La enfermedad de Chávez, utilizada en la guerra de cuarta generación

La guerra de cuarta generación tiene sus orígenes en los años 80 con los trabajos realizados por militares norteamericanos. Se dice que es de cuarta generación por cuanto no se quiere el control territorial (guerra de primera generación), ni el control de los recursos naturales (guerra de segunda generación); ni el control social a través del idioma y la religión (guerra de tercera generación) sino lo que se quiere es el control y dominación mental de los integrantes de una sociedad (guerra de cuarta generación) mediante el apoderamiento y control de la conducta social masiva. Se quiere que la sociedad, sobre la que se ejerce una guerra de cuarta generación, responda a los intereses del agresor (en este caso Estados Unidos), lo que le da derecho al territorio, a sus recursos naturales y a los consumidores que en ella habitan. Este tipo de guerra tiene un componente militar, otro de guerra psicológica y finalmente, otro que maneja la diplomacia y la opinión pública internacional.

En su definición técnica "Guerra Psicológica" o "Guerra sin Fusiles", es el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de control social, político o militar, sin recurrir al uso de la armas. En este tipo de confrontación la guerra psicológica persigue transformar a los individuo (llamados individuos-masa) en "soldado cooperante" de los planes de dominio y control social establecidos por el capitalismo trasnacional y la potencia imperialista regente. Esta cooperación la logran mediante la utilización de los medios masivos de comunicación social como la televisión, la radio, las redes sociales, la web y los periódicos ahora convertidos en los modernos ejércitos de conquista.

Los medios de comunicación siguiendo instrucciones de los operadores de guerra psicológica diseñan una programación fundamentada en consignas e imágenes direccionadas a conseguir un objetivo de control y manipulación de conductas sociales masivas. En Venezuela a estas conductas sociales masivas la llamamos disociación, por cuanto la misma desconecta al individuo de la realidad y lo convierte en repetidor iracundo de todos lo que se transmite por Globovisión, Venevisión, Televen, Redes Sociales y Radio Caracas Televisión.

En las guerras de cuarta generación los ejércitos militares, son sustituidos por grupos operativos descentralizados especializados en insurgencia y contrainsurgencia, y por expertos en comunicación estratégica y psicología de masas. En este tipo de guerra las grandes batallas son sustituidas por pequeños conflictos localizados, con violencia social extrema, y sin orden aparente de continuidad. En las batallas, de la guerra de cuarta generación, las unidades de Guerra Psicológica son complementadas por Grupos Operativos, infiltrados en la población civil con la misión de detonar hechos de violencia y conflictos sociales. Las tácticas y estrategias de control social se realizan mediante la manipulación informativa y la acción psicológica orientada a direccionar la conducta social masiva.

De los elementos expuestos se aprecia como lo ocurrido con la enfermedad del Presidente Chávez encuadra muy bien con una operación de guerra psicológica. En estos últimos días el Pueblo Venezolano ha sido sometido despiadadamente a una intensiva manipulación de la información y a un direccionamiento psicológico para que se conviertan, en soldados cooperantes en la acción militar que se está fraguando. Acción militar que tiene como objetivo fundamental extorsionar a los grupos políticos dominantes del proceso Bolivariano para que influyan en el establecimiento de una permanencia pacífica, lucrativa y duradera de las transnacionales petroleras en la explotación de los hidrocarburos venezolanos.

La guerra de cuarta generación desarrollada en Venezuela por el gobierno norteamericano tiene un componente militar y otro de guerra psicológica. El componente militar busca asegurar la participación de un grupo de militares venezolanos que garantizarían la desactivación de los mecanismos de seguridad internos. El componente de guerra psicológica ha sido ejecutado a la perfección. El grupo que controla la operación de manipulación social a través de los cuatro canales televisivos, las redes sociales y las emisoras de radios han logrado crear una zozobra extrema dentro de una minoría de la población; han relajado sus capacidades de análisis y reflexión y son instrumentos fieles a las órdenes de quien decida el momento para integrar las operaciones militar y de guerra psicológica con el manejo diplomático y la opinión pública internacional.

Recalcamos que es un teatro (tipo Hollywood) por cuanto es mentira que haya un vacío de poder. Mas y cuando las fuerzas populares que apoyan al gobierno están en la calle dispuestas a enfrentar los retos. En esta guerra de cuarta generación todo lo que vemos y escuchamos por los medios privados forma parte de un guión: de un teatro en donde las masas (igual que la opinión pública internacional) son asumidos como relleno y como público espectador.

En Venezuela seguimos viviendo intensamente una guerra de cuarta generación, que inclusive lleva a muchos venezolanos (individuos- masas) a defender abiertamente los intereses del imperio Norteamericano; como en el caso de la Carta de Guillermo Aveledo a todos los embajadores y emabajadoras en Venezuela.

Pero el desarrollo de esta guerra de cuarta generación no solo es aplicado contra Venezuela. El capital internacional imperialista le declaró una guerra de cuarta generación al mundo entero; incluido los Estados Unidos. Porque su objetivo es el control y dominación mundial.

Alerta pues con los medio de comunicación de masa del mundo que quieren crear individuos- masa sin capacidad de reflexión. Vale más una buena lectura para nosotros y nuestros hijos; vale más un momento de reflexión que caer en las manos del consumismo, fiel instrumento de capital internacional imperialista en su guerra de cuarta generación.

Sólo podremos salir airosos con la unidad y la conciencia de los Pueblos del mundo. Por ello la urgencia de derrotar la manipulación y el consumismo dejando de prestar nuestra atención a los medios de comunicación de masa, y a las redes sociales que nos pretenden convertir en cooperadores de la burguesía internacional imperialista: en infelices individuos- masas, que no reflexionan ni piensan sino consumen cuanta información se le presente por más inverosímil que fuera.

¡Viviremos y Venceremos! ¡Viva Chávez Carajo!

chernan2009@gmail.com


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Néstor Aponte


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