Parasitismo empresarial contra las EPS

     En primer lugar, debemos dejar en claro que el sector productivo no es la burguesía, es decir, en donde se nuclea el sector llamado empresariado. El sector productivo lo constituye toda la clase trabajadora, la que transforma la materia, la que sirve en la producción de bienes y servicios, en fin, la que vende su fuerza de trabajo, su mismidad, el desgaste de su vida, a cambio de un salario.

     Este salario y sueldo salen como una parte ínfima del producto que genera la ganancia del bien, producto o servicio que constituyen su trabajo con la diferencia que quien controla los medios de producción, gracias a los modos capitalistas, se queda con la ganancia o plusvalía, porque lo que se paga al trabajador, en el juego perverso del capitalismo neoliberal, el pago al trabajador forma parte de los costos se son pechados a los consumidores y usuarios.

    Esa forma de aprovecharse de la ganancia sobre la base de ser el dueño de uno o varios medios de producción, es una manera absolutamente parasitaria, sin soslayar que, incluso, en la acumulación originaria de riqueza, la que dio origen a la burguesía, fue por la expropiación o usurpación de ciertos grupos humanos, de lo que no les era suyo por naturaleza. Se adueñaron de lo colectivo, presente en la naturaleza, en el ambiente y luego lo legitimaron. Originariamente, se apropiaron a la fuerza, a sangre y fuego, robando, usurpando, asesinando y esclavizando.

     Luego, se inventaron excusas, como aquello que hoy dan en llamar “ingeniosos, productivos, emprendedores”, entre otros calificativos, que solo disfrazan la rapiña y el robo del esfuerzo y trabajo del otro. Esto se ha extendido con el paso del tiempo, de manera que con las formas propias de legitimación del capitalismo, hoy se pretende mostrar como un hecho normal y hasta natural, lo que de suyo es expropiación indebida, parasitarismo, robo, especulación y usura.

     Este es el caso del autodenominado erróneamente “sector productivo” empresarial, nucleado en Fedecámaras- Venamcham, desde donde “se roba, pero también se da trabajo. Y, hay quienes dicen que hay empresarios productivos o empresarios buenos, como para congraciarnos con los plutócratas y nuestros explotadores y, en unos cuantos de nosotros porque anhelan que el capitalismo se fortalezca y liquide todo rastro de socialismo.

    Pues, no existen empresarios honestos, ni buenos. No puede haberlos porque de suyo es un contrasentido el serlo explotando a otro y haciéndose rico, millonario o multimillonario a costa o en detrimento de otros, solo que en el capitalismo esa jauría tiene unas reglas, como la de robar y usurpar y apropiarse de la fuerza de trabajo ajeno, pero sin violencia activa, sin derramar sangre, sino liquidando al otro a cuentagotas, además de hacerlo su consumidos consuetudinario lo que en definitiva se convierte en la forma más refinada y sofisticada, de la modernidad, hoy derivada en un reacomodo, a la manera postmoderna, que encierra entre sus contradicciones pingües ganancias, nisiquiera imaginadas por Marx o Lenin, si los tomamos como los referencias teórico-prácticas.

     Todo esto viene a propósito de la vaina que estos señores le echaron al país y a sí mismos. Jugaron sucio para salir: primero del Comandante Hugo Chávez y hoy gozan porque lo tenemos muerto; luego, para terminarse de sacar el asco que les hace regurgitar al saberse gobernados por un obrero, es decir, un chofer de autobús. Jugaron sucio, porque además de hacer parasitado en la IV República y en la V, no solo se han quemado los dólares dados para producción, sino que, se lanzaron en esa carrera loca inflacionaria que ahora los ahoga a ellos también, gracias a la plataforma del mercado paralelo, conocida como “Dólar Today”, en “suciedad” con ciertos funcionarios, que son corruptos, precisamente, porque no son chavistas y hemos de reconocer, que por aquello de respetar el derecho al trabajo, las instituciones, ministerios, alcaldías, gobernaciones institutos autónomos, hasta las alcabalas y garitos, están llenos de oposicionistas que además de corruptos, llevan el vicio del funcionario burócrata, que al juntarse con esa plutocracia criolla, remedo de empresarios, lo único que han hecho, es robar hasta la infinitud.

     Y, desafortunadamente todo el boicot económico, no se resuelve, con darles una palmadita en las manitos suavemente pa´que no lo vuelvan a hacer, pao, pao! Y de paso acelerarles el margen de ganancias, con las llamadas “compras asistidas”. Tampoco se trata de designar a otro parásito que va a un espacio ajeno a la producción, para que gerencie, cuando todos sabemos que lo que han hecho es robas y dejar quebrar empresas.

     Se trata de embraguetarnos y pasarles rigurosamente a los trabajadores, cada empresa, fábrica, comercio y servicio que venda al cambio del dólar golpista, que venda con sobreprecio, que ralentice y acapare. Es decir, hay que confiar en la sabiduría y capacidad de los trabajadores, confiscar tales comercios, fábricas y servicios, para hacer realidad lo que se corresponde con el socialismo bolivariano socialista y chavista: las Empresas de Producción Social (EPS), manejadas por consejos de los trabajadores, con más producción y eficiencia y menos palabras, porque así actúa y piensa esa clase trabajadora que ayer confió en Chávez y hoy se restea con Maduro. 

     De lo contrario, tanta lata dará la plutocracia criolla, que acumulará fuerza para sus fines insurreccionales, con bastante éxito. ¡Ohh, casualidad! Apenas el gobierno importó baterías y cauchos, todas las caucheras y servicios automotrices, empezaron a exhibir cauchos y baterías. Solo nos falta tumbarles esos precios de usura y confiscarlos.

 

Prof. Luis Pino

@l2pino2



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Luis Alexander Pino Araque


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