Comprar un Corolla en Colombia requiere 92 salarios mínimos; en Venezuela, 197

Realicen esta prueba: ingresen a la web de Toyota en Colombia y Venezuela.

Busquen los precios de cualquier modelo. Para nuestro ejemplo, tomamos el Corolla Xei, automático, 2013. Luego lo dividimos entre los salarios mínimos de cada país.

Los resultados son de asombro.

Veamos:

Colombia: Xei: 60.900.000 pesos/660.000 (salario mínimo)= a 92 salarios.

Venezuela: 532.372/2.702= 197 salarios.

Esto a colocación, porque hace poco el gobierno del Presidente Maduro dijo que para vender vehículos usados debía regirse por una fórmula matemática, para evitar la usura y especulación.

Sin embargo, el mercado de vehículos está tan restringido, que los de segunda que se ofertan, superan con creces los precios de los nuevos.

Muchas ensambladoras, al menos las que tienen licencia de importación, traen vehículos al país, a precios exorbitantes, y aún así la demanda supera la oferta.

La inflación en Venezuela cerró en 2012 en 20%, y se espera que en 2013, sobrepase el 40%, es decir, el doble.

Quiere decir que las personas optan por refugiarse en activos como vehículo, dólares o viviendas para que los bolívares no se deprecien. Con lo cual crecen los compradores de carros.

La demanda anual de vehículos en el país está por el orden de 500 mil, y se ensamblan unos 100 mil, según datos que aporta la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes.

El gobierno también ensambla, pero a un ritmo marginal comparado con la demanda. En los que va de 2013, ha entregado 2.500 vehículos, a través del programa Venezuela Productiva Automotriz, y consolida peticiones que sobrepasan las 500 mil.

Un venezolano inscrito en este programa, que sea el número 500 mil de la lista, al ritmo de entrega de unas 5000 unidades anuales, deberá esperar por los menos 100 años para adquirir su vehículo.

Aunque el Presidente Maduro se ha preguntado: ¿Cómo puede un Estado revolucionario, permitir que a nuestro pueblo lo roben con la especulación de los vehículos?, no ha pasado de ser una reflexión más que cayó en saco roto porque las consecuencias seguimos padeciéndolas.

Desde principio de año, cuando se discutía el proyecto de ley que Regula la Compra y Venta de Vehículos Nuevos y Usados, el gobierno mandó señales al mercado que el instrumento legal corregirías las distorsiones. Meses después, fue otra promesa incumplida, y la ley así como salió, fue olvidada o engavetada porque el problema no es de leyes, sino de economía, de mafias y de especulación en todos los niveles de la sociedad.

Que necesitemos el doble de los salarios mínimos que requiere un colombiano para comprar el mismo vehículo, quiere decir que estamos mal en la economía, y nos seguimos empobreciendo en la región, sin que el gobierno astibe soluciones a corto plazo para detener la pauperización de nuestra calidad de vida.

Con el dólar negro asestando mortales golpes al aparato productivo del país, y el gobierno a la defensiva, hablando de sabotajes, de golpes económicos, sin reaccionar y lanzarse a la ofensiva para corregir los problemas con medidas fuertes y necesarias, seguiremos observando como se nos va el país de las manos, y este 2013 daremos la bienvenida a las etapas inflacionarias de la cuarta república, que tanto denostaron los funcionarios gubernamentales actuales.



Rubén Marcano, periodista



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Rubén Marcano

Periodista, graduado en la UCV. TSU en Informática, con estudios sin culminar en Sociología y Derecho en la UCV. Con maestría de Periodismo y Comunicación Institucional en la Complutense de Madrid, Autónoma de Barcelona y UPEL. Ha escrito dos libros. Es profesor universitario y articulista.

 rubenmarcano@gmail.com      @rubenmarcanob

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