A Toby Valderrama ya no lo lee ni Antonio Aponte

Cuando al análisis político se le mezclan sentimientos foráneos, deja de ser análisis y se convierte en reacción emocional, en más de 10 años nos mantuvimos leyendo la columna Un Grano de Maíz como herramienta teórica, muy útil para entender los pasos que se daban en el proceso de la revolución bolivariana, aparte del componente teórico, el estilo de la prosa invitaba a leerla diariamente, el Presidente Chávez en más de una oportunidad manifestó disconformidad con algunos planteamientos indicados en dicha columna, pero al final entendió la utilidad de la misma y abrazó una consigna de Un Grano como suya, irreverencia en la discusión, lealtad en la acción. Todo iba bien, Un Grano marcaba, indicaba caminos, criticaba errores teóricos, lo más importante hacia propuestas, una vez que el Compañero Rafael Ramírez deja Pdvsa, cambia la columna hasta llegar a despedirse, despedida que a la final fue la que copió el Presidente Maduro con el billete de 100, son despedidas, sin adioses, se van, pero uno los ve todos los días en la misma calle, Un Grano de Maíz/El Arado y el Mar ha debido irse cuando se despidió y no iniciar un juego pervertido de distorsión teórica, que existe un sector fuerte de la social democracia en el gobierno nacional, eso es cierto, que existe un sector ineficiente en el gobierno, eso es cierto y como muestra están los famosos Helados Coppelia o la Empresa Lechera de la Costa Oriental Falconiana, todo eso es cierto, que existe un sector moderado dentro del proceso, eso es cierto, sino pregúntenle a Vielma Mora Amorín y Arias Cárdenas, todo eso es cierto, y debe señalarse, pero de ahí a afirmar que Nicmer, Gonzalo Gómez, Kleber son voces Valientes, es caer en el terreno de la deslealtad en la acción.

No existe un proceso real que no haya tenido enfrentamientos, máxime un proceso como el nuestro multiclasista, donde cada clase puja por sus intereses, por liderar (a excepción de la clase obrera que hasta ahora se conforma con ser invitados), la pelea es dentro del proceso, si queremos que esta generación concluya la obra del Libertador debemos batallar por que la ideología del proceso sea la ideología de la clase obrera, para ello será necesario que se quede en el camino una dirigencia aburguesada, acomodaticia, burocratizada que no entiende los intereses de clase, que llegan a las federaciones para ocupar puestos de Directores Laborales como en otrora lo hiciera Luis Tovar durante la IV República, es tan cierta la desviación de la dirigencia sindical que Un Grano manifestaba en una oportunidad "….esta dirigencia con su práctica y acción mantiene a la clase obrera sumergida en la lógica capitalista, no se percatan del cambio delos tiempos, de la oportunidad histórica de redención que significa la Revolución Bolivariana, sus acciones se limitan a la negociación, más o menos exitosa de su mercancía, su fuerza de trabajo…"; la pelea es interna, no podemos salirnos del proceso, los cambios, si queremos los cambios es batallando, marcando las cosas, haciendo las propuestas, explicándole a la gente desde el piso, no desde la camioneta. Ese mal paso dado por un Grano/El Arado y el Mar que tiene su origen en la salida del Compañero Ramírez de PDVSA, dejó a Un Grano sin el equipo que tenía dentro de Pdvsa, los dejó huérfanos, ahora se da la situación que Toby escribe, sigue escribiendo, pero ni siquiera Antonio Aponte lo lee, 300, 400 lecturas no se comparan con las miles de lecturas de otrora.



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