Lo tenían calladito pero nunca libre de sospechas. Ya es hasta vergonzosa la forma cómo se está haciendo el periodismo en Venezuela, lo de otros países no me interesa. No vamos a generalizar porque todavía quedan algunos que aún mantienen una ñinguita de ética profesional. Preservan la dignidad de una profesión que hasta hace poco fue una de las más brillantes y admiradas. Claro, en aquellos tiempos la vaina no era tan descarada. Quien negociaba lo llamaban palangrista hoy es de albañal.
Se entendía como palangrista al profesional que recibía un pago por vender la información; la elaboración de un mensaje, realización de un reportaje o escamoteo de una noticia. El palangreo se practicaba "por debajo de cuerda". Que no supiera el "jefe" o los dueños de la empresa. Es decir, se palangreaba con mucho cuidado. Hoy es un negocio descarado donde la ética es basura y los principios morales no cuentan para nada.
Fueron 27 años que pasé metido en los periódicos hasta el día que un accidente me obligó a una triste despedida. Allí aprendí desde cómo barrer un taller hasta montar una olla para que los incautos cayeran mansitos. También vi cómo la papelera servía de basurero para la cuartilla que no interesara. Boletines que ni se llegaban a revisar, pero si había "algo por ahí" cualquiera le daba la vuelta y pasaba buscando "el premio".
Ahora el negocio es en dólares. No he visto la reacción de ningún profesional de la comunicación sobre el anuncio de que el SNTP, organismo que los agrupa, está en el listado de los que recibieron nada más y nada menos que 198 millones, 506 mil dólares desde el 2015 hasta la fecha. Una donación de la Democracia Cristiana, de Alemania.
Los billetes verdes fueron distribuidos desde Montevideo. Claro, todo ese cerro de centavo no fue para el Sindicato nada más. También recibió la gente de Copei, los "santicos" de Voluntad Popular y otros de la misma calaña. Ningún integrante del SNTP ha dicho cuánto le tocó ni dónde está ese realero. Los que nada les tocó tampoco han abierto el pico ni para decir "y pa’ mí no hay nada?".
Con sobrada razón se ha perdido la credibilidad. Lo de ese puñito de dólares se sabe por una carambola. Ahí sí no dicen la verdad ni revelan la fuente. Lo peor del caso es que por unos pocos pagan todos. Hablan de ética, de moral, de principios, de violación de la libertad de expresión. Ahí tienen la respuesta a los que se la echan de moralistas. Los que se dan golpe de pechos. Los que hablan de corrupción. Es una pena que estén hasta fiando a la cosecha la poca dignidad que le queda a la profesión.
Hay unos parapetos como Reporteros sin fronteras, la SIP, etc. Nadie se pronuncia al respecto, pero sí salen en defensa de lo indefendible. Que si en Venezuela ven de reojos a los periodistas; que son deportados negándole cumplir con su profesión; pero nada dicen de la cantidad de periodistas muertos en Colombia; más de 120 comunicadores muertos en México en 4 años. Tampoco dicen de los vergonzosos montajes hechos por CNN, periodistas que se han atrevido a viajar a otro país a montar ollas haciendo pasar un niño por otro. Lo de Irak, lo de Libia, lo de Siria, etc.
Otro caso emblemático de un periodismo irrespetuoso fue lo del 12 de abril 2002. Napoleón Bravo: "Buenos días, tenemos nuevo Presidente". A horas del secuestro del Presidente Chávez. Le acompañaban Leopoldo López, Víctor García, Carlos Molina Tamayo. "Debo decirlo, gracias Venevisión, gracias RCTV", expresó García, y Napoleón lo interrumpe: "Yo voy a decir una cosa, y nosotros tenemos que decir, tanto Venevisión como RCTV, gracias Televen, gracias CMT, gracias Globovisión. García vuelve y dice: "Gracias medios de comunicación", todo aprobado por Leopoldo López.
Son las pruebas de cómo se está "matando" una profesión que antes de que Chávez asomara la nariz tenía una ñinguita de credibilidad. Ya es un conuco cualquiera donde están fiando a la cosecha. Y nadie dice nada. Todo queda en silencio y en el bolsillo de algunos.
