Los pendejos hablan de un fin del chavismo

Pero los chavistas no los leen. Los chavistas no leen monsergas, cánticos ecuménicos, clásicos de la literatura chimba. Los chavistas son unos carajos que van por la vida cagados de la risa trabajando, pensando y admirando a Chávez, per secula seculote.

A los chavistas no les interesa, porque su inteligencia es sudor de pueblo, las opiniones que pueda tener un aprendiz de burócrata arrecho porque no le dan chamba en el gobierno; esos son frustrados del siempre por siempre. Normalmente los teóricos marxistas son pendejos tropicales; Marx no escribió un carajo para pueblos que desconocía, déjate de vainas. Y a fin de cuentas: ¿Dónde están los gobiernos en Europa con características marxistas? El Marxismo es bello, hermoso, especial, atrayente, una ricura papá, pero el marxismo es como una novelita de Corín Tellado; ¡pura paja!

Los CHAVISTAS son revolucionarios, revolucionarios BOLIVARIANOS, óyeme bien; bolivarianos. La idea emergió de ese Chávez que olía a rastro de Sabaneta y no a calle de Alemania, padres judíos y filósofo fe profesión. Los chavistas tienen a un líder que, específicamente, se formó en la Academia Militar viéndose rodeado de miseria (El Valle) y soliloquiando expresó:" Yo quitó esta vaina" y le doy poder a mi pueblo.

Si usted va al interior del país y le pregunta a alguien si es chavista, seguramente le contestará: "Ahorita no, la vaina está jodida". Pero eso es como el sonido que expresa: exterior; por dentro ama a Chávez, lo quiere, lamenta su ida y recuerda su juramento: VICTORIA O NADA Presidente". Ese es el chavista que no ve el teórico revolucionario acucioso de Engels, de Marx que al, parecer no entiende que en América no hay ninguna revolución marxista; esos fueron vapores de la fantasía. Existe una Sandinista; la otra se doblegó ante el mercantilismo que hace falta.

Chavista sigue siendo la multitud que llenó plazas y bulevares, calles y avenidas. Chavista son los que aprendieron el Himno Nacional con él y lo grabaron. Quien hable del fin del chavismo es un intruso de la historia, un pela gato del sentido común, una escoria en la llaga de un camino.

EL CHAVISMO no se doblega. Quien lo sembró creándolo en un croquis de la historia, no se equivocó. Y no lo hizo porque fue capaz de descubrir al que lo pensó; Simón Bolívar y al que lo llevó ante el pueblo para que lo esculpiera en una inmensa piedra de casi un millón de kilómetros cuadrados. Decir que el chavismo tiene un fin, es irresponsable, es producto de la frustración personal de esos floripondios del comic, perendengues que van por ahí con la biblia marxista debajo del brazo tratando de conseguir adeptos para una causa demodé, jurásica, neardenthal. Cubierta de telaraña. El marxismo es EUROPEO, se tuesta en el trópico.

El chavismo es un asta. El chavismo flamea en casas y apartamentos, ranchos y chozas. Es una fuerza que brotó del espacio, del centro de la tierra, para encontrarse en este momento en plena rigidez, alentando al hijo de su gran líder NICOLÁS MADURO MOROS. El chavismo sale a dar su opinión, cuando suena el clarín que le enseñó Hugo Chávez Frías cada cierto tiempo.



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Angel V Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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