Esa gasolina

La idea del gobierno revolucionario de mi presidente Nicolás Maduro, de consultar a los sectores de la vida nacional sobre el aumento de la gasolina, ha sido aprovechado por el oposicionismo para distraer a sus afectos sobre la explosión de la Mesa de la Ultra derecha, conocida como la MUD y digo distraer, porque la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo, no es nada comparado con tremendo problema que representa para la cúpula opositora buscar un sucesor, pero más allá de esto, quiero hablar sobre el justo, necesario y oportuno incremento del combustible en nuestro país.

Como es del dominio público, el Estado venezolano subsidia el 97% del precio de la gasolina, al punto que si comparamos, una botellita de agua potable de medio litro, cuesta 10 bolívares y una Coca-cola de dos litro, vale 45 bolívares -un ejemplo sencillo para demostrar lo deforme de la economía nacional- basado en que la gasolina es la que mueve el motor para procesar el agua, producir el envase de plástico y mezclar los componentes del refresco y es ahí donde los altos dirigentes escuálidos dirimen su argumento para establecer que no debe aumentarse el bendito combustible, que a mi juicio no es más que hipocresía pura, porque ellos saben que ningún país productor de petróleo mantiene el costo del carburante tan barato como el nuestro; en México, por ejemplo, para llenar el tanque de gasolina de un carro con capacidad para 60 litros, vale al cambio, 900 bolívares; en Colombia, producto del contrabando de extracción el Estado venezolano pierde más 100 millones de bolívares diariamente, recordemos que no es solo combustible, es también harina precocida, cemento, aceite para vehículos y comestible, arroz, pastas, la lista es larga; allí un litro de gasolina fluctúa entre 120 y 180 bolívares y el diésel está por el orden de los 115.

Por eso el aumento del combustible, es necesario -sin embargo- deben tomarse las medidas del caso, ya que no faltará quien aprovechará la oportunidad para especular, acaparar y distorsionar los parámetros de la economía que se reflejarán en inflación, especulación y acaparamiento, que los sesudos del sector económico denominan: estanflación. No nos llamemos a engaño, el aumento de la gasolina es necesaria –insisto, tomando las medidas del caso- más allá del pago que debe hacer el Estado que ha generado una “fisura” fiscal, por cuanto hay que sincerar muchos aspectos del presupuesto nacional; como hay que tomar conciencia en la cadena de comercialización, cadena a la que se le han anexado nuevos eslabones que vulneran el “bolsillo”, el ingreso salarial del trabajador, toda vez que se ve obligado a pagar el 500% del costo de un producto que hasta ayer valía 120 bs., los pañales, el jabón de baño y hasta la crema dental, son claros ejemplos; además de perder dos horas o más para adquirir un rollito de papel tualet.

¡Ah! Me dijo Carmen Eligia que no hay papel moneda para la elaboración de los títulos de bachiller, por lo que los graduandos deben conformarse con un certificado, mientras se resuelve ese peo.


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Cruz Mario Silva

Representante de Periodista por la Verdad, miembro del Frente de Comunicadores Socialista y de la Plataforma de Periodista Socialistas en el estado Portuguesa. CNP 8739 CRGV 1753.

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