El presidente Trump: simpatizante de neonazis, supremacistas blancos y KKK

1. Espero que el mundo tenga siempre presente ese calificativo de neonazi, supremacista y KKK que se ha ganado Trump con sus declaraciones hace unos días; pero también que piense y repiense la gente que los presidentes anteriores de los EEUU, sean del partido demócrata o republicano, han sido más de lo mismo. ¿Qué es lo que ha ideologizado así a todos los presidentes de EUA? Una cosa: tener la creencia de que EEUU debe ser el país más poderoso de la tierra para ser el amo del mundo; y ser amo significa que todas naciones y sus habitantes deben rendirle honores y pleitesía. Cabe para seres humanos que piensan que van a triunfar, que van a ser ricos, aunque pasen por encima de los demás.

2. Se publicó que Trump recibió una buena cantidad de críticas de la cúpula política y empresarial del país, de corrientes de líderes de opinión, en el que pueden incluirse reconocidos conservadores; éstos calificaron de inaceptables las declaraciones de Trump sobre la violencia detonada por neonazis, supremacistas y ultranacionalistas blancos, integrantes del Ku Klux Klan y milicias de extrema derecha en Charlottesville, Virginia, el pasado fin de semana, lo cual acabó costando la vida de una joven y heridas a otros 19 manifestantes pacíficos antirracistas que protestaban contra ese festejo del odio. Hablaba que por igual izquierda y derecha compartían responsabilidad y que había finas personas entre los neonazis y KKK.

3. México no fue un país supremacista a pesar de que en 1822, durante el pequeño periodo del imperio de Iturbide, cuatro países de Centroamérica se le sumaron haciendo causa común. Sin embargo muy poco defendió esa suma de territorios. En ese tiempo del periodo Iturbidista, estuvieron unidos voluntariamente México, Guatemala, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y El Salvador, conformando el Imperio Mexicano junto con otros territorios al norte (una línea imaginaria entre la Alta California hasta el río Mississippi) Cuando Iturbide abdicó a la corona, dichas provincias se separaron de México. Si México hubiese sido un imperio extensionista y ambicioso de poder mundial, hubiera sido otra cosa.

4. Es el problema de búsqueda de poder por encima de todas las cosas; es el poder que construyeron los nazis de Alemania y todo el fascismo que se desarrolló en Italia, España, Chile, Argentina, y otros países donde las dictaduras militares dieron golpe de Estado e impusieron un régimen opresor contra los pobres y explotados. En los EEUU fuera de los tiempos de guerra, no se ha instalado en lo interno un gobierno así, aunque hayan asesinado a miles de negros, a Lincoln, Kennedy y a su hermano, Luther King, Malcom X, pero en el exterior sí han impuesto muchos fascistas y los han apoyado a todos. Por ello dicen: "Son regímenes militares y dictatoriales, pero son nuestros".

5. Se señala que en EEUU las declaraciones neonazis de Trump han provocado fisuras entre sus aliados políticos y empresariales y, tal vez, la peor crisis de su aún joven presidencia; pero no es fácilmente creíble porque el pueblo de los EEUU ha sido educado con esa ideología supremacista, sobre todo los privilegiados yanquis, que son el sector dominante. Si no fuera así, el racismo no se hubiese extendido. Después de la experiencia de Hitler de lanzar una gran guerra mundial, fácilmente se piensa en que Trump podría repetir esa experiencia si no salimos a la calle a protestar. Pero no pensemos que todo el pueblo es antiguerra; existen sectores que tienen la esperanza de que su vida cambie y piensan que la guerra puede ser ese acontecimiento que necesita. (17/VIII/17)

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Pedro Echeverría


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