En un rastreo minucioso por la página del CNE colombiano y una búsqueda bajo diversos términos en Internet no he podido ubicar, a la fecha, la información precisa de los resultados de las recientes elecciones parlamentarias de Colombia; cosa que contrasta con el caso venezolano donde se consigue antes y después la información numérica precisa.
Supongo si el CNE colombiano lo informará en los días siguientes, pero en la contraparte venezolana la información es inmediata. En todo caso, cruzando información parcial de distintas fuentes, pude enterarme que el padrón electoral para esos comicios parlamentarios colombianos del pasado domingo era de más de 26,5 millones y en la página de El Tiempo de Bogotá pude saber que con casi el 99% de las urnas escrutadas, el total de votos para el Senado, opción con la mayor cantidad de votos, era de apenas 9.390.408, incluyendo los votos nulos, lo cual nos da un porcentaje de abstención de más del 65%.
Extraña que ningún medio de comunicación colombiano, y mucho menos ninguno de Venezuela, entre los diversos comentarios y análisis de esas elecciones, haga ni siquiera una leve alusión a tal porcentaje de abstención, casi igual (3% menos) que el porcentaje en Venezuela en las últimas elecciones parlamentarias, aunque en Colombia hubo convocatoria y concurrencia masiva de todos los partidos y factores políticos, oficialistas y de toda la oposición incluida la extrema izquierda y la extrema derecha.
Tal crasa omisión tal vez se deba a que se pretende ocultar el hecho para no tener que justificarlo, visto que en el caso venezolano ha sido atribuido exclusivamente a un supuesto rechazo a Hugo Chávez y, adicionalmente, se ha pretendido desconocer a la Asamblea Nacional bajo el falso argumento de una supuesta ilegitimidad por el relativamente alto porcentaje de abstención. Como la salsa que es buena para el pavo, es también buena para la pava, entonces deberíamos concluir que el nuevo congreso colombiano con mayoría favorable a Álvaro Uribe Vélez es ilegítimo. Estaremos a la espera de que nuestros recalcitrantes "analistas" criollos lo digan a voz en cuello, como aún alega en el caso venezolano ¿Quién será el primero?
