Recientemente el Arzobispo de la Diócesis de la ciudad de Barquisimeto, Antonio López Castillo, utilizó la imagen de la Divina Pastora para congraciarse con un sector violento de la oposición política venezolana y lo alentó con las siguientes palabras: "sigan luchando por el país, no desmayen que Dios y la Virgen está con ustedes y lo protegen".
Este operador político con sotana y jerarquía dentro de la Conferencia Episcopal Venezolana, no intervino como mensajero de la paz, ni con la tolerancia que debe poseer un representante religioso; sobretodo uno como él que posee investidura en la escala de mando .
Por ésta y otras razones de su accionar político-religioso, conviene mencionar un episodio de nuestra historia reciente, que tiene que ver con el proceso electoral para elegir los integrantes a la Asamblea Nacional Constituyente de 1946. Se trata de la posición del Arzobispo de Caracas de la época, que es contraria a la actitud asumida por el citado Arzobispo de Barquisimeto. En este sentido, mostramos parte de una entrevista del Arzobispo de Caracas, concedida al Diario Últimas Noticias.
"Monseñor, quisiéramos oír su opinión en lo relativo a que las autoridades eclesiásticas conceden permiso a los sacerdotes de COPEI para figurar en sus listas de candidatos a la Constituyente y se lo niegan a los de Acción Democrática para figurar en las suyas.
Mire usted, cada obispado es autónomo en su jurisdicción. Yo sólo mando en la mía, pero mi opinión es que ningún sacerdote debe mezclarse en política, porque ésta enerva las pasiones y el sacerdote debe ser un hombre ecuánime y sereno.
Aquí se me ha presentado el caso de un sacerdote de URD, quien llego a pedir permiso y le he dicho esto mismo. Luego llegó otro del COPEI, a quien le explique que habiendo negado el permiso a uno de URD, no podía dárselo a él para figurar en la plancha de COPEI. Se han retirado ambos convencidos". (En: "Ningún sacerdote debe mezclarse en política, ‘declaró el Arzobispo de Caracas, Monseñor Castillo", Últimas Noticias, Caracas, 16 de Octubre de 1946, p 9).
Ojalá este ejemplo histórico llegue a Monseñor Antonio López Castillo y al resto de la jerarquía eclesiástica, para que actúen como mensajeros de la paz y no como dirigentes de un partido político.
Caracas, 18 de Junio de 2017.