¿Construir el Socialismo o forjar la libertad?

Dos siglos atrás, la opción del Socialismo no estaba presente, luchábamos por la Libertad, la conquistamos y perdimos luego, durante el proceso de construcción de la República que fuimos; hubo entonces quienes no comprendieron el momento de peligro para la República incipiente, a pesar de que El Libertador identificó la amenaza del naciente imperio estadounidense, éste se había encargado de tildarle  como loco, para desacreditar su visionario don; hubo entre nosotros quienes se ganaron el corazón de soldados y civiles con campechana simpatía o migajas, para luego traicionarnos y privarnos del bien que habíamos conquistado, a costa de tantos sacrificios: La Libertad.

¿Cuántos años ostentaron Páez, Santander y Juan José Flores el poder, cuantos años disfrutaron de riquezas? A cambio del futuro de generaciones, para satisfacer sus ambiciones de efímero poder y de riquezas. Un pequeño grupo de cómplices, lacayos y adulantes hundieron a millones de colombianos bajo la suela de la bota estadounidense y a dos siglos de despojo de nuestras riquezas. Sin embargo, en esa debilidad que nos caracteriza, que no sabemos como pueblo hacer justicia, cuando de severidad se trata, mantenemos aún los restos del traidor en el Panteón.  La Historia se repite y hoy, como entonces, un grupo de traidores negocian otra vez, con el imperio, la venta de nuestra libertad, sólo por migajas y mantienen alienados con sus medios de comunicación, a una importante minoría de nosotros. La Historia se repite. Hoy, después de conquistar por segunda vez la libertad,  intentan vendernos de nuevo como esclavos, por no saber hacer justicia contra los traidores. Maduro ha dado una prueba de justicia, pero una prueba no es suficiente.  La lección es para todos El pueblo que no sabe de justicia, está condenado a padecer una y otra vez el mismo mal.

Tampoco parece que hayamos aprendido a interpretar los peligros que corremos. Algunos dudan acerca de la prioridad de este momento, no perciben la amenaza que se cierne sobre nuestra libertad y consideran que la prioridad es construir al socialismo. No es así, la amenaza del imperio está presente, como nunca antes; por dos siglos nos dominó indirectamente, a través de sus lacayos y del favor de los traidores, pero hoy se ve obligado a intervenir directamente, toda vez que hemos derrotado, una y otra vez, a sus lacayos, a los traidores; por eso penetra hasta nuestros huesos, barrio adentro, para controlar la delincuencia y desatar oleadas de violencia; sus mercenarios cruzan la frontera, hasta ciudades intermedias, listos para la intervención, dispuestos a someter a nuestra nación otra vez a sus dominios. Esa es la amenaza, un imperio decadente, urgido de la vital y estratégica importancia de nuestra riqueza petrolera para su sobrevivencia. Nuestra prioridad no es construir el socialismo, es preservar la libertad.

La lucha para construir el socialismo es, en primer lugar una lucha permanente e íntima, que debe librar cada uno de nosotros, para jerarquizar principios y valores que orientan nuestro accionar individual, para escalar luego, a partir de la propia convicción, hacia una lucha colectiva, en nuestra familia, en nuestra comunidad, en la nación toda, con nuestro ejemplo, no sólo palabras. No es necesario ir más allá de nuestro hogar, para comprender la tarea prolongada y permanente que tenemos por delante, para construir el socialismo. La alternativa del título de este escrito es extemporánea; no elegimos entre esas dos opciones. La alternativa del presente se da entre otras dos opciones: ¿seremos libres y soberanos o esclavos del imperialismo para siempre?



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1469 veces.



Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

Visite el perfil de Rafael Flores para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: