El injerencismo político de las oligarquías latinoamericanas una práctica antidemocrática

Los desesperos de las oligarquías latinoamericanas por enlodar la vida democrática soberana del pueblo venezolano, que libremente ha decidido avanzar al cambio social, es una práctica antidemocrática, porque es una intervención en asuntos políticos que sólo le concierne a la colectividad de Venezuela, y una intransigencia despótica que utilizando el infundio y la adulteración de la realidad, pisotea el derecho internacional.

El pueblo venezolano consciente y bolivariano se ha trazado un derrotero de transformación política, económica y social desde diciembre de 1998.

Con la fuerza de las mayorías humildes camina por el perfeccionamiento de la democracia, liquidando los anacrónicas y antipopulares métodos del fraude electoral, la manipulación de masas electorales con la coima, y la compra de votos como mercancías baratas en el mercado negro de una democracia representativa burguesa, embutida en el cascarón nauseabundo del antidemocrático "Pacto de Punto fijo".

Los plutócratas defraudadores; una mafia empotrada en el poder por medio de mecanismos eleccionarios enajenados a los intereses del capital petrolero, criollo y transnacional, estructuras donde se manejaba, controlaba y gobernaba el curso de los ciclos electorales.

Unas deplorables farsas comiciales basadas también en el engaño, la demagogia y las falsas promesas de los políticos corrompidos y vividores, de esa calaña de mercaderes y políticos licenciosos que se repartían el gobierno rotativamente y se alternaban, en falaz ejercicio "democrático". Una estafa al pueblo sencillo y trabajador que no tenía resorte efectivo en ninguna decisión en los partidos oligárquicos, ni opinión en la escogencia de las candidaturas, ni en la elaboración de las plataformas programáticas, ni en la orientación ideológica de las campañas electorales, de las diferentes corrientes que las élites dominantes presentaban.

La posibilidad de las vertientes sociales populares y de los partidos obreros o ideológicamente alternativos o revolucionarios, se limitaba a condicionamientos que castraban su pensamiento, programa, símbolos y nombre, por un lado, a la miseria económica para el desarrollo de su propuesta de ideas durante la jornada comicial; por otro.

Por último, a la práctica repugnante de la tiranía de un modelo autoritario, que se consumaba cada día de lecciones con el robo en las mesas de votación; donde los partidos perpetuados en los dispositivos del Estado: Acción Democrática (AD) y Copei, se repartían los votos del Partido Comunista y otras opciones populares aplicando la "norma": "acta mata voto".

Inicialmente en 1958 el conciliábulo autoritario "puntofijista" incluyó los partidos burgueses AD, Copei y Unión Revolucionaria Democrática URD; y excluyó al Partido Comunista, destacamento político que destacó con mayor suceso en la derrota de la dictadura de Marco Pérez Jiménez, organizando y movilizando a los movimientos proletarios de Venezuela.

La discriminación se concreta por razones ideológicas, políticas y a partir de falsificaciones, sustentadas en los intereses de clase dominante y en la inmoralidad de los prejuicios y calumnias, derramadas en las frágiles conciencias y mentes entorpecidas de las masas populares.

Los objetivos del "pacto" burgués subrayaba la defensa de la "constitucionalidad" y "gobernar en concordancia con el resultado electoral". Propiciar un "gobierno de unidad nacional" _gobierno de unidad de los sectores de la oligarquía_ considerando una proporcionalidad equitativa de los partidos firmantes, y otros elementos de la sociedad; en la formación del gabinete de gobierno del partido triunfante, así como aplicar un programa de gobierno de interés común.

El contubernio se observa y la dictadura con máscara de "alternabilidad democrática y representativa", se olfatea a leguas. Particularmente se deprava al salir del pacto la URD, en 1962.

En las primeras elecciones encadenas por el "pacto de Punto Fijo" se usaron tarjetas identificadas con color, nombre y símbolo de cada partido electoral contendiente. Al elector se le entregaban los paquetes de tarjetas para la escogencia del candidato a la presidencia y los representantes al congreso de su predilección. Se dejaba las tarjetas de los partidos descartados. A la salida se le obligaba al votante, entregar las tarjetas sobrantes a los adeptos de las agrupaciones dominantes y de esa forma se conocía la tendencia votada.

Con dicha información en los colegios electorales las dirigencias de los partidos políticos sabían cuales banderías estaban ganando, con anticipación al cierre de los centros electorales. De acuerdo a la situación a menudo actuaban destruyendo o quemando las urnas con los sufragios. De esa forma se empezó a ejecutar la violencia del fraude.

El método de los fraudes se hizo más sofisticado con la incorporación del llamado "tarjetón". El fundamento estaba en el mismo código de elecciones y la trampa electoral se convirtió en una maestría. Con esa pericia en la treta comicial mancillaron al pueblo y aniquilaron la confianza política soberana de decidir, arrebataron su protagonismo de elegir.

La metodología se forjó con la indignante regla "acta mata voto". La reglamentación electoral daba los instrumentos para operar a los perpetradores del fraude. Unas doce normas de invalidación de un acta contemplaba el estatuto eleccionario.

Con el propósito de asegurar el fraude los fiscales de AD y Copei estudiaban las causales de anulación de las actas electorales, establecidas en la regulación comicial. Para garantizar la trampa "copeyanos" y "adecos" se repartían los puestos de presidente y secretario en las mesas electorales.

Con la menor presencia posible de electores del lugar en el conteo de votos consumaban el acto vandálico electoral en la oscuridad. Las causas de anulación se aplicaban en el punto de escrutinio y en el centro de totalización municipal se concretaba el fraude, cuando los fiscales como canes rabiosos no dejaban pasar ninguna acta anulada, para después trasmitir los datos ya filtrados al tribunal electoral.

Estas fueron las reglas del juego de la gobernabilidad "democrática" del sistema de "Punto Fijo" basado en un fraudulento mecanismo eleccionario, que le permitió a la oligarquía venezolana la perpetuidad, mientras pudieron hacerlo.

Los actores sociales de las aristocracias reinantes y usurpadoras del poder económico y político del país, articuladas en las uniones de cámaras empresariales, los banqueros y terratenientes, la iglesia católica y el ejército; en alianza con el capital y los intereses neocoloniales, concordaron un pacto político para salvaguardar los privilegios y los fortines del poder político.

La llamada "democracia representativa" es un mecanismo predilecto para garantizarse la hegemonía política con máscara de libertad electoral. El objetivo es perpetuar el dominio político de la oligarquía criolla y los planes de hegemonía imperialista, manteniendo la estabilidad institucional del Estado burgués y el capitalismo semicolonial.

De esa forma, sostuvieron el modelo económico rentista sobre los pilares de la exportación de los recursos del subsuelo, a precio de "gallina vieja", a las corporaciones de hidrocarburos; principal reserva natural venezolana.

Con la vulneración de los derechos políticos y libertades civiles fundamentales manteniendo públicamente una pantalla "democrática", y una propaganda cínica de supuesto respeto a los derechos humanos, sostuvieron una estabilidad artificial y fraudulenta de la sociedad venezolana. Persiguieron la protesta social, penalizaron los movimientos populares y censuraron el pensamiento revolucionario, hasta la coerción de las acciones y las estructuras de los partidos proletarios y la masacre de sus activistas y dirigentes.

En el contexto político actual la oposición y contrarrevolución venezolana agrupada en la MUD, intentan regresar a la catastrófica experiencia del "pacto de punto fijo", un absurdo que jamás puede engañar a un pueblo que ha aprendido las lecciones de un sistema fraudulento y despótico. Esa fue un dramática dictadura maquillada como democracia parasitaria de la oligarquía, perpetuada con los dólares putrefactos de las corporaciones petroleras.

Las elecciones regionales de este 15 de octubre en la República Bolivariana de Venezuela, de nuevo observan a los candidatos y partidos de la MUD desautorizando al CNE.

Estos enmohecidos sediciosos y delincuentes del voto, anuncian fraude, ultrajan al árbitro de los comicios que les ha legitimado y aceptado su participación e inscripción como candidatos, conforme a las reglas electorales establecidas.

Se comportan como cínicos ambiciosos desvariando en contradicciones e incoherencias patológicas, ya que, ese es el mismo CNE que les garantizó los votos y puestos elegidos en todas las elecciones anteriores en que han participado. Nunca les negó el protagonismo político, ni el derecho de organización, expresión, manifestación, movilización, ni reunión; menos aún, la posibilidad de ser electos como compatriotas con iguales libertades.

No es válido desconocer el sistema electoral que administra los procesos de consulta y votaciones del país, que te autorizan la participación, que te dan las herramientas y condiciones de acuerdo a la ley para optar a una gobernación, a una alcaldía, a concejal en un ayuntamiento. Es felonía y dolo. Se siembra la duda sin razón, sin pruebas, sin argumentos, como una acción malintencionada que se utiliza como recurso político sucio, para desacreditar con falsedades un sistema electoral integral y próvido. Se crea una ficticia situación de autoritarismo y negación de derechos para inducir una campaña internacional adversa a la institucionalidad bolivariana.

Es la continuación de una intencionalidad sediciosa y un despropósito más de la MUD. Esa falange mercenaria sigue actuando como oposición contrarrevolucionaria, con exaltación golpista y proclive a la violencia.

La estrategia que testarudamente han promovido, a lo largo de casi 19 años, para justificar sus derrotas electorales, alterar las condiciones políticas reales instaurando artificialmente un clima hostil contra la República Bolivariana de Venezuela, la institucionalidad genuina, la constitucionalidad vigente y el Consejo Nacional Electoral, y de rebote, contra el gobierno democráticamente elegido.

En el fondo está el plan dirigido a nutrir el injerencismo de fuerzas políticas reaccionarias internacionales, representadas por gobiernos, expresidentes, la secretaría general de la OEA y el mismo Departamento de Estado de EE UU, obnubilados con la intervención como parte del proyecto confeso de derrocar el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro Moros, y el plan de guerra de la Casa Blanca para destruir el Estado Bolivariano.

Se ha diseñado una invasión revelada sin disimulos por Donal Trump, con ofuscadas declaraciones y amenazas que vislumbran la maniobra con el propósito de destrozar la República Bolivariana de Venezuela.

Con que desfachatez los instigadores, organizadores, terroristas y confabulados en las guarimbas, el tumulto y la barbarie de la sedición perpetrada por los partidos de la MUD y la contrarrevolución, salen ahora a pedir el voto y respaldo del electorado venezolano.

Con la máscara de "demócratas" con piel de oveja, las fieras asesinas de gente inocente; los traidores de la patria que han llamado a invasión del país, con barita mágica ofreciendo promesas de buen gobierno, soluciones económicas, mantener las Misiones Sociales; los golpistas que aprovechando las garantías democráticas del sistema constitucional reinante, hablan arbitrariamente de dictadura: los bandidos que asaltan los mercados populares y se roban la comida del pueblo; los mafiosos que maquinan un mercado negro monetario; los malhechores que acaparan y trafican con artículos de primera necesidad de la población; ahora con hipocresía enfermiza le solicitan apoyo al pueblo que han agredido, difamado y aterrorizado, en un acto repulsivo de atrocidad e inmoralidad, trágica.

El sistema electoral venezolano es rápido, seguro, transparente, en constante superación y desarrollo.

La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) un paso político de estabilidad social y de convivencia política, que garantiza la armonía para la consolidación de un proyecto social de derechos. Las elecciones regionales una confirmación de la democracia protagónica y salud de la institucionalidad y legitimidad, del orden político bolivariano de Venezuela.

Las lecciones regionales de este 15 de octubre se ratifican como una jornada de democracia participativa y vigorosa, de auténtico protagonismo popular y soberana, que apuntala la movilización del pueblo venezolano frente al intervencionismo.

Reafirma la voluntad de un pueblo consciente desplegando sus vitales fuerzas desde el poder originario, organizado desde la independencia y la energía de las mayorías; contra la violencia, el golpismo y la invasión y, por el diálogo fructífero para la paz.

La votación de este 15 de octubre es una faena democrática que "crece como río crecido" como ha dicho el presidente el presidente Nicolás Maduro.

Fuentes de referencia:

http://www.lafm.com.co/nacional/canciller-holguin-pidio-observadores-internacionales-elecciones-venezuela/

http://www.psuv.org.ve/portada/54-anos-firma-pacto-punto-fijo/#.WdqY8zdrzIU

¿Cómo era eso de acta "mata voto"? http://www.angelfire.com/nb/17m/ActaMataVoto.html

huetar2005@gmail.com



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