Una vez instalada la Asamblea Nacional Constituyente, en el ejercicio de su supremo poder, su principal tarea ha de ser la de instalar el mas amplio y efectivo diálogo político que permita garantizar la convivencia necesaria para la y estabilidad y avance de la nación.
La garantía de paz debe estar en la agenda fundamental de las y los constituyentistas. Para que ello sea así, propongo que todas y todos los candidatos que optan por ocupar uno de los puestos de la ANC, firmen UNA CARTA COMPROMISO donde se exprese de manera clara y precisa la obligatoriedad de crear mediante acuerdo principalisimo los mecanismos se diálogo con todos los sectores políticos democráticos, con los sectores economicos, religiosos, entre otros.
Esta debe ser otra muestra de la disposición a la paz que profesamos los revolucionarios y la urgente necesidad de aislar a los violentos que promueven una confrontación entre hermanos y hermanas por las ansias de poder de sectores apátridas.
Con la ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE se instalaría el DIALOGO NACIONAL PIR VENEZUELA, que además podrá hacer propuestas a los asambleistas para introducir aspectos de interés en el debate hacia la construcción del texto constitucional.
Ese diálogo debe arrojar compromisos para una reactivación económica y el control inflacionario, debe buscar vías para el ejercicio democrático con respeto y apego a las leyes, debe formular transformaciones en las instituciones del poder público, control y castigo a la corrupción y bajar los índices de inseguridad. Este proceso debe ser una sincera muestra de voluntad política entre los factores políticos en pugna, con resultados concretos labrados en un consenso patriótico del DIÁLOGO NACIONAL POR VENEZUELA.
Solo así alejaremos todo pronóstico de violencia y conjurariamos el fantasma de una guerra civil para mostrar al mundo nuestro talante democratico , haciendo resaltar la estrofa de nuestro himno nacional «Gloria al bravo pueblo que al yugo lanzó, la ley respetando la virtud y honor».
Esta propuesta debería también ser considerada y suscrita por los sectores democráticos de la oposición, quienes de esa manera se desmarcarían de quienes desde la violencia quieren llevar a nuestro país al abismo.
Los venezolanos y venezolanas merecemos que lis actores políticos de este tiempo permitan el florecimiento de un futuro regado con la paz como el mejor ejercicio de convivencia dentro de un proceso de reimpulso de una sociedad cuyo principio fundamental ha de ser la vida.
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