Digo hermano, por tu ejemplo - por tu lucha, caíste en combate (15-02-1966), por un sueño – una esperanza – cambiar la desdicha de un pueblo explotado, mancillado, asesinado…, como lo ha sido y sigue siendo nuestro hermano pueblo colombiano, eres un hermano mayor de esta Patria Latinoamericana, que nos enseñó con el ejemplo, el estudio, la lucha, la consciencia, y el compromiso con los de Abajo y Adentro, con ese pueblo que todavía reclama tu cuerpo para hacerle honra a tu memoria, la realidad del pueblo colombiano la conociste no sólo como sacerdote en las homilías, sino también como sociólogo, universitario, como hombre preocupado y comprometido por la realidad del campesino y del obrero, ya que las grandes asimetrías y exclusiones que arroja el sistema capitalista y los estados en manos de la burguesía nunca se han preocupado y nunca se preocuparán por los de Abajo –el pueblo-, hoy 50 años después de tu partida, nos sigue convocando para la lucha por la emancipación, por la liberación, por la dignidad, por la inclusión, no sólo como petición misericordiosa, sino como derecho humano, político y económico que tenemos todos los explotados, no solo en territorio colombiano, sino en cualquier territorio donde el capitalismo se alimenta de la explotación de los hombres – jóvenes- mujeres niños y ancianos, de las clases sociales más despojadas.

Hermano Camilo, fuiste militante de la esperanza, compartiste la teología como herramienta para la liberación, y utilizaste las armas de las ideas para el conocimiento liberador, tomaste las armas (ELN), porque la realidad – tu consciencia y tú compromiso te llamaron a ello, hoy sigue vigente tus proclamas publicadas en el periódico Frente Unido en cuyo primer número (Bogotá, 26 de agosto de 1965, página 3) inserta un «Mensaje a los Cristianos» (compartimos acá un párrafo – el primero), y de fecha 9 de diciembre de 1965 - «Mensaje a la Oligarquía» que termina con este último párrafo que no deja lugar a dudas sobre esa realidad que sigue vigente hoy en día, en tu amado pueblo, y en la Patria Grande, donde la oligarquía arrodillada al imperio y a espaldas del pueblo sigue explotándolo y asesinándolo…

"…Es necesario entonces quitarles el poder a las minorías privilegiadas para dárselo a las mayorías pobres. Esto, si se hace rápidamente, es lo esencial de una revolución. La Revolución puede ser pacífica si las minorías no hacen resistencia violenta. La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo, no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos…"

«Como último grito de alarma quiero decirles: Señores oligarcas, el Pueblo ya no les cree nada a ustedes. El Pueblo no quiere votar por ustedes. El Pueblo está harto y desesperado. El Pueblo no quiere ir a las elecciones que ustedes organicen. El Pueblo no quiere a Carlos ni Alberto Lleras ni a ninguno de ustedes. El Pueblo está sufriendo y resuelto a todo. El Pueblo sabe que ustedes también están resueltos a todo. Por eso les pido que sean realistas y que si quieren engañar al Pueblo con nuevas componendas políticas, no vayan a creer que el Pueblo les va a tener fe. Ustedes saben que la lucha irá hasta las últimas consecuencias. La experiencia ha sido tan amarga que el Pueblo ya está decidido a echar el todo por el todo. Desgraciadamente los oligarcas aislados, ciegos y orgullosos parecen no querer darse cuenta de que la revolución de las masas populares colombianas no parará ahora sino hasta lograr la conquista del poder para el Pueblo.»

Gracias hermano Camilo Torres, por tu compromiso y lealtad, por la vida – por el pueblo…

Solo el pueblo salva al pueblo – Ahora más que nunca con Chávez por Siempre…