El anciano dializado de ayer en Valencia ¿Qué culpa tiene?

Ayer tarde, dos compatriotas, mayores de 70 años, la esposa manejando y el esposo de co piloto que venía de una sesión de diálisis, en la entrada de Las Chimeneas, no los dejaron acceder a su residencia , y uno se pregunta, ese grupo que dirigía la "protesta" siguiendo instrucciones del alcalde de Feo La Cruz y de la alcaldesa Scaranno, han tenido algún familiar que requiera de diálisis para sobrevivir, le han preguntado cómo se siente la persona, como responde el organismo ante este tratamiento que sirve para retirar toxinas de la sangre y la eliminación de líquidos y que permite realizar tareas inconclusas que no puede cumplir el aparato renal, un paciente recién dializado está expuesto a una gran resaca que se manifiesta con presiones arteriales bajas, fatiga, mareos, dolores de pecho, calambres en las piernas, náuseas y dolores de cabeza ante ese cuadro que lo pudiéramos llamar post clínico, el paciente lo que quiere es llegar a su casa, el cuerpo lo que pide es descanso, sentirse protegido en su ambiente e iniciar la recuperación, un grupo de personas plantadas que de paso violan la Constitución, al impedir el libre paso y circulación de las personas, realmente que buscan, porque no se puede entender esta actitud contra unas personas de la tercera edad recién dializada, con el malestar que eso provoca en el paciente y lo indefenso que se siente una persona que recién acaba de salir de esa práctica de la medicina, y que pudieran ser crítico del gobierno, esa conducta solo puede entenderse desde la óptica de la desubicación irracional de la actividad política. Los ancianos pedían simplemente déjenme pasar que vengo de una diálisis, pero ese grupo con un alto grado de disociación que les impide razonar lógicamente y sentir afecto y amor al prójimo, día a día con sus acciones están alejando a sus mismos partidarios que no han caído en la disociación extremis de sus jefes políticos, a los cuales no les importan las vidas de los venezolanos, afortunadamente el Papa Francisco habló con su Jefe y este envió un soberano palo de agua que dispersó al grupo y los dos ancianos pudieron seguir hacia su hogar.



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