Binóculo Nº 256

Nicolás, qué esperas para bajar al barrio

No ha existido ningún proceso político que haya tenido éxito sin la inclusión del pueblo. Y sin duda, este no es la excepción. En realidad el poder popular existía mucho antes de que Chávez existiera. Eran las comunidades organizadas, que siempre tenían por detrás la influencia de las organizaciones revolucionarias, muchas de ellas armadas. El trabajo de barrio era fundamental no solo para la consolidación del militante, sino para orientar a las comunidades y enseñarlas a organizarse a fin de avanzar y exigir incluso respuestas gubernamentales a sus problemas.

La muerte virtual de estas organizaciones de izquierda, a finales de los 70, dejó a las comunidades con una pata coja. No obstante, aprendieron y se organizaron en diferentes expresiones que de alguna manera contribuían, ayudaban a sus comunidades. Los grupos musicales, teatrales, deportivos, culturales, fueron el refugio de miles de militantes de izquierda que vieron en las organizaciones políticas el fin de la historia como diría Fukuyama.

Es decir, que cuando llegó Chávez, había una experiencia en el poder popular que él mismo aprovechó para insuflar un ánimo que era menester y entregarles lo que siempre habían necesitado: recursos de parte del Estado para que fueran desarrollándose como expresiones de sus propias realidades, necesidades y dimensionaran sus propias potencialidades.

Pero el pueblo es como es: es el pueblo. Tiene no solo sus propias concepciones, sino sus propias formas de expresar, de entender y de resolver. Es un comportamiento que a nosotros los pequeño-burgueses (todos los intelectuales lo somos según Lenin) nos cuesta mucho asimilar. Yo, que he tomado café en la misma ponchera donde le ponen comida al gato luego de que le echen una agüita del pipote, que por años he estado en ese mundo, aún veo comportamientos y formas de accionar que se me hace difícil tolerar. Siempre recuerdo la anécdota de un acto creo que en Maracay, donde había una mujer como a 25 metros de Chávez y le gritaba y le gritaba "Chávez, Chávez, Chávez" para que él la atendiera debajo de aquel toldo donde el calor debía ser inclemente. Por lo que llegó un momento en que Hugo debió detener su oratoria para regañar a la mujer, con la decencia, respeto y amor que le tenía por supuesto, pero le trató de hacer entender que no podía hablar con ella gritándole. Ella, por supuesto, ignoraba que eso era una impertinencia. Yo, que miraba la televisión, entendí que ella no lo hacía con mala intención, pero llevaba 300 años gritando en espera de que alguien la atendiera. Al final del acto Chávez la hizo traer –cosa que no vimos, pero me contaron amigos militares- y habló con ella, quien lloró, le pidió disculpas, lo bendijo y se fue feliz sabiendo que su presidente le iba a resolver su problema. Por eso lo amaban, porque hablaba su mismo idioma. Cuando la oficial amiga me contó la anécdota, lloramos juntos y así lo habrán hecho muchos de los que la vivieron.

Así es el pueblo. Tiene 300 años haciendo colas, 300 años buscando a un organismo público que le resuelva su problema, que le ponga agua, que no le corte la luz, que le acomode las calles, que le dé un hospital, escuelas, diversión. Lo vivió antes de que llegara Chávez y éste lo compensó. Jamás en la historia social del país, alguien se preocupó tanto por un pueblo como el Arañero de Sabaneta. Jamás el pueblo venezolano tuvo tanto, una deuda social de 300 años que Chávez compensó con creces. No solo le dio hospitales, escuelas y alimentos, sino que les acomodó las viviendas, les dio lavadoras, neveras, televisores, aires acondicionados y refrigeradores. Tanto amó a ese pueblo que hasta le dio la vida.

Pero Chávez, paternalista al fin, supongo que creyó que la creación del poder popular, no significaba darle rienda suelta al pueblo. También sabía que había tantas fallas en el Estado, burocracia y corrupción en el gobierno, que el pueblo comenzaría a cobrar directamente las ineficiencias. La aparición de organismos como Fundacomunal (semillero de la corrupción) por ejemplo, no sirvieron sino para castrar la expresión y la gestión del pueblo; y éste, venerador de Chávez, por respeto decidió hacer lo que su presidente pedía: se quedó quieto y así ha estado por años, en espera de que papá Estado le resuelva los problemas.

En lo personal, nunca he creído que existiera otra vía para resolver los problemas que no sea con el pueblo. La respuesta es muy simple: ha llevado vainas por 300 años y ha sobrevivido. Algún secreto debe tener.

La crisis que vivimos en este momento es la oportunidad para redefinir el papel del pueblo en este proceso, si es que insistimos en que es una revolución, que yo no creo. El Rondón que no ha peleado, tarde o temprano peleará porque sin duda se acerca la hora de los hornos. Ya sabemos que está de este lado, afortunadamente. Lo que debe entender el gobierno es que debe llamarlo a participar y a ser el conductor, junto a su gobierno, de este proceso. No hacerlo marchar únicamente para demostraciones de apoyo, no, debe estar en el puesto de los protagonistas. Debe ser la comuna de París.

Al mismo tiempo, no entiendo qué espera el gobierno para definir una política económica, la que no existe. Yo, que no sé un carajo de economía, tengo clara la necesidad de hacer acuerdos al menos con un sector de la pequeña y mediana empresa, esa que trabaja, que es menos parásita y que está dispuesta a encender las máquinas para producir; pero al mismo tiempo para dinamizar la economía que cada vez su sumerge más en el foso. Hay que parar la importación desmedida y la entrega de dólares a los grandes. Ambas han demostrado que solo alimentan la corrupción y la interconchupancia entre funcionarios y privados para engrosar sus bolsillos. ¿En qué ayuda eso a la "revolución", por favor? Hay sectores de medianos y pequeños productores, que junto a las comunas productivas –que son muchas y sin apoyo-, contribuirían enormemente a activar el aparato económico del país. Con ello, estoy seguro que en menos de dos años saldríamos de la crisis.

Por eso le he pedido a Nicolás que debe salir de Miraflores y reunirse con el pueblo. No asumir una posición de Papá Gallo. Es el pueblo el que nos va a ayudar. Es el poder popular organizado el que es capaz de resistir y de enfrentar para defender lo que le pertenece y tanto le ha costado. Y al final es el pueblo el que va a salvar este Proceso. Es allí donde hay que ir. Ir pa´l barrio, sentarse allá y preguntarle al pueblo qué se debe hacer. Seguro tendrá una respuesta.

Lo que hemos visto en la última semana de violencia, donde por cierto ya no pueden acusar a los colectivos, es una muestra de lo que son capaces de hacer estos "pacíficos", ignorantes, reptilianos, torpes, groseramente violentos y sin un ápice de humanidad. Pero el pueblo, que es sabio y paciente, espera por el cantar de las guacharacas para calcular el tiempo. Si el tiempo llega y Nicolás no se ha sentado con ellos, el choque social será inevitable, porque la paciencia de Rondón también tiene un límite.

Caminito de hormigas…

En los allanamientos en Valencia luego de la violencia desatada por los "pacíficos" lunes, martes y miércoles, se cometieron excesos de manera alarmante. Miembros tanto de la GNB como del Sebin, hicieron desastres y cometieron todo tipo de abusos y atropellos, incluyendo el robo y destrozos de puertas y bienes en las casas. Somos los revolucionarios lo que no podemos permitir esas cosas. Ojalá y hayan castigos y advertencias… No tengo dudas de que hay sectores del gobierno que juegan al desastre y para la oposición. Porque sabiendo de qué son capaces los "pacíficos", cómo es posible que haya 50 autobuses en un estacionamiento en Bolívar y no haya una guardia militar cuidándolos. O un edificio lleno de medicamentos sin que nadie cuide de él. Eso es imperdonable e injustificable. Y el responsable de sus custodias, ya debería estar preso.

 

 



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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