Lo que pasa en PDVSA, desde la mirada de un obrero petrolero

Hace 15 años se dio inicio al paro sabotaje, todos sabemos las causas y todos sabemos el heroísmo de un pueblo trabajador que tomo la iniciativa de rescatar la industria. Podemos encontrar vídeos de los canales de televisión privados donde a finales de diciembre y en los meses de enero y febrero presagiaban la imposibilidad e incompetencia de los trabajadores petroleros que se quedaron para poner operativa la industria. Uno a uno se fueron cayendo los pronósticos de los falsos videntes petroleros y en tiempo récord los trabajadores que quedaron, sumado a jubilados, trabajadores de contratistas o gente del pueblo con conocimientos técnicos y profundo sentido patriótico, lograron normalizar las operaciones en la industria.

Allí el pueblo y los trabajadores como el 12 y 13 de abril hicieron lo que tenían que hacer sin que nadie les montara estructuras ni le reglamentaran cada paso. Nada de eso. Había unos lineamientos políticos y unas tareas técnicas y los trabajadores más experimentados asumieron el liderazgo. Por primera vez se validaba el conocimiento, la experiencia por encima de cualquier título o sello universitario. Por primera vez vimos jóvenes profesionales universitarios colocarse con hidalguía baja la orden de un viejo trabajador de 35 y 40 años de experiencia en una planta o en un taladro. Por primera vez vimos reuniones de operaciones donde al hombre o mujer de braga sucia se le escuchaba con respeto sus opiniones.

En esos tiempos despertó un enorme sentido de pertenencia, éramos actores en la gestión de nuestros procesos como industria; nos preocupábamos y nos ocupábamos de múltiples cosas de nuestra PDVSA sin pelotear responsabilidades; rescatamos vehículos que estaban en manos de los saboteadores, herramientas, maquinarias, equipos de computación, atendíamos problemas en nuestras comunidades aún sin existir las misiones sociales, impulsamos la creación de cooperativas con aquellos trabajadores despedidos de las empresas contratistas por no sumarse al paro, con los indígenas y campesinos, con las mujeres luchadoras; nos manteníamos vigilantes en las áreas operacionales, siempre contando con el apoyo del pueblo.

Actuábamos con entrega y también con ingenuidad, porque en la medida que se avanzaba también iban tomando posiciones otros actores que poco a poco nos desplazarían de nuestro rol protagónico. En el 2004 comenzaron llegar los nuevos tecnócratas retomando los mismos procedimientos, las mismas normativas de RRHH de la vieja PDVSA para evaluar o calificar a quien era apto y quien no a la hora de ubicar un compañero o compañera en alguna responsabilidad ya sea administrativa u operacional. Resultaba que aquel experimentado trabajador que solo era bachiller pero que en la práctica era un ingeniero y líder comprobado que supo gerenciar un determinado proceso ahora que había pasado la contingencia volvía a ser relegado y sustituido por un muchacho recién graduado, sin experiencia y recomendado. En poco tiempo con apoyo de la alta gerencia fueron desplazados los protagonistas históricos en la resistencia y retoma de la industria; algunos fueron jubilados y otros los trasladaron a distintas áreas como para desarticular los músculos organizativos que existían. Así también se fue instalando una gerencia despótica y caprichosa, que se hacía del control y donde el regaño y la amenaza se imponían sobre la relación orgánica que debe de existir; ejemplo de lo que digo se pueden encontrar en casos de empleados que pagaron con su cargo decisiones ilegales obligados por ese tipo de gerentes mandones, que después se lavaban las manos argumentando que ellos no dieron tal orden.

Un paréntesis en esta lucha lo significó la creación de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores "Jesús Rivero"; aunque esta Universidad la decreto el comandante eterno en el 2008, su génesis se remonta al año 2004 como una respuesta de lucha al desplazamiento al que venían siendo objeto los trabajadores defensores de la industria por parte de la nueva tecnocracia; en ese tiempo se decía, "bueno si se nos quiere desplazar porque no tenemos título, ahora resulta que tenemos nuestra universidad" y de allí del seno de los trabajadores nació toda una metodología de estudio que hoy está inserta en la Ley del Trabajo: La Autoformación Colectiva, Integral, Continua y Permanente (ACICP), los trabajadores asumieron su proceso de autoformación pero no solo para el título, lo asumieron como instrumento de organización para la gestión democrática del proceso social del trabajo. Lamentablemente la UBTJR la amarraron al ministerio del trabajo, la amarraron a la institucionalidad y desde esa institucionalidad se ha pretendido con demasiada torpeza tutelar la expresión auténticamente originaria y protagónica de la clase trabajadora.

Poco a poco aquella pasión del 2003 y 2004 fue cediendo, el voluntarismo fue dando paso a escepticismo o a una participación por conveniencia (para que el jefe nos vea). El amiguismo fue creando cuerpo y con él, los grupos de poder, es común ver como al llegar un gerente nuevo con él se venían los mal llamados; "mi gente de confianza", que no era más que un equipo de operadores que atropellaban y arrinconaban a quienes consideraban "enemigos". Fue desarrollándose una forma de ascenso ligada al nepotismo o amiguismo sumándose el descontrol y la injerencia de gobernadores y grupos proselitista en la industria. Es común encontrar trabajadores de PDVSA en alcaldías, gobernaciones u otros entes sin ninguna asignación; es necesario contabilizar la cantidad de trabajadores que cobran sin trabajar, y aun cuando PDVSA tenga un papel protagónico en lo social y en la ejecución de políticas públicas debe de mantenerse su perfil como empresa que evite que funcionarios públicos solapen sus ineficiencias y sus actos corruptos en la labor social de la industria; basta de que PDVSA y sus trabajadores construyan casas, perforen pozos de agua, reparen y pinten escuelas y gobernantes ineptos se lleven la gloria . Fue abultándose la nómina, sobre todo con más personal administrativo y menos personal operacional. Fue posicionándose la cultura del no trabajo, hasta llegar al extremo de que todo se contrata teniendo PDVSA personal calificado en variadas especialidades; cómo es posible que se paguen millonadas en elaboración de proyectos de ingeniería cuando nos sobran ingenieros, paguemos millonadas en reparación de vehículos cuando nos sobran mecánicos y talleres, paguemos millonadas en vehículos alquilados y tengamos vehículos deteriorándose en estacionamientos, paguemos millonadas a empresas didácticas cuando tenemos los mejores profesionales con una gran experiencia sub utilizados; también a través de Desarrollo Social se hicieron cuantiosas inversiones sin resultados satisfactorios, caso simbólico lo representa una Planta de Maíz comprada en el año 2007 y que aún permanece en unos contenedores, deteriorándose en el Campo de Morichal en Monagas y nadie ha podido darle utilidad.

Con todas esas situaciones que se presenta en la industria podemos valorar dos cosas muy importantes;

  1. Existe un ejército silencioso de trabajadores y trabajadoras política, técnica y éticamente probados.
  2. PDVSA y sus trabajadores han sido el ejercito que más que muchos han aportado a soluciones de nuestro pueblo y siempre hemos estado presente.

¿Cómo encarar la situación actual?

Después del desplazamiento por parte de la tecnocracia politiquera, hemos tenidos momentos como el proceso de la construcción del Plan Estratégico Socialista 2016- 2026, y el resiente Golpe de Timón en PDVSA donde se nos "brindó la oportunidad" de retomar el protagonismo de la clase trabajadora, pero sin embargo aun cuando se han dado avances en cuanto a lo insertado en el PES, tenemos que expresar con dolor que todo esto sirvió de reacomodo de ciertas tendencias o aspirantes individuales a cargos burocráticos, a simple cambios de burócratas. Hoy los voceros elegidos en esas discusiones se han convertido en otros buscas cargos tradicionales, desconectados de las bases y con ínfulas de jefes.

Hoy cuando PDVSA tiene un nuevo presidente, que anuncia cambios, esto no pasara de ser un simple remiendo si esos cambios no vienen acompañados de un nuevo modelo de relacionamiento donde no prive lo individual sino lo colectivo. Y cuando hablo de colectivo, hablo de consulta franca y directa a los trabajadores y trabajadoras sin instrumentos engorrosos y tramposos como lo fue el sistema de selección de los voceros y voceras del PES, que se parecía a la selección del cronograma de juegos del Mundial de Fútbol donde garantizan que los equipos privilegiados pasen las primeras rondas. Si queremos ir realmente a la raíz del problema y a la solución, rescatemos el espíritu de la participación dada en los heroicos días del paro sabotaje.

Propongo en base a las líneas del Plan Estratégico Socialista y en asambleas abiertas en todos los procesos y sub procesos de la Industrian que discutamos:

  • Las soluciones técnicas al problema de la producción.
  • La confiabilidad operacional y la defensa de nuestras instalaciones.
  • El atraso de proyectos medulares.
  • El sistema de contratación de obras y servicios.
  • Los planes de mantenimiento para plantas, estaciones y taladros.
  • El modelo de estructura.
  • Anomalías como la ineficiencia, el amiguismo, compadrazgo, ausentismo, la indisciplina que han provocado la desmoralización de los y las trabajadoras.
  • Evaluemos la allí, en el terreno y también reivindiquemos a aquellos trabajadores que por su rectitud profesional y ética están en las catacumbas.
  • Y concluir con el nuevo modelo de gestión donde de verdad se aplique el mandato de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadoras y las Trabajadoras de la; "Gestión Directa y Democrática de la Clase Trabajadora en el proceso social de trabajo", a través de su instrumento natural que son los CONSEJOS DE TRABAJADORES y TRABAJADORAS.

Si seguimos creyendo que las cosas se arreglan con cambio de individualidades seguiremos repitiendo la misma historia de recibir con aplausos y esperanza a los que vienen y mañana despedirlos con insultos y abucheos.

No ha existido mejor control que la participación social; no le pongamos andaderas ni gríngolas a la participación de la clase trabajadora que en fin es la clase trabajadora quien puede hacer revolución.

Viva Chávez Carajo.

pablofucik21@gmail.com



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