A propósito de la destrucción sistemática de Caracas y la mirada indolente de sus autoridades

Amanecí de bala

Apareció ayer, 4 de julio, en primera plana, en el diario “Ultimas Noticias”, justo abajo del titular “Venezuela equilibra el MERCOSUR”, una foto devastadora.  Si, se trata de la destrucción sistemática de la zona protectora del parque El Pinar. Zona boscosa que no necesitaría de la Misión Árbol si la mirada de nuestras autoridades (Alcalde de Libertador, Alcalde Mayor, Ministerio del Ambiente y a quienes competa) no fuera tan indolente.  Pero igual, pasee su mirada, cuando vaya subiendo para El Junquito y verá como la construcción de ranchos, la democratización de la miseria, acaba con sus ganas de disfrutar del clima y las cachapas de esta parroquia.

 

Intente, en un ejercicio de sobrevivencia, caminar por el centro (ah mundo, antigua Plaza Diego Ibarra), por Sabana Grande, por Catia. Lo reto: por donde usted quiera se encontrará, desgraciadamente, con más problemas que intentos de soluciones. Los buhoneros nos han invadido. Rectifico: según la mayoría de las personas que han trabajado en la Alcaldía de Libertador para censar y planear soluciones para este PROBLEMA, no se trata simplemente del vendedor informal arrojado a este mercado laboral por falta de empleo. No señor, estamos, en la mayoría de los casos, frente a EMPLEADOS de otros: dueños de varios puestos, de dueños de tiendas que han tenido que sacar su mercancía a la acera ante el ventajismo del que tomó la calle y no paga patente ni impuestos.

 

En mis tiempos de estudiante-militante de la otrora aguerrida Bandera Roja, tenía respuestas simples a problemas como estos: “es un problema social” decía son aires de sabiduría. Hoy tengo mis dudas. Y se que probablemente mis amigos José Roberto y Roland hasta piensen que me volví fascista, reaccionaria y otra vaina más; pero queridos panas;  señores Freddy Bernal, Juan Barreto, Ministra Jackeline Farías, no me calo más ese discursito que compré en mis tiempos de estudiante. No. Creo que en el fondo tenemos un gran problema de AUTORIDAD. No es posible que cuatro fabricantes de miseria, de vividores de rapiña convenzan y organicen a unos cuantos necesitados para montar un tarantín aquí, un rancho o carpa más allá y un circo de miseria que cada día nos va cercando más. Y conste, no vivo en el Country. Ni siquiera en Chacao. No tengo carro y me tengo que conformar con ser peatona y usuaria de servicios públicos. Pero me duele en el alma (porque nunca aprendí que la política se practique con racionalidad sino con pasión), ver cómo inauguramos una Misión Arbol para resolver una situación que está ocurriendo hoy, ante nuestros indolentes ojos y que se podría evitar. Es como si usted permitiera que le saquen un ojo para probar que los implantes son efectivos..No se, creo, pasionalmente hablando, que esta vaina no tiene mucho sentido.

 

En el mismo diario al que hice alusión al principio aparecen varias páginas que se quedan frías con anuncios de empleos. Pregúntele a un informal por qué no opta a estos trabajos: “no chica, yo aquí me gano diario más de cien mil bolívares y eso no me lo va a pagar nadie en una oficina; además, yo soy mi propio jefe”. Palabras más, palabras menos para justificar haberse tomado nuestros espacios de esparcimiento y montar grandes mercados persas con estructuras de concreto (caso Plaza Diego Ibarra). ¿Y los famosos mercados anunciados muchas veces por el Alcalde Bernal para reubicar a estos señores?, bien gracias. Pero además, pregúntele al Alcalde si es mentira que los censos no cuadran. Hoy tienen un número determinado de informales censado y mañana, milagro, se duplican. Una simple tabla de Excel (digo yo, en mi ignorancia) pudiera sincerar esta situación. 

 

Lo mismo ocurre con los damnificados. Da la impresión de que quienes han recibido atención a su problemática de vivienda no estuvieran anotados en algún cuadernito o libreta con una marca que diga: vivienda adjudicada en …. Y esto lo vi en Quíbor (Lara), donde asignaron hermosas, espaciosas y cómodas casas a los damnificados de Vargas. Vaya por allá, pregunte cuántos de quienes  siguen allí vivieron la vaguada del 99. La mayoría, me consta, cogieron sus bártulos (que les entregó el gobierno junto con las casas) hicieron remate de ellos, traspasaron las casas y se volvieron a venir a seguir alimentando el círculo de esa miseria que crece con necesidades no tan reales porque pueblos como Quíbor, Guanare, Barinas son “monte y culebra, caballo, y lo mío es la ciudad, el remate, la buhonería”.

 

Yo no soy caraqueña, pero creo que Caracas, sus habitantes, el país y el mundo se merecen una ciudad querida, cuidada, habitable. Y para ello, creo (en mi mil veces reconocida ignorancia), no hace falta visitar otros países “para ver soluciones exitosas”; no hace falta que salgan grandes contingentes de funcionarios a visitar Europa, Brasil, etc. Aquí mismo tenemos espejos como Barquisimeto, una ciudad que se había convertido en territorio de nadie; en Portuguesa, donde hay pueblitos donde da pena hasta escupir en sus calles de lo lindas que están. Y no me vengan a joder con que soy banal; me importa un pepino que me califiquen de tal. Simplemente estoy cansada de que me quieran callar con que los buhoneros, falsos buhoneros, damnificados, falsos damnificados y cuanto bicho de uña descubra que es un negocio  traficar con la miseria y la necesidad de otros, votan. Yo también voto. Los peatones también votamos. Los que tenemos que caminar sobre la basura, sortear caminos atiborrados de vendedores informales, también votamos.

 

Y así como reafirmo mi convicción de trabajar hasta echar el bofe por la construcción de una Patria con diez millones de voluntades para profundizar el proceso revolucionario del comandante Hugo Chávez, reafirmo mi decisión de ser la primera en plantarme en cualquier esquina de esta maltratada Caracas a recoger las miles de firmas  que sean necesarias para revocar el mandato de quienes tienen la obligación de gobernar este caos.

 

Señor Freddy Bernal, señores de la Corporación de Servicios Municipales, Alcalde Barreto: en sus manos y en su conciencia está meterle el pecho a Caracas o permitir que, definitivamente se pierda una oportunidad de oro para demostrar que los pobres también podemos y tenemos derecho a una mejor calidad de vida. Tienen ustedes la palabra.

Volvemos por todos los caminos
Por 10 millones de voluntades por la rebeldía y la revolución NuestrAmericana
Por 10 millones de voluntades contra la corrupción, la burocracia, el capitalismo y el imperialismo

Por todas nuestras luchas

itza97@yahoo.com

 



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Ana T. Gómez (La Guara) / PNA-M13A


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