Binóculo Nº 112

Delito de opinión

Las juventudes hitlerianas iluminaron los cielos alemanes con montañas de libros que formaron en innumerables hogueras en las aciagas noches de la Alemania nazi. No fue distinto durante el “fascio” de la Italia de Mussolini, cuya mera opinión crítica, era terriblemente castigada con el desprecio, la agresión y el asesinato. Uno de los más importantes teóricos de la segunda mitad del siglo pasado, Michel Foucault, padre de las teorías de los movimientos sociales y de la microfísica del poder, comunista militante, fue perseguido por su propio partido por su condición de homosexual. El Partido Comunista Francés luego trató de remendar el capote con eufemismos acusándolo de estructuralista, pero la verdad era el prejuicio de los camaradas a que un homosexual fuera un brillante pensador comunista. Una de las cabezas más brillantes de la revolución rusa, León Trostky, fue perseguido hasta su asesinato en México, como parte de aquella terrible purga genocida que ejerció Stalin en contra de todo aquel que no pensara como él. Hace poco, en uno de sus extraordinarios artículos, Fidel Castro, quizás la mente más lúcida de los últimos 150 años de la política mundial, reconoció que fue un error de sectores de la revolución cubana la persecución y el encarcelamiento contra hippies y homosexuales en la Cuba de entonces. La hija del propio presidente Raúl es gay y lidera un poderoso movimiento emancipador y revolucionario. Incluso más implacable en la intolerancia ha sido la derecha, que a falta de argumentos para los debates, optó por las masacres, las invasiones, los golpes de Estado y los asesinatos en masa.

Es una de las grandes tragedias de la humanidad. Los seres humanos siempre queremos escuchar cosas que no afecten nuestros intereses. Y cuando es ocurre, de inmediato viene la descalificación, el maltrato, el insulto y la agresión.

Mi columna anterior “La derrota disfrazada de victoria”, publicada en Aporrea y en el semanario Kikirikí, tuvo repercusiones que jamás imaginé, a pesar de ser periodista. Sin embargo, conocía las consecuencias porque en lo personal siempre he sido víctima del delito de opinión. De la sarta de insultos recibidas en más de cien correos como consecuencia de este artículo, muy pocas tienen algún razonamiento que convoque al debate. No hay propuesta de debate. No hay debates, solo imposiciones, maltratos, insultos, acusaciones; y quienes nos atrevemos a cuestionar, de inmediato somos acusados de contrarrevolucionarios o de agente de la CIA. ¡Que terrible es la intolerancia!

La derecha siempre ha sido hábil en eso de utilizar todo lo que le sea conveniente para mal argumentar sus posiciones. Y es inevitable que usen una crítica para descontextualizar lo escrito. Pero es un precio, y debe pagarse. Y eso no debe significar la autocastración. Yo no escribo para la derecha porque siempre he militado en las filas revolucionarias y fui víctima de los gobiernos de la Cuarta. Pero no puedo autochantajearme de no escribir cómo interpreto los hechos, porque supuestamente serán un arma de la derecha. Siempre será así. Por ejemplo, jamás hubiera querido que una escoria humana como Guillermo Cochez, publicara mi artículo en su blog. Mucho menos que lo utilizaran otros portales manipuladores y mentirosos, para soportar sus actos delictivos. Pero eso siempre será inevitable. Como es inevitable que los lectores, en lugar de debatir, crean que es mejor el insulto y la agresión. Cosas inentendibles porque un gran demócrata llamado Hugo Chávez, siempre cuestionó ese comportamiento y siempre llamó al debate. Un demócrata que paradójicamente era militar, “misterios de la ciencia” diría el profesor Lupa.

Ahora vamos por parte. Muy pocos de los que me escribieron para agredirme, leyeron con capacidad de análisis el artículo. Por ejemplo, nunca me ha molestado que me digan que tengo cara de estúpido, porque sé que la tengo. Pero sí me molesta que crean que lo soy. Y habría que ser muy estúpido para ignorar que el chavismo es una fuerza telúrica, una poderosa corriente política que tiene un espacio en el espectro de la historia de este país. Una fuerza telúrica igual a la Acción Democrática que llevó a Rómulo Betancourt a la presidencia de la república en diciembre de 1958 y ganó elecciones continuas (salvo dos interrupciones) hasta que otra fuerza telúrica llamada Hugo Chávez rompiera con esa tradición que se inoculó en los genes de los venezolanos. Pero todos odiaban a Chávez antes de llegar al poder, incluyendo muchos sectores populares. No obstante, en el dos mil, ya el chavismo era un gentilicio y el MVR200 una fuerza telúrica aplastante. ¿De dónde salió ese río de gente y de dirigentes que ni idea tenían de la revolución y de hacía dónde marchaba este proceso? Simple, de la fuerza telúrica venida de Acción Democrática, partido que de tener 1.5 millones de militantes en 1990, en menos de diez años salió de las listas del CNE y tuvo que recoger firmas nuevamente. Hoy no sale de un pírrico 2% de la votación nacional. Todos están en el Psuv.

Los que tenemos años en estas lides de la política, sabemos que no todo lo que se ve, es lo que realmente es. Por supuesto que sería una estupidez negar el triunfo rojo rojito, y el control de la mayor parte de las alcaldías del país que ejercerá el chavismo. Pero eso no significa que garantice la redefinición ni el desarrollo del proceso revolucionario. Hay municipios en los que hemos gobernado por 12 años y no ha cambiado absolutamente nada. Incluso están peor que antes. Y ejemplos hay por cientos. Y eso para hablar desde el punto de vista de la gestión, de ese buen conserje que debe ser el alcalde. En esa área nuestros alcaldes han sido patéticamente ladrones e incompetentes; y si hablamos de los Concejos Municipales ¡Dios mio! Pero más importantes aún es hablar del poder desde el punto de vista político, porque nuestros dirigentes no entienden que la conquista de una alcaldía se traduce en la aplicación de una estrategia jurídico-política para destruir esa instancia del Estado que es colonial y en consecuencia una reproducción del poder del Estado, de un Estado Burgués, groseramente corrupto e incapaz de cederle el poder al pueblo. Es decir, no intenten convencerme de que nuestras alcaldías son revolucionarias y que nuestros alcaldes van a construir el socialismo, porque no es verdad. ¿O es que Edgardo Parra (ex alcalde de Valencia) es revolucionario? ¿O es que Amalia Sáez (ex alcalde de Barquisimeto) es revolucionaria? ¿O es que tantos que podemos enumerar, uno tras otros, son revolucionarios? ¿Quién saboteó la reforma propuesta por Chávez, que perdimos?

Porque además, nuestro partido, el Psuv, no es un partido revolucionario. Es sí, una poderosa maquinaria electoral, que además es propietaria del Estado: nada ocurre dentro de él que no sea autorizado por el partido, y falta poco para que también se metan en la elección de las reinas de belleza y del carnaval. ¿Por qué? Simplemente porque es adeca su jefatura. Si fuera un partido revolucionario, ya habría convocado a elección de nuevas autoridades. Ya estuviéramos debatiendo qué haremos con el país y cómo encaminaremos esta revolución. En este momento se estarían haciendo análisis de las causas por las cuales se pierde la alcaldía de Valencia, cuna nada más y nada menos que del Jefe de Campaña Bolívar-Chávez, a quien le quitaron tres alcaldías de un solo guamazo. También alguien estaría pidiendo la renuncia de Adán Chávez, porque si no fue capaz de ganar la cuna del padre de este proceso, no es capaz de ganar nada. Creo que a eso le llamó el Che la autocrítica; pero yo no he visto análisis sobre las derrotas o los resultados en contra. No. Se despliega una parafernalia apoyados en un triunfalismo que yo no me trago porque sí conozco este país y pateo los barrios.

¿Que si era un plesbicito? Entonces no había tanta confianza en el elector de parte de nuestra dirigencia, porque la derecha puede argumentar muchas pendejadas, pero creo que sabe que los comprometidos vamos a defender esta vaina hasta el fin. Mi problema no era la derecha hasta el 8D. Porque la derecha no era más que una entelequia. Estaba viviendo su Principio de Peter. Ahora tenemos un inhabilitado político, que debería estar preso por destruir una estatua -que es un bien de la nación- con once alcaldías de su propiedad. ¿Saben lo que significa que Leopoldo López tenga once chequeras en sus manos? ¿Saben cuántos sicarios y cuántos actos de sabotaje puede pagar? Un hombre que le pide al gobierno que lo meta preso, que no tiene una respuesta que no sea la violencia. ¿De dónde sacan que esas alcaldías aplicarán el Plan de la Patria? Lo que si es cierto es que habrá un ToconMa (Todos contra Maduro) para no aplicarlo. Es decir, 93 alcaldías se revelarán contra esa ley. Y formarán un pull contra Nicolás para intentar desestabilizar y tratar de hacer ver que el país es ingobernable. Ledezma lo acaba de declarar: “nuestro Plan de la Patria es la Constitución”, que en el lenguaje más castizo significa “métanse su Plan de la Patria por el...” ¿O es que nos comimos el cuento de la paz y del diálogo expresado por algunos opositores? Y cabe una pregunta más: ¿qué propuesta de país hizo la derecha como para ganar 93 alcaldías?

Es decir, no es que tengamos 242 alcaldías porque de hecho teníamos más. Es si vamos a hacer o no la revolución, porque ahora tenemos 93 alcaldías y tres gobernaciones en contra, sumados a una derecha endógena que está haciendo todo para acabar con el pensamiento original del Arañero de Sabaneta.

Aquí hay un debate de fondo, y ese es contra el Big Brother: socialismo contra capitalismo. Quien crea que la derecha no tiene clara esa visón y que no vienen por nuestras cabezas, bien pendejo es. El enemigo lo quiere todo. Y todo es todo. Incluyendo la parte más importante del pastel que es el petróleo.

Cuando Chávez dijo “comuna o nada”, estaba diciendo muchas cosas. Deberíamos verlo, escucharlo y analizarlo con regularidad. Tal vez aprendamos cosas importantes. Entre otras, a no agredir a alguien cuyo único delito es expresar una opinión.





Esta nota ha sido leída aproximadamente 2223 veces.



Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

Visite el perfil de Rafael Rodríguez Olmos para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Rafael Rodríguez Olmos

Rafael Rodríguez Olmos

Más artículos de este autor