Es indudable que Venezuela sufre una de las crisis más profundas de nuestra historia republicana; y ello sucede luego del fallecimiento del comandante Hugo Chávez. Ningún país de Continente, incluyendo las pequeñas naciones centroamericanas, padece esta terrible situación, esta enorme dificultad en lo económico, social, y político, en la salud y la seguridad ciudadana.
Algunos aducen que el oscuro panorama obedece a una guerra económica, psicológica y mediática desde los centros de poder mundial, llámese Estados Unidos o Europa, a una estrategia imperial para destruir al Gobierno nacional y la revolución bolivariana. Otros aseguran que la ineficiencia, ineptitud y mediocridad de la gestión presidencial, tiene sumida a la Patria en la actual coyuntura. Cada quién, de acuerdo a su particular percepción podrá determinar cuál de las dos visiones es la acertada. Pero hay un factor que, con toda claridad, contribuye a que la crisis venezolana se acelere: la oposición que hace vida en la MUD.
Ese sector, de manera anti patriótica y miserable, ha hecho todo lo posible para agravar el momento actual boicoteando cualquier iniciativa que contribuya a acuerdos que nos conduzcan hacia otros estadios, positivos para la nación. Factores violentos, criminales, como Voluntad Popular, agrupación evidentemente terrorista, o la mini agrupación Vente Venezuela, que no por eso menos peligrosa, sumieron al país en muerte y destrucción en el año 2014, han buscado por todos los medios para crear las condiciones de una guerra fratricida entre venezolanos, el derrumbe del actual gobierno.
Otro sector de la oposición, los que se consideran "democráticos", callan o le siguen el juego a los violentos pues el objetivo que los une, el cordón umbilical que los ata, es salir del gobierno de Nicolás Maduro por cualquier vía, el botín es el poder, Miraflores. En cualquier caso, unos y otros, no podemos olvidarlo, participaron, junto a empresarios y medios de comunicación privados, en el golpe de Estado del 2002 y el sabotaje patronal-petrolero de ese mismo año.
A mi juicio, la oposición venezolana es una mafia política atada a intereses trasnacionales; pujan cada día con más fuerza para que esta agonía que agobia a los venezolanos se profundice. Pienso que en Venezuela no hay una narrativa de esperanza, de futuro, un grupo humano capaz de llevarnos a puerto seguro. Oportunistas, intrigantes y mediocres están sembrando la semilla de la desesperanza; en época del comandante Chávez sí existían problemas, por qué negarlo, pero él era un líder, con amplio apoyo popular; se le respetaba y temía, sostenía el aparato del Estado con su inteligencia y carácter. Con un discurso y una praxis extraordinarios; siempre pendiente de quienes fueron desplazados durante épocas, con un proyecto de país realizable, con visión de futuro. Con una propuesta de democracia real y solidaria. Estoy convencido que Chávez hubiese hecho de Venezuela, como él siempre lo señalaba, un país potencia. ¿Qué nos depara el futuro a corto y mediano plazo?; si la situación continúa como en la actualidad, visualizo más antagonismo y violencia, y aún más, una crisis terminal de impredecibles consecuencias. Ojalá esté equivocado.