Las promesas de Aristóbulo

Ayer, en el programa de entrevistas de José Vicente Rangel --por cierto, un espacio que luce muy sesgado políticamente porque sólo participan voceros del chavismo oficialista--, en fin, el Vicepresidente anunció algunos compromisos en materia económica. Las afirmaciones de Aristóbulo Istúriz complementan, hacen aterrizar diría yo, los anuncios del Presidente Maduro el 1S en la Avenida Bolívar de Caracas. Voy a citar de memoria, pueden disculparme por anticipado ligeras infidelidades textuales, pero veamos lo que se prometió en este domingo de reminiscencias electorales:

  • "este segundo semestre va a estar caracterizado por la esperanza"

  • "Tengo la absoluta convicción de que septiembre será mejor que agosto y octubre mejor que septiembre, lo digo con propiedad, eso lo saben los sectores de la oposición por eso trae desesperación en su seno ya que la esperanza se está construyendo."

  • "(Se) iniciará un cese de las colas en forma progresiva y un mayor control de la inflación a partir de la segunda quincena de septiembre"

  • "Tenemos más sembradío que el año anterior, tenemos materia prima importada como nunca antes en el año que nos garantiza los productos procesados. Desde ya tenemos unas navidades garantizadas, felices".

  • "el tercer cuatrimestre de este año va a ser la esperanza"

Por mi condición de educador jubilado conozco al Profesor Aristóbulo desde hace muchos años, desde que era un gran luchador sindical y, tal vez, quien de alguna manera heredó las luchas gremiales de Prieto Figueroa. Luego fue diputado y posteriormente Alcalde de Caracas. Los demás es historia y todos la conocemos, sin embargo, debo afirmar que ha sido (hasta ahora) el mejor Ministro de Educación de la gestión bolivariana. Una muestra: el cambio curricular que se está desarrollando en la educación primaria se inició bajo su gestión y luego fue paralizado sin mediar explicaciones serías y razonables. El nuevo Ministro, como siempre, le echó tierrita a su antecesor.

He dicho lo anterior porque tengo en alta estima la seriedad del actual Vicepresidente y lo considero un político serio, aunque discrepe el aval que su presencia en el Gabinete Ejecutivo implica a la nefasta gestión económica de Maduro. Sé muy bien de los esfuerzos realizados para el logro de acuerdos económicos con los empresarios en el marco de Los motores de la economía y en la Comisión Nacional de Trabajo para una Economía Productiva. Es justo reconocer que la conducción de Aristóbulo y Pérez Abad (que ya lo fueron) lograron la incorporación de empresarios para la reactivación de la economía, una suerte de reconocimiento de que "sin el capitalismo (empresarios) no puede existir el socialismo" como dijo en una ocasión el economista Víctor Álvarez. Pero eso no el tema a analizar hoy.

¿Qué prometió Aristóbulo Istúriz? Si medimos bien lo anunciado, hizo promesas que si se cumplen estaríamos en presencia del milagro económico que deseamos los venezolanos, y en esta situación ideal, bien vale la pena jugarse a Rosalinda para llegar al proceso de elecciones presidenciales del 2019, dirán Maduro. Se ofreció nada más y nada menos que: 1) inicio de la tendencia progresiva de la desaparición de las colas, 2) reducción de la inflación, 3) incremento de la producción y 4) como corolario, unas navidades felices. Y todo ello sucederá antes del último día de este año.

Aristóbulo coordina los esfuerzos del gobierno nacional para la derrota de lo que ellos llaman guerra económica y los demás venezolanos simplemente categorizamos como crisis. Si se atreve a comprometer su palabra y honorabilidad, diría yo, será con conocimiento de las acciones ya ejecutadas, otras en proceso y algunas que vendrán antes de finalizar el año. En democracia vale más la construcción simbólica de una esperanza que la esperanza en sí misma, pero esa esperanza debe evidenciarse en la vida de todo el país. Así, esta esperanza anunciada ofrece un país con menos colas, inflación en declive, además de superar el desabastecimiento. Si es demagogia o compromiso de alguien que tiene los pelos de la brocha en la mano lo sabremos dentro de poco. Muy a pesar de mi cerebro, mi corazón sigue creyendo en milagros; aunque, como me decía mi mamá, las mentiras tienen patas cortas.



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Nelson Suárez

Docente/Investigador Independiente (Literaratura, Ciencia, Tecnología y Sociedad)

 suarez.nelson2@gmail.com

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