Binóculo 113

La canción de Chávez

La canción de Chávez

Una amiga de la parroquia Miguel Peña de Valencia, la más grande del país, me contaba que su hija le comentó con preocupación que en la escuela hacía tiempo que no ponían “la canción de Chávez”.

¿Cuál es esa canción de Chávez hija? Le inquirió con preocupación. “Esa que él siempre cantaba de gloria al bravo pueblo…”. “Pero esa canción no es de él, ese es el himno nacional, mi amor”, me cuenta la madre que le explicó. “Si, pero es como si fuera de él, porque él siempre la cantaba. Te acuerdas mami, en televisión cuando siempre salía que se reía mucho y cantaba la canción. Y decía arribaaa, te acuerdas mami”.

Mi amiga comentaba el hecho con gracia, pero yo le aclaraba que más allá de la anécdota, efectivamente yo estaba sintiendo la ausencia de Hugo en la estrategia mediática del Estado. Por favor que no salga ningún idiota a decirme que ha visto los videos de Chávez en VTV o los ha oído en RNV. No me estoy refiriendo a nimiedades, o cosas baladíes. Eso es como poner un extraordinario video de Héctor Lavoe cantando “Mi Gente”. ¿Lo recuerdan con traje a cuadros y corbata grande de lacitos? Chávez no puede ser eso. Sé que existe una Comisión que lidera María Gabriela y que hace una compilación de las cosas de Hugo. Y eso me parece excelente. Debe hacerse. Todo lo que tenga que ver con el Arañero de Sabaneta debe ser puesto en una biblioteca para curiosos, estudiosos e investigadores.

Pero todos sabemos que la permanencia tiene que ver más con el contacto cotidiano. Si la gente deja de tocarlo, la imagen de Hugo saldrá de la hipófisis y se asentará solo en la memoria histórica de quienes seguimos interesados en escudriñarlo en profundidad. Ese es el valor de “la canción de Chávez”. Y esa ha sido siempre mi contradicción con amigos estudiosos de las teorías de la comunicación. Por supuesto que no puede negarse el valor de los libros, mucho menos el valor de las teorías. Pero no es un secreto que vivimos en una sociedad cada vez más virtual, poco dada al estudio y a la lectura, poco le interesa si escribe “hacesino, acecino o asesino” (así las he visto escritas en las universidades donde he dado clase) Para quien la escribe, todas tienen el mismo significado y es el valor real lo que cuenta. Es la sociedad de la imagen: todo entra por la vista y algunas veces por los oídos: Nada para la memoria, mucho menos para el análisis y para la reflexión.

Por alguna razón que no entiendo, nuestros burócratas tienen la falsa creencia de que como ellos leen –los que leen- todo el mundo lee. Y además nos encontramos contradicciones mayores: en una sociedad como la venezolana donde el 75% de la población tiene de 30 años de edad hacia abajo, no hay estrategias comunicacionales dirigidas a ese target.

Vuelvo a Chávez, para quien el problema fundamental estribaba en la educación. Tenía absolutamente claro que el punto de partida para construir una sociedad nueva, era la escuela. Allí debían enfilarse todas las baterías. Allí debía ponerse la atención fundamental, porque ese es el aparato ideológico más importante y con mayor capacidad de penetración. Pero porque además es la conciencia más fácil de manipular, en donde se inocula el veneno, o bien a través del docente, o bien a través del padre, que hoy es un agente importante en la escuela. Por ello la niña dice “la canción de Chávez” y es importante analizarlo en su contexto. Pero en las escuelas privadas sabemos de niños que comentan a otros niños que Chávez era el diablo, o que era ladrón y que tenía al país sumido en la pobreza. Es el mensaje de los padres y del entorno. Estamos hablando del gen de la sociedad, donde el capitalismo a través de sus vías, la iglesia, la escuela, los medios de comunicación, deforman y transforman la mente de los individuos y de las sociedades. Edward Berney, una de las mentes más maquiavélicas sobre las que yo haya leído en mi vida, refiriéndose al tema de la manipulación y el control del poder a través de ella, dijo: “la manipulación inteligente de las masas es un gobierno invisible, que es el verdadero poder gobernante en nuestro país”. Se refería a Estados Unidos, en donde él, sobrino de Freud y asesor de presidentes sucesivos, generó proyectos de extrema importancia sobre control de las masas.

Chávez debe ser una comiquita, bien hecha, simpática, que haga reír, con lenguaje para todo público y que transmitan todas las televisoras a las siete de la noche, y los sábados en la mañana y los domingos. Tal y como el niño enciende Discovery Kids, Disney Chanel, Cartoon Network y todo ese montón de basura ideológica deformante y enlatada que envenena a nuestros niños.

Chávez también debe ser un superhéroe. Un ser con poderes sobrenaturales que vino de las misteriosas y musicales selvas del Amazonas a luchar para salvar a la humanidad. Peleará desde luego con antihéroes, o héroes del mal como Capitalés, Inflacionsón, Narcolox, Corrupsen, Burocrey y tantos otros personajes de la barbarie de estas sociedades.

Chávez debe ser un álbum de barajitas, donde forme parte de nuestros héroes de la independencia. Un álbum bien concebido, para niños, que los entusiasme, no que los obligue. El que lo llene se gana una tableta, o un Aifon, o un viaje a Margarita con sus padres y hermanos, o una casa si no tiene.

Chávez debe ser una novela. Una novela por capítulos de 9 a 10 de la noche, que compita con todas las novelas, de esas basuras que se hacen en el país o que se importan. Una novela sobre el hombre atormentado que era, sobre lo que planteaba, sobre lo que sentía.

Chávez debe ser una calcomanía, un forrito de celular, un llavero, la etiqueta de una red social, una franela con un diseño especial.

Sus frases, algunas contundentes y agresivas, otras aleccionadoras, didácticas, jocosas, inteligentes, todas deben estar pegadas en cada valla, rincón, mural de cualquier parte del país. Ningún acto oficial debe poner el himno interpretado por una orquesta, sino por su voz, que era bien prístina y bien grave.

Lo he dicho entre camaradas, lo he comentado en mi programa de radio y ahora lo estoy escribiendo. Hay sectores del chavismo que están determinadamente interesados en que el país se olvide de Hugo, de sus enseñanzas, de sus lecciones y de sus orientaciones. Ello es preocupante. Comienzo a determinar algunos elementos que me indican la incipiente conformación de un sector mixto (chavistas y opositores) que están dando los pasos para montar tienda aparte. ¿El nacimiento de un nuevo sector de la burguesía? Quién sabe. Al menos tienen el suficiente poder económico y político para hacerlo; y comienzo a convencerme de que lo están haciendo. Si eso ocurriera, con toda seguridad que no volveríamos a escuchar más “la canción de Chávez”.

Caminito de hormigas…

Los asesores de Henrique en Estados Unidos, lo convencieron de que la estrategia era equivocada, y que en consecuencia era menester cambiar el look y el discurso luego del 8D. Por eso le dio la mano a Nicolás en aquella reunión. Debieron decirle que se hiciera un tunin. A lo mejor lo cambiaban completo, y hasta lo hacían inteligente… Leopoldo López comienza a hablar duro dentro de la oposición en vista de las 12 alcaldías en su poder. Solo que no lo están escuchando mucho. Los alcaldes opositores están más interesados en ver qué les ofrece el gobierno, y después actuar… El Teniente coronel Marcos Pérez, jefe de Mercal en Carabobo, debería explicarle a los carabobeños y al país, porqué los alimentos destinados al penal de Tocuyito son controlados por los pranes. ¿No hay autoridad allí?... En diciembre tuve una conversación con un médico camarada amigo, especialista además en salud pública. Cuando le inquirí que haría él con los hospitales, su respuesta fue lacónica y de ultratumba: “les pondría una bomba”. Si la Asamblea Nacional (que no sean los diputados de Carabobo) investiga a la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET) de Valencia, entendería lo que dijo mi amigo. Hay que sumarle que Barrio Adentro está en el suelo. Poco pueden hacer sus directivos sin recursos, al menos en Carabobo, aunado al ladronismo desatado, donde hasta los médicos cubanos se incorporaron. ¡Pobre Chávez!

 



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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