Binoculo N° 108

No la para nadie

El mundo es tan patéticamente dinámico que los acontecimientos ocurren  con tal variedad y curiosidad que pareciera no haber tiempo para el asombro. Hay tantas cosas en la dinámica social global, que siempre estuvieron allí, solo que ahora las tecnologías nos permiten apreciarlas y examinarlas en su justa dimensión. Es por ello que pareciera no quedar tiempo para el asombro. Hemos visto tanto en tan corto tiempo que se hace difícil asombrarse.

Traigo el tema del asombro a colación porque es una de las cualidades del ser humano, asombrarse. Y a propósito de los últimos acontecimientos, creo que todos hemos quedado de una sola pieza con las cosas que se han descubierto y la barbarie cometida por apátridas inescrupulosos. Y no es que no supiéramos que los empresarios y comerciantes no especulaban. Claro que lo sabíamos. Incluso, muchos sabíamos que los niveles de especulación se ubicaban hasta en un 500 por ciento, que es más o menos decir un atraco a mano armada. Siempre hemos sabido que empresarios y comerciantes nunca hicieron nada por el país, más que robar. El comerciante con los niveles especulativos de los precios en donde siempre fue inmisericorde; y el empresario porque nunca produjo nada. Durante la Cuarta República y la Quinta que estamos viviendo, el chantaje continúa siendo si no me dan dólares, no puedo producir y tengo que despedir a los trabajadores. ¿Producir qué? Pregunté yo siempre. En tiempos de Luis Herrera Campins, el propietario de los famosos Telares Maracay, Esteban Zariquian, amenazó al gobierno con despedir a 280 trabajadores si no le daban 300 millones de dólares. El gobierno copeyano cedió. Es lo que ha ocurrido siempre.

Pero, la verdad sea dicha, lo descubierto en estas auditorías que se están haciendo, simplemente rebasa los límites de la imaginación. ¿Qué nivel de ambición desmedida puede haber en un comerciante que le pone 4.000 por ciento de ganancia a un producto? Un solo caso quiero tocar para no entrar en el tema de las anécdotas, que por cierto deben sobrar, y yo conozco algunas.

El presidente Maduro le habló al país de una nevera que se vendía en 845 mil bolívares, es decir, 845 millones de los viejos. Y es necesario hacer algunas precisiones: 1) El principio de fabricación de una nevera es hoy en día casi elemental: una serpentina, un compresor, tuberías y algunos componentes digitales, más el maquillaje, es decir el revestimiento que es plástico, un pedazo de vidrio o varios y la cubierta externa que es metalizada. Ninguno de esos componentes es artesanal. Todos pasaron por la cadena de montaje. Lo que significa que si esa nevera le costó cara al importador, pagó por ella 25 mil bolívares. 2) El importador recibió no sólo dólares a 6,30 de Cadivi, sino también consideraciones especiales porque es un producto de la línea blanca que tiene un trato preferencial. Y 3) Suponiendo que efectivamente el importador no tuviera otro remedio que venderla en 845 mil bolívares que es imposible-, el Estado no puede permitirle que la venda, porque eso no solo es un exabrupto, sino un valor que presiona la inflación. Usted quiere tener una nevera de 845 mil bolívares, vaya al exterior, cómprela y tráigala pagando los aranceles, impuestos y demás. Eso sí, para su casa, no para una tienda a exhibirla para venderla. Nada de eso. No puede haber un Estado tan complaciente.

Y entonces qué  ocurrió si los inmorales de importadores y comerciantes, estaban ganando pingües dividendos con la especulación y además dólares por bojote.

El análisis parece más sencillo del que uno imagina. Esta burguesía que quiere salir de Nicolás y acabar con el proceso, a pesar de estarse enriqueciendo groseramente, se dejó convencer por la clase política en el sentido de que el país estaba tan mal que si presionaban más sobre la economía para generar inflación y malestar en el ciudadano, éste apoyaría cualquier medida o acción política que se tomara en contra del proceso, por lo que el golpe de Estado sería un hecho.

Es la razón por la cual este grupo de importadores y comerciantes rebasó su propia moralidad si es que alguna vez la tuvieron- y  por ello nadie creyó en un principio que hubiera márgenes de ganancia que excediera el 4 mil por ciento. Cómo creer una cosa semejante. Claro, también sabían que a partir de este viernes 15, el Estado erogaría una masa de dinero gigantesca al pagar 60 días de utilidades a casi cuatro millones de trabajadores de la administración púbica, dinero que represarían comerciantes e importadores al subir los precios de los productos, como que un televisor cueste hasta 120 mil bolívares.

Ahora quien se encuentra en la esquina contra las cuerdas, es la burguesía. Nicolás se los vino advirtiendo desde hacía varios meses. Todos deben tener fresco el regaño que le echó Lorencito Mendoza al gobierno cuando se comprometió a sacar la Harina Pan a la calle. De esa manera, prepotente, jactanciosa y soberbia se estaban comportando. Pero además porque no esperaban una respuesta del gobierno de ese calibre. Prisiones, decomisos, obligación a bajar los precios, son parte de las acciones que se han tomado.

De tal manera que el gobierno entendió que había una guerra económica y que la única manera de ganarla es peleando; y al Estado le sobran las armas para pelear. Y será una batalla tremendamente difícil porque si algo tiene ahora más claro el enemigo es que a Nicolás hay que sacarlo a como dé lugar. Importadores y comerciantes pondrán parte de sus cientos de millones de dólares, puestos en el exterior, para lograrlo.

Eso evidencia dos cosas: la primera que ya no se puede mirar hacia atrás. El enemigo no entiende otro idioma que ser golpeado en sus propios bolsillos, donde único les duele. La Habilitante será el tiro de gracia para poner el orden en el tema de la venta de los productos. La segunda, es la imposibilidad de ganar esta pelea sin el apoyo popular. Ahora más que nunca el pueblo debe movilizarse, incluso motus propio. Sean chiquitas o grandes, las manifestaciones deben ser permanentes en apoyo al Presidente Maduro y a las medidas del gobierno. Una sola voz en todo el país: esta revolución no la para nadie. Gritarlo todos los días y en todos lados. Una movilización permanente es una fuerza que no se puede detener tan fácilmente; pero además, le dice al enemigo que cualquier intento por violentar a la nación, no tiene posibilidad de triunfo.

Caminito de hormigas

Es muy importante siempre verificar siempre las informaciones. Cuando escuche que Cocciola se había del país, me comuniqué con uno de sus asistentes, quien me aseguró que estaba viendo a su nieto y que regresaba   Un grupo de empresarios le está pidiendo a Henrique que frene el verbo para tratar de conciliar con el gobierno. Destacan que si se les ha complicado las cosas, porque insistir en un lenguaje de tira piedras Las declaraciones del viejo Salas Römer no pueden calificarse, sino de infelices. Un hambreador como él hablando de hambre en el país. Él, que gobernó 18 años en Carabobo y no hizo nada. Más bien en Carabobo se preguntan por qué no está preso   El inicio de campaña para las elecciones del 8D, no fueron muy bullosas en la oposición. Están golpeados y ya han recibido la advertencia que el financiamiento será difícil   Si bien aplaudimos las medidas que se están tomando, también que se actúe contra las mafias en los organismos del Estado. Mercal en Carabobo es todo un antro   Ojalá y el saltico del combate a la corrupción se traslade al IVSS. Todos saben que se cobra 25 mil por entregar la pensión. Esperemos que alguien la combata Aprovechando la coyuntura del Gobierno, vuelvo a recomendar el video comprar, tirar, comprar. Les impresionará   Esta columna se solidariza con los animales y se niega a aceptar que revolucionarios estén de acuerdo con el maltrato a los toros que se está haciendo en Arenas de Valencia



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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