El boicot de las panaderías contra la tradición del pan y el café del venezolano

"El ser humano tiene muchas tradiciones en su vida. Todos tenemos necesidades vitales a cada instante, pero cuando amanece, una de esas costumbres, deja de ser individual y se hace social al tratar de compartirla con un familiar, vecino, compañero, o extraño para acompañar ese instante. Una de ellas es el consumo del pan y el café, y en Venezuela se convirtió en una tradición como muy pocas"

El dicho de la canción "Es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor" tiene para algunos, una connotación sublime, porque expresa que un hábito o práctica se hace tradición de un colectivo como nación por encima de la pasión y que de verse afectada esa costumbre, se estaría hiriendo la semejanza de sentimientos

Nada más sabroso por la mañana que mojar un pan con café y después pasarlo por el queso de matera rayado, y que previo a esa idiosincrasia del gentilicio nuestro, se le haya untado mantequilla o margarina para que todos esos sabores juntos se mezclen con la imaginación gustativa del paladar venezolano. Una experiencia que por costumbre se hizo vida y dulzura de los que hacemos posible que esta Gran Nación funcione desde que el país se levanta. Esta es una de nuestras extraordinaria tradiciones, que inclusive es más fuerte y más arraigada que la misma Semana Santa y la época navideña que son muy importantes desde el punto de vista espiritual y material, pero que son específica y determinadas para una época del año, mientras que el pan y el café es 365 veces en el desayuno y de ser posible de aperitivo antes de la cena. Así que alguien nos quite el pan nuestro de cada día, junto al aroma y gusto del café que atrapan nuestro deleite gustativo y cerebral, es una forma de boicotear nuestras vidas por el placer que sentimos con esos dos productos que son la razón y el ser de cada amanecer de nuestra sociedad venezolana, lo que implica una acción inaceptable de los que han hecho durante mucho tiempo la odisea de desaparecer primero el café y ahora el pan para quitarnos el gusto y el deleite de cada día para desestabilizarnos emocionalmente

Ya en el artículo El caso de las panaderías ¿anarquía o régimen? doy una serie de explicaciones de lo que todos sabemos ha estado sucediendo con el pan nuestro de los venezolan@s.

Meterse con algo tan sagrado como el pan –que es la "ostia" misma en nuestros hogares y demás lugares, así como con el café, "vino" que consagra el orgullo de ser venezolanos con un producto de los mejores del mundo, es pecado, y guste a quien le guste o no guste a quienes están contribuyendo de una forma u otra a que no podamos lograr esa tradición, también deben ser penalizados, sancionados o señalados por todos los usuarios de panaderías y cafeterías, como personas toxicas

Ir contra esta necesidad del pan y del café venezolano, significa que están yendo contra nuestros antepasados, quienes dieron origen a esta nuestra gran tradición, lo que nos llevaría a perder nuestra memoria histórica, perder la memora histórica es perder la identidad, y perder la identidad significa podemos ser manipulados cada vez que se les antoje. Esta tradición ha satisfecho nuestras necesidades venezolanas diarias con las que nos socializamos al comenzar cada día y que viene de generación en generación para seguir la peculiaridad y el distintivo que nos caracteriza

Si el gobierno, sus instituciones y la sociedad venezolana vacilamos en este boicot, si lo permitimos, entonces estaríamos consintiendo que ellos sigan hiriendo nuestros sentimientos más nobles y gloriosos que hemos heredado, el pan y el café de nuestras vidas, y nuestro modo de pensar y de actuar cambiaría, porque permitimos que nos cambiaran nuestra identidad gastronómica de cada día.

Nuestro legado… también es sagrado



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Iván Méndez

Ingeniero. Articulista, productor/locutor y conductor radiofónico. Escritor

 ivanmendez2103@gmail.com

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