La integración latinoamericana y caribeña, ya es un hecho. Con el cumpleaños del Prócer cubano, José Martí, quien nos legó el ensayo Nuestra América, se ha dado inicio a la II Cumbre de Presidencial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), bajo la presidencia del Cdte. Presidente, Raúl Castro, en la hospitalidad de la Habana de la dignidad y de nuestros amores.
Vale destacar que en este crucial encuentro, por todo lo que definieron y acordaron en lo seguido y adelante, estuvieron presentes, como invitados especiales, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Ban Ki Moon y José Miguel Insulza, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) y, en todo el ambiente, en los recuerdos, discursos y alegorías, estuvieron presentes, la impronta y el espíritu de tres gigantes: el Cdte. Fidel Castro Ruz, desde su modestia sin protagonismo, en el retiro y trabajop intelectual; Néstor kirchner, con su buen humor, optimista empedernido, insistiendo en esa Patria Grande y el Cdte. Hugo Chávez, el gran armador del Siglo XXI, quien se empeño en conjurar otros "Cien años de soledad".
Hemos sido sorprendidos, porque esta Cumbre no se centró en fraseologías manidas, sino en un corpus de ideas, con la verdad como norte y el empeño de hacer las cosas bien, como hermano, como una comunidad.
Esta ha sido una de las mejores clases magistrales de la nueva geopolítica, con planes para la "madre de las naciones y la reina de las repúblicas", con un sentido de unidad, en el que se declaró a América Latina y el Caribe, como una gran Zona de Paz. Primero, hermanos; después de derecha y de izquierda, aunque es evidente, que los sectores progresista y la izquierda son la alternativa en América latina y el Caribe y representa hoy, la redención de nuestros pueblos, oprimidos por la derecha, históricamente..
Es por ello, que el discurso intrigante del porqué presidentes de derecha estaban presentes y no eran considerados "quintacolumnas", es un discurso derrotado, con obras. Se impuso la confianza de hermanos. Y, sobre todo, el reconocimiento de las diferencias, como dinámica que nos acerca al respeto mutuo. En fin, hemos derrotado el criterio imperial del norte, sus intrigas y su modo de hacer política y diplomacia, con zacadillas, trampas, crímenes, genocidios y traición.
Por otra parte, si no quieren, queridos disociados psicóticos, no lo reconozcan. Pero ahí están los hechos. Cuba ha sido por tres (03) días, la capital del América Latina y del Caribe, además de que ha sido el epicentro de todas las miradas, lo que ha sepultado la noción "unipolar" del imperio del norte, apenas unas millas náuticas, para decirle al mundo que otras formas de relacionarnos, por la vida, la paz y el medio ambiente, es posible.
Declaración de Paz, no injerencia y soberanía, son el eje que movió discursos históricos, como el de Evo Morales cuando afirmó que "nos unimos para salvar la vida y la paz y para salvar el planeta"; la sentencia de José Pepe Mujica " la globalización va camino al desastre", para referirse a ese control de los medios electrónicos al servicio del gran capital y de su política económica neoliberal; Daniel Ortega, reconoció que "Cuba nos da fuerzas para creer en revoluciones exitosas"II cumbre Presidencial de la CELAC y así, todos y cada uno de los presidentes, se inspiraron en la "Unidad de hermanos", de derecha y de izquierda, para hablarle al mundo qué sienten nuestros pueblos y cómo somos. De allí que cuando el Presidente Nicolás Maduro, reclama que cese la invasión y colonialismo, sobre Puerto Rico, Guantánamo y Las Malvinas, lo hace a nombre de los pueblos de esta lado, desde una mirada justa y libérrima, la de la izquierda. Y, cuando aura Chinchilla se comprometió en creara las condiciones para abrirnos al mundo, lo hizo, a sabiendas de que eso es lo que queremos: un mundo mejor y salvar el planeta. Por esos somos uno, en la diversidad.
