No más engaño, más revolución

"Viene bajando el obrero

casi arrastrando los pasos

por el peso del sufrir

¡mira que es mucho el sufrir!

¡mira que pesa el sufrir!..."

"…Hoy es lo mismo que ayer

es su vida sin mañana"

"Pero el patrón hace años muchos años

que está mordiendo al obrero"

Ali Primera.

La historia ha sido una historia de lucha de clases, de luchas entre los explotados y los explotadores, los dominadores y los dominados. Estos últimos luchan contra la opresión. La demagogia y el populismo son expresiones del opresor en nuestra historia, nuevas formas de opresión se han originado, la realidad del obrero venezolano en un gobierno que dice ser un gobierno obrero, es que es engañado haciéndole creer que va a poder resolver con la inmediatez la necesidad. Los aumentos de ingreso bajo la forma de cesta ticket le quitan al trabajador la incidencias del salario en aguinaldos, vacaciones y prestaciones sociales, se crea de este modo una falsa reivindicación del trabajo, el trabajador se enfrenta a la realidad de que es solo un asalariado, tal cual como lo dicta el capitalismo. En Venezuela, de manera particular, acompañando al discurso socialista se toman decisiones a espaldas, sin la participación de los trabajadores, que en vez de favorecerlo lo que hacen es empeorar su situación. Al trabajador no le permiten defender su salario, lo que ocurre es que el gobierno toma decisiones aparentemente en su beneficio, entre otras consecuencias perversas, aumenta el circulante sin que se produzca el más mínimo aumento de la producción, ni una sola de las empresas que el gobierno etiqueta de socialistas ha logrado aportar bienes o servicios que permitan mejorar el abastecimiento para los trabajadores, lo que si ocurre es un gran negocio para quienes se encargan de las bolsas de comida y su distribución, con su burocracia y su corrupción, una vez más pegados como costra a la roncha del sufrimiento de los trabajadores. Los obreros en lugar de organizarse para su emancipación tienen que aceptar las decisiones que los burócratas toman por él, el trabajador queda atado de pies y manos a esta casta de personeros del gobierno que están más interesados en mantener el poder para su propio y único beneficio que defender los intereses de los trabajadores. El gobierno, ejerciendo el poder del estado capitalista, a pesar de que sus personeros alardean en sus vacíos discursos de la condición de socialista, desvergonzadamente favorece los intereses del capital, de los especuladores, de los corruptos, de los traficantes, de los burócratas, de los liquidadores del movimiento de los trabajadores. El gobierno y el estado permiten, favorecen y se aprovechan de la supervivencia del capitalismo.

Ariel Dacal Díaz es un ensayo llamado ¿Por qué fracasó el socialismo soviético? Asevera lo siguiente; "Desde el estallido de octubre, los acontecimientos soviéticos han sido una recurrencia en los espacios del pensamiento y de la política. La incursión en las etapas y temas de esta historia ha estado impregnada de una evidente polarización ideológica. Aun cuando el corolario final de ese intento de tránsito a una sociedad no capitalista fuera la pérdida de una preciosa oportunidad para socavar las bases del dominio burgués, repensar, comprender y, sobre todo, asumir las características del proceso de transición soviético en su conjunto brindan elementos imprescindibles para explicar lo que ha acontecido en Rusia desde 1991, y para configurar las alternativas anticapitalistas que demanda el siglo XXI.

Cualquier pretendido emancipatorio que parta de los límites del capitalismo para su realización debe revisar, una y otra vez, las formas, circunstancias, aportes y desfalcos de esa experiencia. Los noventa años que nos separan de octubre de 1917 son el camino más sólido andado por y para el socialismo. Desestimar esta premisa histórica y política en la lucha anticapitalista es un anuncio de futuros fracasos."

Se sigue concibiendo la revolución socialista de acuerdo a las antiguas revoluciones burguesas, como si se tratara inexorablemente del paso por la fase de la conquista del poder político y la formación del nuevo gobierno, luego la expropiación de la clase capitalista, para devenir en un replanteamiento de las formas de producción, mas, de este modo, el resultado, en el mejor de los casos, es el capitalismo de Estado.

Para que el proletariado pueda dirigir su destino, es preciso que desarrolle su propia forma de organización y un nuevo orden económico, de este modo haríamos realmente la revolución social que esperamos, cuando la clase obrera se organice en acciones de unificación, de organización, de agitación de masas, de desafío al poder burgués con cuyo éxito habrá llegado la verdadera revolución, el capitalismo colapsaría en desorganización de su clase, de su gobierno, de su estado. La producción, el trabajo, los trabajadores y sus aliados lograrían el objetivo fundamental en la lucha contra la burguesía y contra sus órganos: la toma del poder, el establecimiento del poder obrero, la liberación de los avances sociales que en tecnología y ciencia se han producido, garantizando la mayor libertad, la mayor suma de felicidad y el logro de una nueva sociedad de progreso, igualdad, paz y libertad.

En el ínterin, si bien la forma de organización del sindicato se ha burocratizado y ya no representa suficientemente los intereses históricos de los trabajadores y sus aliados naturales; los jóvenes, las mujeres, los intelectuales, en la mayoría de los casos ha sufrido una trasformación perversa al estar al servicio de jefes que parecieran no estar comprometidos con la lucha de sus afiliados, la batalla requerida no la llevan a cabo los dirigentes, el obrero debe empoderarse, la organización es lo que garantizará a la clase obrera su necesaria emancipación. Los partidos políticos nos dirigen burlescamente hacia el interés económico, las masas intuitivamente defienden su calidad de vida y los sindicatos, en el casos de nuestro país lo poco que queda de ellos, no trabajan para la lucha proletaria. La labor del obrero debería ser la de crear nuevas formas de lucha, liberarse de los viejos líderes y organizaciones, los obreros deben encargarse ellos mismos de dirigir su acción.

Intervenir en la organización sindical es indispensable para los revolucionarios, atacar a la burocracia sindical y ganando ese espacio para los trabajadores, ¿practicamos la democracia obrera o seguimos siendo explotados por el capitalismo? ¿Luchamos por el socialismo o persistimos en prácticas opresoras? O los sindicatos son aliados del Estado burgués o se convierten en sindicatos revolucionarios, su independencia del estado los haría verdaderamente revolucionarios, el trayecto natural e histórico sería el de desarrollo su carácter de antagonista del capital y los capitalistas; el movimiento obrero debe generar una oposición de clase que se desarrolle independiente de ataduras indisolubles al partido, lo que lo divide, fragmenta y anula, la clase obrera no debe estar subordinada al partido, la clase obrera debe corresponder a sus propios objetivos. Los revolucionarios deben plantear acciones que partan de la sabiduría de las masas y sus reivindicaciones, hacia la conquista del poder del Estado.

hokotoyoma@hotmail.com



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