Escriban la verdad gusanos

“Ladran los perros, Sancho, amigo.” Cuando eso sucede es que somos visibles, nos estamos sintiendo, creamos expectativas. Escuchando los cables que Hugo Chávez leyó en su programa “Aló Presidente”, nos enteramos de que el Ministro de la Defensa de Holanda advierte sobre una posible invasión (¿?) de Chávez a Jamaica, Aruba, etc. Se burla, el gringo de la mierda ése, diciendo que “Venezuela sólo cuenta con un avioncito y un barquito y que eso no será problema para ellos” (Holanda).

En verdad Chávez está invadiendo el mundo, pero con la mejor arma: el humanismo. Otra nota escrita desde un periodicucho hediondo de España (los españoles que vinieron con Cristóforo Colombo, fueron los que trajeron el germen “pata hedionda” desde las cárceles españolas a estas latitudes, donde los aborígenes siempre estaban bañaditos) expresa lo que las sabandijas de esa prensa sumisa y amarillista come mierda, piensan del mandatario nacional. Su odio sobre el humanista Chávez, sirviéndoles de comparsa al invasor W. Bush. Y así sucede en otras partes. Le temen a Chávez. Saben y entienden los pornógrafos de la escritura, que un nuevo líder anda por el mundo en boca de los pobres.

El imperio grita… “Cuidemos nuestros intereses, oh lacayos, que me laméis las patas y los sobacos”. Una parte de España aún cree que en América somos sus esclavos. No soportan que un hombre llamado Simón los haya hecho lamer el polvo de la derrota y que el poema de Neruda… “Despierto cada cien años cada vez que despierta el pueblo” es tan evidente como que llueve hacia abajo. Los oligarcas de esta geografía, los hijos del mantuanismo de Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, son parte de esa comparsa.

Sienten pánico, horror, de que un natural de estas latitudes sea el que gobierne. Y ese miedo es porque saben que durante cientos de años, desde la muerte de Bolívar, no había nacido un hombre con la fibra humanista de Hugo Chávez Frías, que hoy les pide cuentas, democráticamente, del atropello, del latrocinio, de todas las maldades hechas contra una gente que solamente está luchando por lo que le pertenece y más nada. Los mantuanos que se repartieron las tierras, están cagados. Todo criminal es cobarde. Los que regresaron convertidos en hijos de los enemigos de Bolívar, son una sarta de pusilánimes.

Usan ropa de hombre, pero por dentro llevan prendas orladas de colores femeninos. Y no es que la mujer sea cobarde, no; nada de eso, lo que sucede es que cada quien en la vida tiene un derecho y un deber. Nada de usurpar lo ajeno. Los oligarcas de América son mitad hombre y mitad mujer. Les gusta que la parte superior sea la masculina, para poder practicar la orgía, el adulterio, la fornicación que les dice su propia Biblia es pecado, con la parte inferior. Esos mentecatos de El País de España, esos hombrecitos, esos culillúos, los que escriben contra Chávez, creen que están cuidando los intereses de su “madre patria” acá en Venezuela, porque tan escasos de cerebro son, que aún se mantienen en el oscurantismo.

Qué terrible mal le puso la naturaleza a América con esos psicópatas de la ignorancia, los invasores que llegaron con Cristóforo Colombo. Los que allende el mundo escriben contra Chávez, son vampiros, amantes de la sangre de los débiles, de los que menos tienen. Están enojados porque han llegado a la parte delgada del triángulo y comienza el descenso, sin otra cosa que infecciones mercantilistas. Robos, invasiones, pederastias, crímenes con bombas atómicas, misiles y demás herramientas de la destrucción. Los que amenazan a Venezuela y a Chávez, no son más que una sarta de ignorantes, una hilera de pecaminosos, de oscurantistas, de secesionistas, de criminales. Los que desde ese pasquín “culo del mundo”, llamado El País, escriben contra Venezuela, son estiércol de cañerías.

Disculpen lectores. Escribo sin arrechera, empero no puedo obviar a esta sarta de imbéciles españoles y de otras partes del mundo imperial, que nos imagina vestidos como su venenoso Tarzán, porque ellos no son más que esa cosa que vierte el órgano humano por la parte inferior del llamado ano. Esta arrechera no existe en mí. Es que ellos son eso: ¡mierda!. Los invito a venir a Venezuela insensatos, para que vean con esos infecciosos ojos que se han de comer sus gusanos, dónde está la médula de la Revolución Bolivariana. Después escriban, si es que tienen algunas células vivas en esos agujeros sépticos que tienen por cerebro, con la verdad, sin odio, objetivamente, sin enanismo, sin subjetivismo, sin rencor. Vengan, si es que aún les camina sangre por las venas, ¡cobardes de catacumbas!

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Ángel V. Rivas.

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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