El guácharo candidato

No son juegos de niños, señores (¡cuánta ternura la de los inocentes!). En ésta oportunidad “ellos”, los auspiciadores de la colina, pulsarán el botón gris de la “seriedad” banal, con todo y el ditirambo de los adultos cuando dejan de ser niños. Deducen que con esos excesos, al estilo candidato tradicional, disimulan dicterios. Y en el caso específico del humorista de Musipán, las semiclandestinas y sahirientes expresiones contra el honor de nuestras mujeres, con las que “…el guácharo” se gana la vida, pero que de alguna manera le servirá de experiencia al postulado de la guachafita, para que revise y corrija esa forma de poner la cómica, con lo que ofende a las venezolanas.

Es la nuestra una sincera sugerencia de un venezolano, de los que emergen del sótano en el que nos mantuvieron durante los últimos cincuenta años de iniquidad. Y Rausseo, el bonachón de las entrañas monaguenses, “…es sólo un hombre de origen humilde que tuvo éxito en la vida. Un empresario del humor….”, como ya lo exaltan por algo que no envidio, pero del que me dan ganas de quitarle el mote de “el conde”, pues me parece una disparidad con el comportamiento aparentemente ecuánime que, a conciencia asimilaremos en beneficio de la democracia participativa. Además, el hombre de Musipán podrá meditar, a sabiendas que logrará un honroso segundo lugar, aunque distante pero respetable, respecto del honor que le dispensarán 900.000 sufragantes, después que el outsider mayor de la colina no se atrevió a salir a la palestra.

Por otra parte, uno sugiere que ya enseriado el guácharo, se sienta orgulloso de su nuevo papel. Que le agregue a ese cambio el saberse reanimador de cientos de miles de venezolanos, que ya se habían decepcionado de participar, por culpa de las locuras y delirios de unos cuantos seudo líderes que todavía le quedan a los partidos en decadencia, y de los grupúsculos que creyeron salvarse guindando en la escora de la barcaza de Súmate. Y si no me creen, entérense de los reacomodos y de las recientes peleas entre los ya disociados de la realidad. Entre los mismos gallitos de pelea de las primeras tres pasadas, que todavía se devanean con la ilusión de sacar a Chávez, y ahora predispuestos a la atemorización del pueblo para que no vote, sin tomar en cuenta que el coraje de los venezolanos está por encima de mil guarimbas.

Ya, desde estas ruralidades orientales los observamos. Al solitario Ramos Allup actuando como si fuera el dictador Betancourt cuando ordenó aquella abstención que nadie obedeció. Al extrañado Marquina ahora en el campo de la no abstención. Al pistolero del viejo congreso y censor en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, apellidado Alcántara, rabiando porque los mandaron a callar los otros dictadores adecos.

Señor Benjamín, sacúdase esos viejos polvos, que ya son charcos en descomposición, y se dará cuenta que una valiosa parte del pueblo se lo agradecerá. No importa el o los apoyos donde por ahora lo palanquean. A estos los puede resarcir con una cosquilla, de esas que acompañan a las disculpas. Le digo esto porque, además del sobreentendido, y no obstante sus manifestaciones en el sentido de “…no tener compromisos con nadie”, a usted como candidato, el subconsciente le hizo una mala jugada cuando dijo que “si nosotros logramos enamorar esa masa…” (de ni ni, según sus palabras), los mismos adecos que aún quedan por ahí, hastiados de sus dirigentes, pueden sustituir esos dudosos apoyos que, hasta ahora le aúpan tras bastidores. Y percátese de una buena vez, que esa partecita de pueblo no la podrá engañar con una de sus salidas tangenciales. Por otra parte, señor Guácharo, no se le ocurra asomar el apoyo que, seguramente, le está regalando el grupito de sus amigos compuesto por el que se parece al personaje que ilustraba con el nombre de “el egoísta” y que en la vida real lo nombraron Pedro León, el de Sofía; el tal Salazar, alias “tabaco”, el de las cabezas fritas y al “huevero” de Nazoa, quien es una raya en las memorias de un excelente padre, porque lo empavan candidato Rausseo.

Y para finalizar, como se habrá podido dar cuenta señor Benjamín, en ninguna de mis expresiones aquí escritas lo he tuteado. Es que este humilde campesino del único que ha obtenido el permiso para que le digamos TU es del barinés Hugo Chávez Frías. Y en cuanto a su candidatura por el acceso a la casa de Misia Jacinta, no se desanime. Usted está joven, 45 años es nada, vistos desde mi trono de la altivejez. Ahh, y no eche a correr ante la embestida de un Manuel Rosales, buey cansado y con pitones de goma.


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Pedro Méndez


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