La democracia del fósforo

El uso del napalm y del fósforo blanco en la guerra de Irak era ya conocido. Infelizmente. Sobre los cadáveres calcinados encontrados después de la batalla del aeropuerto (Abril de 2003), yo ya había sido informada por los habitantes de Faluja, mucho antes de que ellos se convirtieran en refugiados; sobre los cadáveres carbonizados por el fósforo blanco ellos me contarían después, y me lo confirmarían los soldados norteamericanos presentes en el campo de batalla (también en entrevista al Il manifiesto, 25 de Septiembre de 2005).

Pero la investigación de la Rai News 24 – Faluya. La strage nascosta [Faluja. La masacre escondida] – nos abofetea­ todo este horror. Rostros irreconocibles y quemados de mujeres y niños inertes, con sus ropas intactas (el fósforo blanco consume solamente las células que contienen agua), parte de aquella matanza masivamente reconocida hasta por los autores materiales de la masacre, los soldados, que testificaron delante de las cámaras de televisión. Pero no por los que la ordenaron.

La investigación de la Rai News 24 debe servir para arrancar el velo de silencio pero, sobre todo, para interrogar quien apoyó esa guerra o aún la apoya con la presencia de tropas en Irak. Bush no solamente desató una guerra contra Sadam Hussein, acusándolo de poseer armas de destrucción masiva, sabiendo que no era verdad, como también permitió que su ejército usara contra los iraquíes armas letales proscritas por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas. Exactamente como había hecho Sadam en 1988 contra los kurdos. Bush como Sadam que, cuando atacó con gas a los kurdos, era un fiel aliado de los norteamericanos.


Las imágenes de la investigación de la Rai News lo demuestran, y los involucrados lo confirman: el Pentágono admitió el uso del Napalm, aunque bajo la forma de Mk77, y el ministro de defensa inglés se justificó­ afirmando ignorar que los EUA lo hubieran usado. De resto, cuando los refugiados de Faluja regresaron a sus casas, los mismos norteamericanos les dijeron que no comieran verduras ni animales locales, porque eran peligrosos, y les recomendaron­ que desinfectaran sus casas antes de entrar. En aquellas aún habitables, naturalmente.

¿Y que hace la comunidad internacional? Se calla. Pero no puede quedarse callado delante de un horror similar, sin hacerse cómplice. Y cómplices continuamos a ser, con la presencia de nuestras tropas en Irak, sea que usemos el fósforo blanco en los trayectos para iluminar el cielo, sea para incinerar a los pobres habitantes de Faluja, quemados de tal manera que no pueden ser reconocidos ni contados: sólo 700 de las miles de víctimas de Faluja fueron enterradas con un nombre.

¿Es esa la democracia exportada para Irak y en relación a la cual el presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, parece satisfecho? Quien sabe si durante su visita a Italia — que está teniendo lugar ahora — ¿dará un vistazo a la nuestra tele veía satélite, mostrando esas imágenes de Irak? Seguramente, no va a quedarse emocionado por las imágenes que él conoce muy bien, al mismo tiempo que ya pidió que las tropas italianas permanezcan en el país. Consiguiendo la aprobación de nuestro gobierno de que las tropas continúen (...), Fassino, efectivamente, declaró ayer que es necesario adecuar el calendario de las tropas al avance del “proceso democrático”. ¿Cual democracia, la del fósforo blanco?

http://ia-iraque.blogspot.com/2005/11/democracia-do-fsforo.html

Traducido para Aporrea por Fernando Henriquez



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1567 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas