La verdad al presidente sobre traición al pueblo

La verdad es única y jamás relativa. La verdad no es realidades, ni éstas necesariamente reflejan la verdad, por cuanto la verdad es material y concreta. Esto se afirma por cuanto desde los centros de ignorancia aprendida, entre academias y universidades, se fomenta la relativización de la verdad, para traficar con la mentira, incluso, poniéndole el ropaje de filosofía desde la pose de lo postmoderno.

Y de este mal, la primera víctima de cualquiera de estos países emancipados y en revolución, es el presidente de la república, porque necesariamente, debe ser la primera presa para derrocar, no a un gobierno, sino a toda una revolución. En el caso venezolano, ni el Comandante Hugo Chávez, ni el obrero presidente, Nicolás Maduro, han podido escapar de la mentira, la adulación y, por ende, de la traición.

En este sentido, hemos de considerar permitirnos sin permiso de nadie, la "irreverencia en la discusión y lealtad en la acción", lo que también implica que nada excusa, ni justifica, que a cuenta de una verdad de algún o algunos desacuerdos con el Presidente de la República, se cocinen -junto con la plutocracia criolla en sus diversas opciones oposicionistas- todo tipo de conspiraciones, que van desde el error deliberado, la abulia, el laissez faire, el boicot y el colaboracionismo, hasta el armar jugadas de laboratorio, con los enemigos del Pueblo y el imperio que preside Barak Hussein Obama y que al primer descuido nuestro, cuando menos lo esperemos, ejecuten la "Executive Order", por cuanto no ha sido derogada y el gobierno revolucionario no será la excepción, porque, simple y llanamente, sería una muestra de debilidad del gobierno estadounidense que no se permitirán jamás.

El caso es que el Presidente Nicolás Maduro, necesita saber, ver, leer, escuchar y constatar verdades, no a medias, ni medias verdades, porque la relativización y la adulación de las que es víctima, las estamos pagando todos, a un alto costo y esto, poco a poco, como "proceso de acumulación de fuerzas", va favoreciendo a todos los oposicionismos, de manera tal que, al igual que los gringos, cuando menos lo esperemos, nos podríamos llevar el zarpazo, no esperado por el gobierno, pero sí sentido desde las entrañas del pueblo. Estamos pues, a merced de la traición.

Podríamos centrarnos en avizorar la traición, desde la principal determinación en un Estado capitalista, así estemos en un proceso de cambios al socialismo: nos referimos a la económica, desde la cual dependen todas las demás. En este orden de ideas, decir que "estamos derrotando o liquidando la guerra económica" es afirmar una gran mentira del tamaño de una catedral.

Eso se evidencia en cualquier cuadra de cualquier barrio, en el centro comercial, en fin, en todos los espacios de la vida social. Y, peor aún, asegurar que por el camino que van las medidas tomadas por el gobierno nacional, ganaremos la guerra económica, es de hipócritas que persiguen fines abyectos, pero principalmente, sería el arma más efectiva para engañar al Presidente Nicolás Maduro y conducirnos a la liquidación de la revolución bolivariana, socialista y chavista.

Por ese camino, la mentira y la adulación, de quien cuida el cargo y, sobre todo, de quien, desde la corrupción y sus intereses crematísticos, cuida los intereses de la burguesía -que necesariamente, es parasitaria- nos están llevando a un atolladero que puede generar un conjunto de condiciones ideales para una implosión social, toda vez que la plutocracia criolla sabe acerca de la ineptitud de sus cuadros políticos de los oposicionismos, además de lo repulsivos que son en términos generales, lo que les garantiza una derrota electoral el próximo seis de diciembre del año dos mil quince.

Vale dejar en claro, que esa clase emancipada, autodenominada "clase media", como igualada que es, es decir, por su ignorancia aprendida y porque es un remedo de la burguesía, cuando el Comandante Chávez y ahora, el Presidente Nicolás Maduro, habla o alude a la burguesía, esta otra se siente ofendida porque, torpemente, cree que el gobierno está hablando de ella, es decir, de esa clase emancipada que también es clase trabajadora, pero que reniega del resto de los de su clase, siente pena étnica, reniega de los suyos e imita a la burguesía.

El caso es que se hace preciso dar un vuelco en materia económica. Pero, este vuelco no lo vamos a alcanzar con adulaciones y mentiras, porque éstas conducen a la traición de la revolución. Esta traición, no procede de Nicolás Maduro, como pretenden hacer ver algunos interesados en mellar la imagen del presidente y hacen labor de zapa, pagando bajo mesa a comunicadores palangristas, se reunen clandestinamente con partidos oposicionistas y participan en saraos y francachelas de clubes, fincas y otros espacios en donde nunca falta un patriota cooperante.

La traición al Pueblo la han hecho todos los que vendieron sus cupos electrónicos y los cupos viajeros a esos mafiosos que compraron esa masa de dinero robada al Estado y ahora la venden al precio del "Dólar Cotufa", porque solo ha sido inflado su valor, por la especulación, la usura y sin ningún sustento, ni variable económica real. Por supuesto, en complicidad con funcionarios corruptos, quienes todavía están en puestos estratégicos.

Traición al Pueblo es ver con vergüenza cómo en absolutamente todas las alcabalas de policías y GNB, que van desde Mérida, pasando por Barinas, por la autopista José Antonio Páez, hasta llegar a Caracas, matraquean a todos los camioneros, quienes de manera cómplice pagan la prote en cada alcabala, pero se lo cobran en la mercancía, al consumidor y usuario. Traición al Pueblos es escuchar cómo militares y civiles de alto y mediano rango, casi sin excepción, hablando horrible de la revolución bolivariana, socialista y chavista, apoyados además, por sus esposas e hijos en esta comparsa de discurso filofascistas en todos los espacios de la vida social, lo que nos asusta porque a fin de cuentas no contamos, de verdad verdad, sino con las Milicias. Este fenómeno no se contiene, dándoles dádivas como carros, apartamentos, carros y créditos, a los militares y sus familias. Esto tampoco se resuelve persiguiendo a los traidores. Esto se resuelve, no enseñándoles consignas, sino doctrina revolucionaria, en todos los espacios, con profundidad ideológica y al que no le guste, que se alce, que se rebele o que se vaya de nuestra FANB.

Traición al Pueblo es no llamar las cosas por su nombre y callarnos cuando arrancaron la tasa SIMADI al mismo monto que la del Dólar Cotufa de la plataforma del Dólar Today. Traición al Pueblo es aconsejar dejar de importar lo que no se produce. Traición al Pueblo es no importar a tiempo lo que la parasitaria Fedecámaras-Venamcham se ha dedicado a desabastecer de manera programada, ralentizar, acaparar y vender a precios exagerados, sin que haya ley, ni autoridad que los haya puesto en jaque, más allá de algún acto puntual.

Traición al pueblo es ver cómo están impávidos y brazos caídos, la mayoría de los alcaldes y gobernadores ante el bachaqueo, el desabastecimiento programado y el sobreprecio en absolutamente todos los comercios y servicios y solo montan algún show mediático cuando hay algún pase televisivo en donde, seguramente, esté el Presidente Nicolás Maduro, a quien engañan con consignas y toda una parafernalia de mentiras y videos.

Traición al Pueblo es seguir con la cantaletica de que el gobierno se siente a negociar con quienes nos están estrangulando económicamente y están liderando esta guerra económica que nos están ganando al Pueblo. Me refiero a negociar o llegar a acuerdos con Fedecámaras-Venamcham y/o reunirse tras bastidores con representantes de Empresas Polar, media hora después de que el Presidente Nicolás Maduro la ha espetado verdades a Lorenzo Mendoza. La burguesía y sus plutócratas jamás conciliarán con el Pueblo. Ellos solo esperan el momento propicio para liquidar al chavismo e imponer el Estado mínimo, es decir, restaurar el neoliberalismo en su máxima expresión.

Igualmente, traicionan al Pueblo, quienes andan haciendo un fuerte lobby para que el gobierno nacional le libere divisas a las aerolíneas que durante el 2012, 2013, 2014 y 2015, en complicidad con agencias de viaje, vendieron a viajeros reales y a los viajeros fantasmas (raspacupos que entregaron sus tarjetas de crédito a terceros), boletos aéreos a tasa del Dólar Cotufa, luego le cobraron al Estado por cada despegue de cada avión como si saliera repleto, pagando dólares a tasa preferencial de SICAD y luego SIMADI, aprovechando el excedente para repatriar sus capitales, generando enriquecimiento ilícito y poniendo otra masa de dinero, tanto en moneda nacional como en dólares, en el recambio del Dólar Cotufa, para disparar aún más la inflación.

Traición al Pueblo, es hacerse los locos y permitir que el Pueblo haga las infames colas para comprar "lo que sea" y no conseguir lo que realmente necesita y si lo consigue, que lo pague al precio especulativo. Traición al Pueblo es boicotear el éxito de la OLPP, iniciativa que nos está liberando de los asesinos, criminales, mafias, narcotraficantes y de todos los paramilitares que como cucarachas, nos invadieron en cada rincón de la geografía venezolana, por orden de Álvaro Uribe Vélez. Traición al Pueblo es hacerse de la vista gorda de todos los prestamistas del "goteo", con dinero del narcotráfico y de los paramilitares, que hacen vida descarada y abierta en Apure, Táchira y Amazonas. Traición al Pueblo es parar las empresas del Estado por "quítame esta paja", pero tolerar, como hacen desde las fiscalías del trabajo del país, todos los abusos contra las y los trabajadores de empresas privadas. Ojalá, aunque sea una de estas traiciones al pueblo, sean atendidas directamente por el Presidente Nicolás Maduro o por lo menos, pudiera empezar relevando a todo el gabinete económico –financiero, conformado por funcionarios que ya nos echaron una vaina irreversible. Estamos frente a un Golpe de Estado Económico en progreso. Cualquier persona de buena voluntad que esté cercana al Presidente, como un deber histórico, por la revolución bolivariana, socialista y chavista, puede empezar a hablarle claramente, sobre la traición al Pueblo que viene gestándose, hace tiempo. Aduladores y mentirosos, favor abstenerse.



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Luis Alexander Pino Araque


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