¿Se ha arado en el mar?

Nuestro Comandante Inmortal y Supremo se consumió íntegramente a la construcción de la patria nueva, avanzó un tramo importante del proyecto, pero aún así le faltó tiempo y quedó mucho por hacer. ¿Cómo es que un gobierno obrerista, democrático y popular haya sido objeto del rechazo de un importante segmento de la población?; puedo buscar muchas explicaciones de política internacional, local y hasta de guerra de mediana intensidad; puedo recordar la materialización de la famosa “gota de petróleo” en aspectos concretos como los 2.5 millones de Canaima para nuestros niños, los centenares de miles de abuelos dignificados con pensión de vejez, la recuperación en justicia del proyecto de comedor escolar en los planteles, la construcción de viviendas dignas para miles de familias en condiciones extraordinariamente flexibles y justas, la construcción de infraestructura como líneas de metro en varias ciudades, trolebús en Mérida, estadios, campos deportivos, hospitales; garantía de aumento salarial anual para los trabajadores durante toda su gestión, línea blanca, marrón y vehículos; todo esto, sin discriminación alguna a pesar de la desinformación, mentira y mala fe de la burguesía; por sólo mencionar una mínima parte de lo que la revolución le ha garantizado a nuestra población.

Realmente creo que el desarrollo de los aspectos sociales de nuestro programa revolucionario de gobierno para dignificar a nuestro pueblo han sido justos; pero a estas alturas creo que es hora de darnos cuenta que eso no basta. No basta donar una Canaima o garantizar la venta de un vehículo (sin tráfico de influencia o corrupción); tampoco basta garantizar o entregar millones de dólares en remesas o créditos para proyectos empresariales o productivos; es más, podemos dar todo lo que se le ocurra demandar a la población y mucho más, para darnos cuenta que igualmente podríamos perder cualquier elección popular.

La debilidad de esta revolución está en quienes la dirigimos, creemos que con practicas populistas de entregar dádivas a nuestros compatriotas, eso nos amarra los votos y la conciencia de ese ciudadano. El tema medular está en lograr comprometer conscientemente a nuestros compatriotas más allá de los beneficios sociales que por derechos todos merecemos y este gobierno les garantiza; hemos avanzado hasta alcanzar un número superior a los 7.5 millones de venezolanos y realmente estoy convencido, que si dejamos de hablar tanto “gamalote o hierva seca” como dirigentes burocratizados, y nos dedicamos a educar y cultivar la conciencia de las futuras generaciones; construyendo un partido clientelar en un partido revolucionario, realmente creo que podemos salvar el legado del gigante Hugo Chávez, lo demás es perecer.

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Luis Alberto Duarte


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