanzar y consolidar espacios de lucha dentro del poder político, se está preparando para asumir el partido, pero está en la fase de solventar sus propias crisis, su propia diáspora, va a las elecciones aupando la victoria, aun a pesar de las imposiciones arbitrarias, pero va, intentando amalgamar sus vertientes, esta ideología asume el Socialismo y el plan de la patria, no como símbolos vacíos, sino como horizonte estratégico de su sentido histórico, propone la conciencia del deber social, la satisfacción por el deber cumplido, frente a la humanidad, como razones sagradas de su pelea, propone un esquema económico donde el estado y la sociedad planifiquen la economía basados en la satisfacción de las necesidades de las mayorías, en base a metas nacionales. Esta ideología se sostiene en la disputa interna por la hegemonía, se niega a perder peso, pero no debe estar soportada en los esfuerzos individuales, sino en la construcción colectiva, y he allí uno de los errores que la debilita en su vocación por el poder.
En esa dirección se soporta el contexto de nuestra defensa al compañero Elías Jaua, desde el contexto de la batalla de las ideas, sobre el recae una altísima responsabilidad histórica frente al desenlace de la disputa por el poder político en la dirección política y la idea que resulte ganadora en el control de los destinos de la Revolución Bolivariana. Como dirigente estudiantil, como responsable de ideología del MVR, como Ministro de Agricultura y Tierras, entre otras tareas de responsabilidad política demuestran que contaba con la altísima confianza de nuestro Comandante Chávez, y con su partida ha sido uno de los más asiduos críticos dentro del entorno de la dirección política, que ha cuestionado las imperfecciones, las contradicciones internas, así como ha propuesto volver al cauce para enderezar la acción de gobierno, lo que ha hecho un gran beneficio para la gestión de Maduro.
Nadie confunda su visión estratégica, como silencio cómplice ante las atrocidades del Reformismo que pretende sepultar el Socialismo en su nombre, hay un deber sagrado e histórico, y es mantener la gobernabilidad de la Revolución y ese ha sido el trabajo de Elías Jaua, garantizar e impulsar la estabilidad y que las condiciones vayan perfilando las posibilidades óptimas para que la ideología Chavista logre derrotar el Reformismo y siga controlando el poder del Estado.
Por eso, ante los bodrios escritos por opinadores de oficio que pretenden criminalizar al camarada Elías y señalarlo como participe o cómplice de la crisis, solo ratifican el estrabismo político del que sufren, porque desde la zona de confort, desde el uso de la opinión como oficio, que no milita ni construye, es muy sabroso estar, pero resistir la embestida fascista e imperialista por un lado, aunado a los sabotajes reformistas a los que ha sido Victima el compañero Elías, ni el más pintado resistiría.
Por eso vaya todo nuestro apoyo, nuestra lealtad y acompañamiento a nuestro Ministro Elías Jaua, que no es perfecto, que no es Dios, es un hombre que le ha tocado asumir las circunstancias históricas que le ha puesto la vida, y siempre, a pesar de sus imperfecciones y errores humanos, jamás ha equivocado, ni confundido su bando en la lucha de clases, ha sabido sortear cada una de las coyunturas vividas en medio de nuestra Revolución y sobre todo jamás ha dejado de invitar al debate fraterno, colectivo entre los iguales, siempre buscando alternativas y soluciones desde los Movimientos Revolucionarios, no ha buscado opiniones o directrices al Fondo Monetario Internacional, y tiene la tarea en este momento de proponerle al país los retos del nuevo modelo económico post rentista en la nueva época histórica de nuestra Revolución, que sin duda llegaremos, y los viscerales, que nada aportan a mejorar, deberían ubicar mayor orientación, y más que buscar la destrucción, militar decididamente, y comprender que la política tiene sus momentos y ritmos, y frente a la guerra que vivimos, ha sido Elías Jaua quien ha demostrado su compromiso en la búsqueda de soluciones estructurales , lo que nos indica que se trata de alguien que está resistiendo a lo interno, contra el reformismo y la socialdemocracia roja, por la victoria de nuestra ideología Revolucionaria, proletaria y chavista.
A la carga compañero Elías, con todas las fuerzas de la historia, estamos resueltos a vencer.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
Alejandro Aguirre / José Montilla / César Martínez
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