Los responsables del terrorismo deben pagar por la destrucción causada

Uno de los problemas que confrontamos es la falta de castigo para quienes cometen delitos contra el Estado, y ello comprende no solo a quienes se han llenado con las arcas del tesoro nacional, sino tambien a quienes han participado en las conspiraciones desde el momento mismo en que Hugo Rafael Chávez Frías manifestó públicamente su intención de participar en política. Eso ocurrió hace veinte años. Veinte años sin descanzo de la nación venezolana, frente a todas las formas uilizadas por los desplazados del poder para recobrar la impunidad con que actuaron durante los cuarenta años de repartición de la República.

Veinte años de vandalismo institucionalizado: factores empresariales, clero inquisitorial, el poder de los medios, conspiración militar, sabotaje económico, intervención imperial, la inmensa pérdida económica ocasionada por el paro petrolero, sin que en momento alguno se manifestara la intención de obligar a los responsables para rezarcieran económicamente el daño causado. Todo ello, una conspiración desarrollada con el "derecho de actuar pacíficamente", hasta llegar, desde hace cuatro años, a la criminal utilización de métodos terroristas, con grupos de encapuchados, expertos ya con la experiencia de lo desmanes ocasionados en las llamadas guarimbas que, en verdad son actos terroristas. Vandalismo que no puede continuar con la impunidad que pretenden alegar como parte de acciones políticas. No es justo que los malhechores apresados destrozando bienes de los venezolanos continúen sin reembolzar de alguna manera el daño causado y todavía aleguen ser actores políticos. Es preciso, de acuerdo a las leyes vigentes, que el delicuente sea obligado a pagar en dinero, además de pagar en prisión lo que la ley respectiva establezca. Pero no basta con los terroristas individuales, es necesario llegar hasta los responsables intelectuales, para lo cual es suficiente la cantidad de declaraciones publicas de los neonazis de Voluntad Popular, los Falangistas de Primero Justicia, y la recua de los otros partidos opositores, anciosos de participar en el festín que jamás llegarán a gozar, porque frente a ellos y ante las ambiciones del Imperio, Venezuela tiene una Constitución para elegir a nuestras autoridades, un Presidente, Nicolás Maduro, quien es el primero es respetar y hacer respetar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y la comunión de una Fuerza Armada y un pueblo ideológicamente conscientes de los derechos en la defensa de nuestra soberanía.



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