Recetas para entender la inflación

La inflación se entiende como el fenómeno donde el dinero decrece cada día en valor, y los bienes y servicios sufren un incremento constante llegando a niveles inimaginables. En otras palabras es la situación que hoy en día hace que el dinero dure menos y las cosas aumenten sin parar.

¿Y qué pasa para que esto ocurra? Simple. Todo deviene del gasto público como sector fundamental, ese gasto se refiere a las compras, pagos, subsidios, distribución del ingreso y muchas veces despilfarro que el Estado asume y cumple. Hablo de despilfarro generalmente por los momentos de bonanza que contradictoriamente son los momentos donde mayormente se produce la irracional y mala planificación, para repartir la riqueza nacional. Ejemplos sobran solo veamos el primer gobierno de Rafael Caldera en Venezuela (1969-1974) y lo que produjo el precio del petróleo.

Perfecto ahora continuemos, ese aumento en el gasto público procura generar más y más ingresos para poder soldar o tapar el desaguadero económico, es como una fuga de gas que inmediatamente hay que tapar, porque es posible que genere una explosión. Surge entonces la pregunta de entonces cómo cubro esto. Tenemos dos opciones cercanas y pragmáticas.

Primera opción: emito dinero inorgánico, para poder saldar el gasto recurro al banco central, y ordeno que este emita billetes o simplemente papel moneda, un dinero realmente sin valor (dato interesante: el dinero en si no tiene ningún valor). Estos billetes al ingresar al sistema financiero nacional generan una descompensación porque su origen no es sustentado, son como moneda fantasma. El valor es ficticio, y esa ficción produce una mayor inflación, donde a mayor cantidad de billetes en la calle se origina que el costo de bienes y servicios aumente. Produciéndose así una solución al gasto público, pero generando más inflación.

Segunda opción: adquiero deuda, la magnitud del gasto público provoca que recurra al mercado internacional financiero, (bancos, entidades mercantiles, etc.). Con esta nueva posición se permite financiar el gasto público, se obtiene recursos para cumplir con los compromisos, pero a su vez se crea otra discordancia porque se produce una deuda que a futuro será complicado saldar, pagar y que para agregar la generación de morosidad genera intereses, lo que hace todavía más difícil la justificada obligatoriedad con los capitales internaciones.

Muy unida a la segunda opción encontramos diversos mecanismos que hacen los gobiernos para acompañar estas formas de obtener recursos, por ejemplo la emisión de bonos, y qué es un bono, es una forma para obtener crédito. Explicado claramente, el gobierno emite bonos, un conjunto de empresas o personas los compran, por esa compra el gobierno recibe dinero que utilizara para cumplir sus compromisos nacionales, gasto público, deudas, etc. Ahora resuelto el problema en el momento pero a futuro es lo interesante, ese bono es creado para una fecha de vencimiento, el gobierno deberá pagar ese bono, y lo que empresarios o personas entregaron al gobierno, muchas veces con intereses, para refinanciar la deuda. Por lo tanto es una solución comprometida y que requiere de mucha planificación para no terminar como el caso de Argentina y sus llamados Fondos Buitres, que aún hoy deben pagar.

Las soluciones de estas situaciones van amarradas de varios factores, que inciden para que el factor inflacionario se mantenga y aumente, por ejemplo: la improductividad, una nación, país o territorio que no mantiene fuerzas de trabajo en evolución hace que decaiga el mercado nacional, mucho más cuando el país posee una economía dependiente de un solo recurso a la exportación, y que se tenga que recurrir a mercados internacionales o al campo de la importación para poder suplir la demanda de bienes y servicios. Adquiriéndose de esta manera mucha más deuda o compromisos.

Una situación también para sumar a las distorsiones económicas es el factor político, la inestabilidad, procesos de enfrentamiento generan que los mercados nacionales y foráneos agudicen o precaricen el intercambio comercial por las inseguridades. Así como también la existencia de un control en el sistema cambiario, puede originar distorsiones, aun cuando estas son sostenidas por causas políticas, esto provoca que existan diversos valores de la moneda, y no una unificación, por un simple juego y abecedario económico: la oferta y la demanda, cuando el gobierno no puede cumplir con todas las demandas y ofertar moneda para todas las partes, surgen mercados alternos que ofrecen el recurso o moneda de intercambio internacional por un mayor valor. Este fenómeno produce que los interesados adquieran moneda en esos sectores y que por lo consiguiente en el ciclo que continuarán realizando, estos inyecten mayor valor inflacionario a los procesos, generándose así más inflación,

No olvidamos tampoco la especulación que aunado a todo muchas figuras económicas agregan a los procesos rompiendo y descalabrabrando el intercambio comercial.

En Latinoamérica, muchos países países han sucumbido durante años por los efectos de la inflación y la hiperinflación, ejemplos del siglo pasado: Bolivia y Perú; pero lo han logrado superar siempre bajo sistemas de gobierno pragmáticos y sanos en el gasto, (se debe gastar menos de lo que se recibe, no al contrario).

Los gobiernos deben evitar gastos insanos, corrupción desmedida, deudas e intereses improductivos. Todo pasa por una buena administración de los recursos, priorizando al hombre social pero sin olvidar que una economía ordenada no es un factor anti-social, muy al contrario es un efecto generador de felicidad y estabilidad de los ciudadanos.

jesuseduardobolivar@live.com

@bolivarjesuss

Escritor, periodista, estudioso y seguidor de los procesos históricos y políticos en Latinoamérica

 



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