Venezuela está dividida desde 1498

Afirmar que la división entre venezolanos es de nueva data, demuestra un desconocimiento supino de nuestra historia, o es un intento por echar sobre hombros ajenos, con fines netamente políticos, la culpa de algo sucedido mucho tiempo antes, cuyos efectos se constituyen en un lastre que dificulta la integración de nuestra sociedad, para alcanzar los sueños de hermandad que impulsó Bolívar, seguido por muy pocos, en dos siglos, hasta que llegó Chávez, en un relámpago de aurora Como antes dije, la división vino con el descubrimiento de nuestras tierras por aventureros europeos ansiosos de fortuna, desprovistos de humanidad, ética y valores humanos, movidos tan solo por la ambición de riquezas que aquí suponían, quedando luego sorprendidos porque la realidad superaba con creces lo imaginado .

A partir de ese momento llegaron en aluvión más y más aventureros en nuevas expediciones, ya no como descubridores, sino como conquistadores, con su carga de odio y desprecio por los pobladores autóctonos,, considerados desde un principio como una raza inferior, que solo servían como animales de carga, como esclavos o para aparejarse los machos invasores, que como sementales, pronto poblaron a nuestras tierras de mestizos madre india, así llamados porque Colón, que zarpó en busca de las Indias y para infortunio nuestro vino a dar a tierras americanas. El cruce de indio con blanca no se dio por razones del desprecio a nuestros aborígenes y porque, en muchos casos, los hombres nativos eran castrados. Al que se horrorice de esta afirmación por ignorar esta realidad, hay bastante documentación histórica al respecto, busque y hallará. Después, con la llegada de los esclavos de África, se siguió la costumbre de apareamiento, sin ninguna obligación social o moral . Los hijos de blanco con negra fueron llamados mulatos.

A tanto llegaba la aberración impuesta, que si se casaba una esclava con otro esclavo, el amo tenía el derecho a la desfloración de la novia. De allá vienen los odios, el desprecio y el sentirse superiores de las clases dominantes, pero la rebeldía aborigen y africana le ha dado un vuelco a la nivelación social y hoy, sobre todo en esta parte de América, se impone la igualdad a consecuencia de largos siglos de lucha y rebeldía, pero rebeldía con justicia y sin odios por la parte antes oprimida, pero no en las élites burguesas que se aferran a sus viejos y aberrantes privilegios, empeñados en dar al traste con las conquistas alcanzadas por los pueblos. Existe, es verdad, la división de clases, pero no impulsadas por la revolución del amor, sino por esa minoría que no sabe vivir en sociedades iguales ¡Ah! hay un detalle importante: en la división planteada por la burguesía, las dos mitades de Venezuela son asimétricas, y corresponde a la revolución del amor el mayor espacio, numérico y territorial por ahora y para siempe -quedando para los decentes, la parte cada vez menor en los señalados espacios, aunque aún cuentan con cierto apoyo de ese sector de la sociedad que han sabido llenar de odios y prejuicios clasistas, así como de una mínima porción de parejeros y desclasados que hoy, idiotizados unos y disociados otros, se arrastran ante sus verdugos ancestrales, entre vitores y aplausos, en vez de enrostrarles que las riquezas que ostentan con tanto orgullo, vergüenza debería darles, por ser producto del despojo a que fueron sometidos nuestros antepasados por quienes aquí llegaron hace más de cinco siglos, y por descubrirnos, se abrogaron el derecho de apropiarse de todo lo que consideraron de valor, sin respeto a la dignidad humana y a la vida misma de los naturales de estas tierras que, en heroica resistencia por la desigualdad de armas para la defensa, generosamente ofrendaron sus vidas en defensa de sus territorios. La historia es larga, como imborrables son los rastros de sangre tras las riquezas exhibidas por quienes, antes que como ídolos, deben ser vistos con recelo por tanto mal causado de forma recurrente a tantas generaciones. Esa conducta de los autollamados la Venezuela decente, a la que nada tenemos que envidiarle los indecentes - así consideran ellos al pueblo - debe ser rechazada y repudiada por los que vivimos para el trabajo y del trabajo duro y propio y no como parásitos del trabajo ajeno o de las rentas del país. Lo más lamentable de todo esto es que se burlen de sus propios seguidores, alienados y disociados a fuerza de campañas subliminales a través de sus medios televisivos y de la instigación al odio que no ha cesado un día desde el arribo al poder de la Revolución Bolivariana, que con cinismo pretenden endilgarle al que mas amor ha sembrado en el alma nacional; el comandante eterno Hogo Chávez Frías, inspirado en Cristo y Simón Bolívar, los cuales, cada uno en su tiempo y en distintas circunstancias dieron sus vidas por el amor, la justicia y la igualdad de los seres humanos.

Queda claro que el odio, la mentira, la intriga y el rumor son los insumos de retroalimentación que usa la burguesía amarilla para mantener una remota opción de poder, pero en sus cálculos han menospreciado al chavismo y no logran entender que estamos inmersos en una revolución que ya se consolidó política y socialmente y se hizo cultural, es decir, el chavismo es cultura y vamos a paso firme hacia la revolución económica.

mablbard@hotmail.com



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Manuel Balza


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