Hace unos días recibí una llamada de un hermano que me llenó de mucho regocijo, mi hermano Wilmer. Él es taxista en el estado Zulia, me dijo que fue llamado por el bloque de transporte para venderle tres cauchos para su vehículo prestado con el que trabaja para este gran oficio y me dijo emocionado, hermano el precio de los tres, ni la mitad de uno afuera en los comercios privados. Adicionalmente le entregaron la cooperativa algunos celulares para estos profesionales del volante. Lo interesante de esta llamada fue que quería informarme con profunda alegría que le habían dado la noticia de que le entregarían un taxi cero kilómetro en esta semana y hoy viernes a las 6 de la tarde me llamó nuevamente y con voz entre solloza me dice que le acaban de entregar su carro y le respondí ¡Dios que bendición en este régimen que dirige el obrero mayor de Miraflores Nicolás Maduro! En el jardín de Miraflores. Mi hermano Wilmer no estaba con el proceso hasta hace poco tiempo, sus hijos jóvenes –mis sobrinos- mucho menos, pero me pregunto ¿qué pasará a partir de ahora con mi cuñada a quien tanto amo y quiero, mis sobrinos y mi hermano? ¿Que pensaran hacer ahora? Mis sobrinos son buena gente, pero la guerra del capitalismo los atrapó también. Por supuesto, él me contó que me agradecía enormemente porque siempre fui tolerante con ellos y por haber sido paciente en decirle siempre que este proceso es de todos –claro está, esta conversación fue más allá- y que ojalá pudieran ver otros tantos beneficios que ha dado la revolución, que vendrán mejores y más cosas si la mayoría decide apoyar esta revolución socialista venezolana, humanista, una bendición para ellos también.
Este momento me hace referencial también el caso de Ricardo Sánchez y William Ojeda, quienes eran adversos opositores al proceso revolucionario. Ricardo Sánchez era diputado a la asamblea nacional por el escualidismo, y William Ojada también era de oposición. Ahora estos venezolanos son candidatos a diputados gracias al voto de confianza que le dio el pueblo chavista. Pero más reciente está el caso de renuncia a Primero Justicia en el estado Táchira de la secretaria de formación juvenil Delia Mantilla. Todos ellos han entendido que lo que está en juego o más allá de lo comprensible no es ser opositor o escuálido, lo que se arriesga es la patria. Por supuesto, son muchos los dirigentes escuálidos que han dejado las filas de primero justicia y otros partidos de la oposición para hacer el verdadero cambio que seguimos esperando de otros escuálidos y también de otros venezolanos como los que han recibido su pensión u otros beneficios. Seguro estoy que este 6 de diciembre todas esas personas votaran a conciencia por los candidat@s que garantizan la vida, la paz y el amor de este extraordinario país llamado Venezuela.
Para mí la lealtad no es a un partido o gobierno, la lealtad va mas allá, es la patria misma, porque "la patria es el hombre" y todos ellos entendieron que esa lealtad sera la trascendencia de sus vidas. Claro está, que sus arrepentimientos han sido de corazón como mi hermano Wilmer, Ricardo, William, Delia y muchos otros que vieron, entendieron y caminan en la misma dirección humana de la mayoría que tiene derecho a vivir en un país con una sociedad justa y amante de la paz.
Es el momento. Sigamos todos juntos construyendo la Patria nueva, de hombres y mujeres probos, de hombres y mujeres que sean buenos modelos a seguir por nuestros niños, hijos, nietos y herederos. Sigamos unidos con el buen ejemplo.
Recordemos que algunos apósteles de Jesús, antes eran pecadores. Recordemos la metáfora "Que lance la primera piedra quien esté libre de pecado"
Nuestro legado… también es sagrado
